𝙵𝚛𝚎𝚎𝚍𝚘𝚖 | Hopemin |

Capítulo 13

Rápidamente lo alzó como la primera vez, pasando sus brazos por detrás de sus piernas y su espalda.

Yules lo siguió de cerca, también asustada por la tormenta.

Miró cerca una montaña y la gran roca que sostenía una especie de cueva, que los protegería de la lluvia.

Caminó rápido hasta el lugar, hasta refugiarse. El viento lo movía de un lado a otro, en fuertes ráfagas acompañadas de lluvia.

Cada relámpago y sonido, lo hacían encogerse. Parecía que iban a caer granizos, aquella tormenta estaba muy agresiva.

Posó el cuerpo del pelinegro en el suelo, con mucho cuidado. Lo había escuchado quejarse y al notarlo sin el caballo, era seguro que había recibido un golpe.

Además, el lugar donde lo había encontrado estaba bastante destruido por astillas de un árbol.

Alguna tuvo que hacerle un corte en la suave mejilla de JiMin. Tenía un pequeño hilo de sangre.

Tomó sus manos y les sopló vapor con su boca, mientras las mantenía juntas y las frotaba.

Importándole poco sus acciones, atrajo el cuerpo de JiMin hasta su pecho.

Sentándolo entre sus piernas, con la espalda del chico contra su pecho. Rodeo el cuerpo con sus brazos.

Al menos no debían perder el poco calor, porque sus ropas estaban empapadas. Yules se echó a su lado, dándole un poco más de calidez.

El subir y bajar del pecho ajeno quedó en sus palmas, sintiendo las respiraciones tranquilas.

Y las propias un poco agitadas. Porque realmente tenía a JiMin ahí con él.

Pasó al menos una hora cuando sintió como el pequeño cuerpo se movió. Pensó que escucharía un grito, pero fue lo contrario.

—¿HoSeok?— preguntó en un susurro.

—Si, tranquilo, estamos a salvo.— intentó no moverse tanto, no quería crear una situación incómoda.

Las manos de JiMin se posaron sobre las suyas —HoSeok, casi no puedo sentir mis piernas.—

El corazón del castaño se oprimió en preocupación y tristeza.

Le extrañó la tranquilidad con la que dijo eso, hasta que escuchó un sollozo y el pecho del chico se sacudió.

Con suavidad, lo abrazó apretándolo contra su pecho —No te preocupes, es normal después de caerte... Ya se pasará y podrás sentirlas de nuevo, me pasó antes.—

No tenía mucho que decir, no quería mentirle, pero preocuparlo solo empeoraría todo.

No estaba seguro que pasaría con sus piernas, pero solo rogaba que no hubiera ningún daño irreparable.

Sus manos se entrelazaron, y JiMin apretaba el agarre con fuerza. Probablemente soportando el dolor.

Acercó su rostro al cabello azabache, aspiró el aroma. Apoyó su frente en el hombro contrario.

—Todo pasará y será un mal recuerdo, tranquilo, JiMin.— continuó confortándolo.

JiMin hizo su cabeza para atrás, recostándose completamente en HoSeok. Suspiró ante el dolor en su espalda, dejando que las lágrimas se secaran en el aire frío del bosque.

Había dejado de llorar, pero se sentía aún peor de la espalda.

La lluvia continuó igual de fuerte, y ellos se mantuvieron refugiados bajo aquella gran roca.