Capítulo XXV

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*Sebastián*

Ya era de noche y Kaden ya se encontraba dormido en su cuna dentro de nuestra habitación, heche un vistazo por la ventana contemplando la magnífica noche de luna llena y el majestuoso cielo estrellado que se perdía entre los árboles del bosque en la distancia, con el rabillo del ojo vi como Abi entraba en la habitación y se detenía de golpe al percatar mi presencia, no entendía por qué me había evadido después de la visita de Lucifer, así como tampoco entendía su comportamiento vacilante. Camino dentro de la habitación e intento pasarme de largo, pero la detuve tomándola del brazo para halarla hacia mí.

-Ven acá- le indique pegándola a mí -¿Qué pasa?- le pregunte.

-No pasa nada- vacilo.

-Si pasa algo, te conozco, estas diferente- le asegure -Abi- la llame para tener su atención -Puedes decirme lo que sea, solo quiero saber que pasa-

-Sebastián… ¿confías en mí?- pregunto casi en un susurro.

-Por supuesto que sí, Abi claro confió en ti-

-¿Por qué no me dijiste que te había buscado, que había hablado con tigo?- cuestiono.

Sabía que se refería a Lucifer, a lo que me había dicho en aquella ocasión.

-Yo… no quería preocuparte, quería buscar una solución y… ¿es por eso? ¿crees que no confió en ti?-

-No es solo por eso, Sebastián, recuerdas que me habías preguntado si en algún momento dude de lo que sentía por ti- solo asentí -No dude, no dude ni un solo segundo Sebastián, pero ahora te pregunto a ti ¿dudaste en algún momento?-

-Por supuesto que no, jamás, y jamás lo are, te amo Abi- le asegure.

-Ahí está el detalle, me amas ahora, pero, cuando te aburras de mí, que pasara cuando un día dentro de un siglo te despiertes y te aburras de ver el mismo rostro, de besar los mismos labios, de recorrer el mismo cuerpo, aun ni siquiera sé si las estrías desaparecerán, ¿qué pasara Sebastián?¿dime?- demando.

-¿Por qué crees que pasara eso?- le pregunte acariciando su mejilla -¿Cómo crees que me aburriría de tu rostro?- susurre en su oído mientras jugaba con el lóbulo de su oreja -¿Por qué crees que me aburriría de tus labios?- dije robándole un beso -¿o de tu cuerpo?- cuestione desabrochando su sostén, mientras bajaba por su cuello dejando besos húmedos -¿De cuáles estrías hablas?¿de estas?- dije pasando mi lengua por cada cicatriz haciendo que desaparecieran -Te amo Abi, te ame y te amare siempre, que no te quede duda de eso- le asegure, la tome por los muslos y la cargue hasta la cama.

Ella guardaba silencio mientras besaba su cuello nuevamente y bajaba hasta su abdomen, me deshice de su ropa con mucha facilidad, besaba su cuerpo con locura, con deseo mientras que Abi jugaba con mi cabello cada vez que me acercaba a sus pezones expuestos y soltaba algunos gemidos mientras bajaba por su abdomen, en un movimiento rápido ella se deshizo de mi camiseta y se posiciono encima de mí, iba a decir algo justo en el momento que Kaden empezó a llorar, con pesades por la tensión sexual del momento tuve que frenar todo mientras Abi se ponía mi camiseta para ir a atender a nuestro hijo.

-De seguro tiene hambre- dijo ella.

-¿Pero es normal que tenga hambre a esta hora?- cuestione

-Es un bebe, supongo que si- dijo ella -además el solo toma pecho recuerdas- canturreo.

-No me recuerdes lo afortunado que es- le dije bromeando.

-Chistosito- fue todo lo que dijo antes de levantarse y tomar al pequeño Kaden en brazos para alimentarlo.

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