Capítulo 4

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La bienvenida no fue de las mejores, aunque realmente no me interesaba.

Porque mientras papá continuó hablando y diciendo cosas que no escuchaba, miré en el bosque a HoSeok.

Él venía por mí, iba a detenerme.

Pero no quise detenerme, había algo que me hacía continuar cometiendo errores. Y era cada vez que estaba con HoSeok.

Quizás se trata de algo que me decía que no era correcto continuar acercándome.

Quité su ropa de mi cuerpo, su perfume estaba en las prendas. Evité llevarlas a mi nariz para no verme como un enfermo.

—De verdad es un idiota.— vi que la ropa interior continuaba siendo la mía.

Solo lo dijo para avergonzarme.

Bueno al menos no era cierto. Aunque continuaba haciéndome sentir nervioso el simple hecho de que tuviera que desnudarme.

Luego de ducharme, bajé a desayunar, sintiendo las miradas curiosas de mis hermanas menores, adolescentes.

—JiMin ¿Estabas en una aventura de una noche con alguna linda chica?— la más atrevida siempre fue Olivia.

Aunque son gemelas, sucede lo mismo siempre, no se parecen en nada más que la apariencia.

Negué y serví una taza de café, casi a rebalsar el borde.

Me senté frente a ellas y sus grandes ojos azules, continuaron estudiándome de arriba abajo.

—¿En dónde estuviste? Escuché por ahí que venías del territorio de los Jung... ¿Es cierto?— dijo Elizabeth, su comportamiento es más tranquilo y maduro, pero parecía curiosa.

Iba a responder, pero Olivia habló de nuevo —¿Te estás viendo a escondidas con ese guapo chico que es dueño de la granja Jung? Mis amigas hablan de él, dicen que es todo un caballero, pero que desearían ser besadas por él, incluso si nos lleva diez años.—

Un pequeño pedazo de pan, de la tostada que había comenzado a degustar, decidió jugar con mi vida y se fue por mal camino, haciéndome toser como un maniático.

O quizás solo se trataba del asombro de escuchar aquello.

Aire. Dios.

—Yo no... No me estoy viendo con nadie.— hablé con dificultad y la voz rasposa.

Olivia achicó sus ojos y me miró de manera sospechosa —Okey.— alargó la e de más.

—En realidad, el chico es demasiado guapo, es el único chico asiático aparte de ti, JiMin.— habló con voz tímida Eli.

Miré la taza que sostenía en mis manos. Recordé lo cerca que lo miré esta mañana, es cierto, la belleza de HoSeok es de otro mundo.

El único chico asiático aparte de mí.

Recordé de cuando habló de modales, quizás él también fue enseñado como lo hicieron mis padres biológicos.

Aunque me cuesta creerlo, luego de recordar al señor Jung JiHoon.

—Dejen de perder el tiempo en chismes inútiles.— la voz fuerte de papá me hizo pegar un brinco en el asiento —No te nombré dueño para que a las ocho de la mañana estés chismorreando con tus hermanas, además, ustedes niñas, están muy jóvenes para pensar en esas estupideces... ¿No tienen tareas?—

—Perdón.— dijimos al mismo tiempo. Hice una reverencia en su dirección.

—Te dije que nada de reverencias, eso era en Corea.— señaló mi acción.

𝙵𝚛𝚎𝚎𝚍𝚘𝚖 | Hopemin |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora