Capítulo IV.

26 5 3
                                        

Siglo XVI (19 años después)

*Sebastián*

Habían pasado ya 19 años desde mi nacimiento desde que los malnacidos de los Jones asesinaron a mi madre, he pasado toda mi corta vida humana odiándolos al igual que mi padre, pero ya no estará solo en esa tarea hoy por fin me convertiré en vampiro y podre exterminar a todos y cada uno de los Jones con mis propias manos, por fin podre vengar a mi madre de una vez por todas.

-Estoy listo- informe sentándome sobre una silla en medio de la habitación.

-Bien antes que tu padre te muerda creo que debo advertirte sobre algunas cosas; la primera dormirás por 24 horas seguidas mínimo, segunda debes acostumbrarte a tus habilidades antes de que andes por ahí, tercera al igual que tu padre te recomiendo controlar tu sed de sangre aunque a mí no me caerían mal algunas almas mas fuera del trato- aclaro haciendo una pausa breve al ver que todos lo miramos raro con eso ultimo que dijo -Bien aclarado el asunto pueden proseguir- dijo indicándole a mi padre que podía dar inicio.

Mi padre se acercó despacio, incliné mi cabeza a un lado para poder brindar un espacio mas amplio en mi cuello, clavo sus colmillos en mi y sentí como empezó a arder por dentro, era como si me estuviesen quemando vivo, solté un alarido mientras hacia varias muecas de dolor.

-¡Oh! Si, olvide mencionar que eso dolería mucho- confeso.

De repente todo en la habitación se hiso borroso y lo último que recuerdo fue ver la silueta de mi padre tomándome por los hombros para evitar que me callera de la silla.

Para cuando desperté estaba sobre mi cama, a un lado Esme, al otro mi padre y frente a mi con una amplia sonrisa mi padrino. Me senté de golpe con los ojos entrecerrados debido al impacto de la luz contra los mismos, lo primero que note fueron los colmillos, eran alargados y muy puntiagudos, mi piel era un poco más pálida ahora y por alguna rara razón podía percibir las emociones de las personas a mi alrededor; Esme mantenía un semblante inexpresable pero percibía el fuerte amor que sentía hacia mi padre, de mi padre por otra parte percibía tristeza, sed de venganza y un tanto de curiosidad, por otra parte Lucifer irradiaba ondas de placer y curiosidad, era quien tenia las emociones mas fuertes de la habitación, por un minuto me sentí extraño y nadie ponía una palabra hasta que Lucifer hablo.

-Y bien, ¿le vas a contar a tu padrino como te sientes o me dejaras toda la noche con la duda?- pregunto.

-¿Cuánto tiempo pase dormido?- cuestione

-Solo pasaron 15 horas, me has sorprendido nadie había despertado tan rápido, pero cuéntame ¿cómo te sientes? ¿que sientes?- volvió a preguntar.

-Pues; me siento extraño, enamorado, entre triste y enojado, ahora apenado, complacido y con curiosidad- confese sin saber que pasaba realmente en mi.

-Quien lo diría, tiene un don muy increíble, puedes percibir las emociones ajenas incluso las mías. Veras tomara tiempo, pero te acostumbraras, a eso y a todo lo demás- aclaro.

-¿Demas?- pregunte.
-Si, veras tendrás que acostumbrarte a tu nueva dieta, tus cambios físicos, tu velocidad, tu don y tu maldición, eso ya se lo expliqué a tu padre por cada don hay una maldición, pero esa rara vez se muestran inclusive pueden ser rotas y librarse de ellas, pero eso es algo que descubrirán ustedes mismos yo ya vi y oí suficiente por hoy me voy- dicho esto todo salieron de la habitación para que pudiera descansar un poco.

Se que tomara tiempo acostumbrarme a esto, pero mi padre me ayudara en lo que pueda, y claro debemos idear un plan de búsqueda para encontrar a los Jones, a mi padre se le ha hecho imposible localizar a los hijos de Steven Jones, pero ahora que estamos ambos en esto estoy seguro que los encontraremos y entonces los asesinaremos como las ratas que son.

Dicho esto, tenía mucha curiosidad por mis habilidades. Sobre la mesa de noche en mi habitación había un espejo pequeño, según mi padre y Esme ellos no pueden ver su reflejo, pero el mío si se reflejaba claramente, claro que me invadió la curiosidad y sabía quién podía darme respuestas claras de este descubrimiento, baje a la habitación subterránea donde estaban los calabozos y el espejo enorme, mi padre me había prohibido rotundamente bajar aquí, pero como bien dicen lo que no fue en su año no le ara daño, no pasa nada si no se entera. En fin, me acerque al espejo enorme en el fondo del pasillo donde había visto entrar y salir a Lucifer varias veces, en el borde superior del espejo había una inscripción que imagino solo los vampiros pueden ver porque no la había visto antes.

-öffne die Tür und enthülle den Schatz- leí la inscripción en vos baja y el espejo automáticamente empezó a moverse abriendo paso a un área de la casa que no había visto antes, habían grandes cantidades de oro y diamantes y otras piedras carísimas me quede pasmado mirando la inmensa fortuna que guardaba el lugar.

-Sebastián ¿pero qué haces aquí?- la voz del diablo es algo que te logra sacar de cualquier pensamiento.

-¡Ah! Yo tenía una duda sobre uno de los cambios en mi- aclare.

-Pudiste preguntarle a tu padre- dijo en un tono frio.

-Si, pero creo que el no sabría darme respuesta- comente intentando buscar una mejora en su expresión seria, aunque parezca raro, rara vez veíamos al diablo serio.

-Bien dime ¿de qué se trata?- pregunto ya más relajado, esa sensación de curiosidad que provenía de él me desconcentraba mucho de lo que ahora era relevante, debía acostumbrarme rápido al echo de sentir las emociones de otros.

-¿Por qué papá y Esme no pueden ver su reflejo en un espejo y yo si?- pregunte moviéndome un poco para poder mirarlo.

-Mmmm. No estoy muy seguro, nunca había visto u oído que un vampiro pudiera reflejarse en un espejo, podría ser debido a tu habilidad especial o a lo mejor el echo que despertaste muy rápido y el veneno aún sigue expandiéndose por tu cuerpo, dale tiempo si continúas reflejándote entonces prometo tenerte una respuesta mas clara, pero por ahora hay demasiadas incógnitas que descartar- aclaro, la curiosidad por querer saber más se hiso presente rápido en el y claro pude percibirla en su totalidad.

-Sebastián, sube a tu habitación a dormir y te pediré que por favor te abstengas de venir a esta sección de la casa- ordeno nuevamente serio.

Asentí y subí a mi habitación tan rápido como pude, aun teniendo la mayoría de edad y siendo un vampiro me limitaba a obedecerles en todo, después de todo ellos sabían lo que hacían o porque lo decían ¿no?

Asentí y subí a mi habitación tan rápido como pude, aun teniendo la mayoría de edad y siendo un vampiro me limitaba a obedecerles en todo, después de todo ellos sabían lo que hacían o porque lo decían ¿no?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Maldito Amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora