❝Everything has changed❞ Warning: Mención de uso de drogas, mención de pasado traumático. A/N: Para empezar, amé The Haunting of Hill House, me enamoré irremediablemente de Luke, es un ángel, sin duda.
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Luke veía reír a su familia con la castaña, parecía que todo iba bien, incluso Theo se llevaba bien con ella.
Se habían conocido en la universidad, habían chocado en el campus, en realidad había sido como las películas cliché que a Nell le gustaba ver en la secundaria.
Se veía hermosa ese día, recordó, traía un abrigo color camello que la hacía ver más pequeña.
O tal vez solo era que él era extremadamente alto.
Sin embargo, no fue ahí cuando comenzaron a salir.
Claro, él era demasiado estúpido en ese momento y ella era demasiado buena para él.
Así que solo conservó su amistad.
Hasta que Nell mencionó algo que no lo dejó dormir por tres días seguidos.
“Si tú no haces algo al respecto, llegará alguien que vea lo increíble que es ella y lo hará, y tú solo mirarás. Y yo diré te lo dije”— Había dicho Nell, con la esperanza de que su hermano dejara de autocompadecerse y aceptase sus sentimientos.
Y Luke la escuchó, porque, como siempre, Nelly tenía razón.
La invitó a salir, y Mina aceptó, fue cuando todo empezó, hace dos años.
Y ahora estaban aquí.
Nunca pensó reunirse con su familia, después de todo lo que había sucedido, pero desde que salía con ella la historia había cambiado.
La chica giró a mirarlo cuando Steve le hizo una broma, y observó como es que Theo la tomaba del brazo amablemente para ofrecerle más vino.
—Oh, no gracias, Theo—le contestó la de ojos marrones amablemente—mañana tengo una entrevista importante y quiero estar lo más presentable posible.
Los Crain le sonrieron y la felicitaron, animándola y diciendo que todo saldría bien.
Nell enroscó un brazo en su cuello mientras le lanzaba una mirada a su gemelo.
—¿Mina, te hemos mostrado el álbum familiar?
La más joven negó con la cabeza, mientras Shirley se levantaba rápidamente para traer el álbum.
Luke se tapó el rostro con una mano, presintiendo lo que se avecinaba.
Y no se equivocaba.
Las mujeres Crain rodearon a Mina, señalando fotos y narrándole recuerdos vergonzosos que hacían reír a la castaña.
Hasta que llegaron a una foto que llamó la atención de Mina.
Luke salía en la foto sentado en su cama, con una gran sonrisa y esos anteojos que le quedaban enormes.
—Te ves realmente muy lindo aquí—comentó su novia, soltando un sonido de ternura.
Lo que hizo que el rubor subiera por las orejas del ojiverde.
Hasta que sus hermanas volvieron a robar la atención de la de ojos marrones.
Luke amaba como la sonrisa de Mina podía iluminar todo el lugar, como es que todos se sentían cómodos con su presencia, y que, aunque ella no lo sabía, había logrado unirlo de nuevo a su familia.
Y volvió a prometerse a sí mismo ser mejor cada día para ella.
Por ella.
Por ella, que había sido como su luz en el camino lúgubre y frío en el que sin darse cuenta había estado.
Que se convirtió en su soporte, y lo acompañó todas las noches dónde las pesadillas de la casa lo habían atrapado.
Ella se había quedado, incluso aún, conociendo su pasado, conociendo sus fantasmas y sus errores.
Aún cuando recayó y volvió a usar, tratando de escapar del hombre del sombrero.
Y la amaba.
La amaba tanto que si le preguntasen si elegiría su vida sobre la de ella, él daría la suya sin pensarlo.
Luke nunca pensó que después de todo, llegaría a ser así de...
—Te ves más feliz— murmuró Steve, observando como su la sonrisa de su hermano llegaba hasta sus ojos y los hacía brillar, y esto ocurría siempre que estaba con Mina.
—Lo soy—respondió Luke, girando levemente para mirarlo y ofrecerle una sonrisa con gesto suave.
Feliz.
Porque lo era ahora, era completamente feliz.
Todo había cambiado, la historia tenía un cambio de trama a su favor.
