𝙵𝚛𝚎𝚎𝚍𝚘𝚖 | Hopemin |

Capítulo 14

Escuchaba de fondo la radio, con ese grupo que había ganado mucha fama hace unos años, pero el vocalista fue encontrado muerto en la bañera de su casa en París. Según dicen por un ataque al corazón, otros dicen conspiraciones, sobre una muerte por sobredosis.

The Doors con People are Strange.

Le gustaba esa música, pero escuchar aquella guitarra al inicio lo hacía sentir aburrido y, además, la muerte del hombre de 27 estaba en su mente porque había fallecido el año en que visitó por primera vez Estados Unidos.

Y ahora él se encuentra tirado en su cama, sin poder moverse.

Lleva tres días.

Sentía sus piernas, el doctor le dijo que eso era importante. Pero le pidió reposo para que su espalda no se mal formara por exceso de fuerza.

También estaba el detalle de que, no podía caminar por sí solo.

No podía quejarse, se sentía bien. Solo le interesaba poder correr de nuevo por el pastizal.

Miró la ventana, encontrando un día soleado.

Algo suave tocó su mano, llevó la mirada a su extremidad, encontrando a Cooky.

—Hola pequeño.— le acarició su pelaje marrón.

El pequeño animalito se metió bajo su cobija y solo se miraba una pequeña bola avanzando bajo la tela. Sonrió ante las ocurrencias de su pequeño amigo.

—Ya veo que amas más a Cooky que a tu propia madre.— la voz de una mujer llenó la estancia.

Llevó su vista a la entrada de su habitación y encontró a su madre recostada en el marco de la puerta, le sonrió y la invitó a pasar.

Pero la mujer negó —Ha venido Mike y ha pedido verte, lo dejaré pasar.—

—¿Mike?— la miró extrañado por la visita de él, normalmente sería JiMin el que visita a los que cuidan el campo de siembra.

La mayor asintió y fue a la planta baja.

Al rato se escucharon los pasos del chico, subiendo las escaleras.

Dió dos toques sobre la puerta abierta, siendo recibido por la sonrisa de JiMin.

—Es bueno verte sonreír, oí que has mejorado mucho en tres días.— habló el chico.

—Pasa no te quedes ahí en la puerta, hombre.— le bromeó, palmeó el pequeño asiento a un lado de su cama.

—¿Puedo cerrar la puerta?— preguntó, para luego susurrar —No puedo decirte esto a los cuatro vientos.—

JiMin asintió y siguió al chico rubio con la mirada.

Tomó asiento y suspiró —Conoces a HoSeok.—

Aquello iba con intensión de ser una pregunta, pero había sido una afirmación.

El pelinegro lo miró de reojo, sintiéndose de repente expuesto.

—Así que, sí... Bueno, eso explica muchas cosas.— Mike se respondió a si mismo con una sonrisa tranquila.

—¿A qué te refieres?— preguntó JiMin, con mucha curiosidad. Realmente todo lo relacionado a HoSeok le daba curiosidad.

—Es una larga historia, pero él ha venido a verme esta mañana.— comenzó diciendo.

JiMin intentó sentarse por el asombro, pero su espalda se lo impidió e hizo una mueca de dolor —¿Ha venido a mi granja?—

—No es... La primera vez.— habló bajo, pensando que JiMin se molestaría. Pero en cambio se encontró una expresión sorprendida y algo así como una sonrisa —Lo he visto desde que éramos adolescentes, es un chico amable... Pero no vine a decirte eso, si no de...— realizó una pausa —Él preguntó por ti, siempre lo hizo.—