𝙵𝚛𝚎𝚎𝚍𝚘𝚖 | Hopemin |

Capítulo 27

Pude sentir el punzante dolor en mis cienes.

Además de la claridad directa que pegaba de mi ventana, el estómago completamente vacío, dando a entender que había vomitado.

Esa mañana me desperté teniendo claro que había hecho un escándalo la noche anterior a ese día, y según habían contado todos...

Cuando llegué, fui el típico borracho necio que no se calla, grita todo como si tuviera un megáfono en la garganta, lleva la contraria en todo lo que le dicen y también termina llorando por todas sus penas.

Entendía que todos me miraran extraño por eso, porque después de todo nunca me había comportado así, pero sentía que no me estaban diciendo todo.

Luego de ese día, continué apareciendo en la feria con toda la normalidad que podía. Aunque cabe destacar que era muy diferente.

Todos parecían muy felices y ahora podías apreciar a muchos dueños reunidos, disfrutando alguna comida dentro de los mismos puestos que había en la feria.

O simplemente apostando o compitiendo en los juegos del lugar.

Y eso me hacía sentir mucho más orgulloso de lo que creía que me llegaría a hacer sentir, lograr esto.

Pero la persona con la que más quería compartir, había decidido dejar de venir a la feria. Así que, la feria se hizo un tanto aburrida para mí.

Habían pasado cuatro días desde que me emborraché y volviendo al inicio; todos estaban ocultando algo.

Y está ligado a esa noche.

Suspiré, mirando al horizonte del pastizal. Estando en el viñedo, se podía visualizar a lo lejos el pueblo, dentro de aquella llanura.

Las montañas se encontraban al lado atrás, dejando ese pequeño pueblo en un valle.

El aire esa mañana, estaba un tanto frío, pero hacía un buen juego con el calor del sol.

Mi flequillo continuó moviéndose mientras recogía algunas uvas maduras que papá me había pedido para poner en el puesto de la feria.

Iba echando las frutillas en una canasta, que sostenía con un brazo.

Hasta que sentí como unos brazos rodearon mi cintura y una respiración se pegó a mi cuello.

Solté la canasta del susto y rápidamente me volteé; alejándome de quien sea que hiciera eso.

Pero mi cuerpo se paralizó cuando me di cuenta de quien se trataba. Y el primero en reaccionar fue mi corazón.

Llevé una mano a mi boca, cubriendo la expresión de sorpresa. Cuando miré su hermoso rostro, lleno de heridas a medio sanar y algunos moretes.

—HoSeok.— me acerqué con lentitud y posé suavemente mis manos en su cuello, examinando todo lo que estaba marcando su piel.

Él sonrió mostrando sus perfectos dientes, como si no tuviera la cara completamente herida. Sus labios tenían sangre fresca por las grietas que se formaron cuando sonrió.

—¿Qué-...— apenas podía articular palabras, entonces bajé mi vista, encontrando sus brazos al igual que su rostro.

—Te dije que era sincero.— continuó sonriendo y llevó su mano a mi mejilla.

—¿Por qué-...? ¿Quién-...?— continué sin entender que había pasado, apenas creando alguna teoría de lo que pasó.

—Me siento orgulloso de ti, porque tuviste el valor de romper la tradición y lo has logrado por ti mismo.— se acercó y beso mi mejilla. Pude sentir sus labios resecos.