*Sebastián*
-¿Está todo listo?- pregunto Esme mirándonos desde la entrada principal.
-Si- informe -pero no entiendo ¿A dónde vamos?- pregunte.
-Solo confía en mi Sebastián, mientras menos sepan del lugar será mejor, andando- dijo avanzando a nuestro lado, dude un momento, tenía el presentimiento que algo no andaba nada bien -¿Sebastián?- se giró Esme mirándome fijamente -Confía en mi- suplico.
-Bien, confiaremos en ti- dije tomando la mano de Abi para avanzar.
-Bien- sonrió Esme.
Avanzamos en silencio absoluto por uno de los senderos del bosque que conducía al pueblo, el cual actualmente era más una ciudad moderna que un pueblo, aunque algunas cosas como el bosque, la estación de trenes y la zona rocosa costera seguían igual; miraba a Abigail quien iba a mi lado cargando en sus brazos a Kaden, anteriormente me ofrecí a llevarlo pero ella se negó, se había puesto unos jeans y una camisa de mangas, a pesar de que habíamos esperado a que amaneciera y eran las ocho de la mañana hacia un clima bastante frio y el cielo se miraba uy nublado, una ráfaga de viento nos tomó por sorpresa y Esme freno su caminata de golpe.
-Por aquí- dijo tomando otro sendero.
La miré extrañado ya que el sendero que estaba como ruta segura al pueblo era el anterior pero no dije nada porque había decidido confiar en ella, seguimos caminando hasta llegar al pueblo, cuando llegamos pese a la hora el lugar parecía un desierto, locales cerrados, no había personas en las calles, ni siquiera se oía el canto de las aves lo cual se me hiso más extraño porque ahora que lo recuerdo en el bosque tampoco se escuchaba nada, me convencí a mí mismo que se debía al mal clima y a la tormenta de anoche, el cielo se había puesto aún más oscuro e incluso se deslumbraban unos pequeños relámpagos en la distancia, seguimos avanzando y cuando pasábamos por el centro (que también estaba desolado) Esme tomo una pausa, como decidiendo que ruta tomar, entonces un relámpago seguido de un trueno nos tomó por sorpresa haciéndonos saltar, incluso unos pequeños bombillos de un cartel comercial estallaron, de reojo vi a Esme quien parecía a la defensiva, nerviosa y apurada, miro para todas direcciones y entonces se movió por una avenida en dirección a las líneas del tren.
-Por aquí- informo.
-Esme, en serio ¿hacia dónde vamos por que tanto misterio?- cuestione.
-Confía en mi Sebastián, les presentare a una vieja amiga, solo confía en mi- dijo mientras avanzaba -vamos de prisa- dijo avanzando a paso apurado.
Tanto Abi como yo apretamos más el agarre de nuestras manos y compartimos una mirada, pero sin decir nada seguimos avanzando, llegamos a la estación de tren y tomamos uno con rumbo a Budapest, ya había estado antes ahí, cuando cazábamos a los Jones, Budapest está a dos horas de Hertford y es un lugar bonito pero muy misterioso y sombrío, al llegar tomamos un taxi que nos llevó a una cabaña de lo más alejada de la ciudad, a simple vista ese lugar era inevitable, era una cabaña rustica muy pequeña rodeada de un denso y alto pastizal de donde nos dejó el taxi caminamos casi una hora en medio del bosque nebuloso para encontrar este lugar, estaba a punto de renegar y decirle a Esme que nos largáramos de ahí, y Abigail solo miraba atónita el lugar cuando una mujer no muy vieja salió de la cabaña, se miraba elegante y refinada, nada que ver con el lugar en el que nos encontrábamos.
-¡Esme cariño!- chillo la mujer saludando a Esme mientras la abrasaba.
-Astrid, ellos son Sebastián, Abigail y el pequeño Kaden- nos presentó ante la mujer.
-Oh por supuesto ya lo sabía, bienvenido, pasen por favor- nos invitó a pasar a la cabaña.
Al entrar me di cuenta que el lugar no era nada que ver a lo que pintaba por fuera, el lugar por dentro era enorme con una decoración hermosa, tenía corredores y salones incluso una biblioteca, por favor siéntense, nos ofreció Astrid mostrándonos unos cómodos sofás en su estudio.
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Maldito Amor
VampireEl debia matarla como a toda su descendencia, no enamorarse de ella. He aquí una increíble historia de vampiros, venganza, amor y más