❝Ves al amor de tu vida vivir una de las mejores etapas de su vida❞
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El sonido de la guitarra llegó hasta la sala de estar, guiando a la mujer hasta la habitación pintada de celeste pastel.
La chica se recargó contra el marco de la puerta, observando al castaño sosteniendo en sus piernas su guitarra y a su lado, el pequeño que parecía una perfecta mezcla suya.
—¿Quieres escuchar otra canción, Charlie?—Ben giró a mirar al bebé mientras que este le devolvió la mirada y sonreía, haciendo pequeños sonidos—de acuerdo, ven aquí.
Ben sentó en su regazo a Charlie y luego sostuvo la guitarra, frente a él.
—Vaya que eres grande ahora, amigo—Charlie rió subiendo las manos para tocar la barba de su padre—un año y ya eres toda una estrella de rock.
La pelinegra rió en silencio, viendo a padre e hijo sosteniendo la guitarra entre sus manos.
—Ahora pon tus manos aquí y aquí.
Ben iba indicándole al pequeño, muy ensimismado para fijarse en algo más.
—Esta canción le encanta a mami, Charlie, nos conocimos con esta canción, ¿Sabes? Tu mamá se veía hermosa esa noche, dios, no podía dejar de mirarla—la mujer sonrió abiertamente, conociendo con anticipación de que canción hablaba,—Ahora, pequeño Charlie, estos son los Beatles.
Ben empezó a tocar el inicio de And I love her y poco después lo acompañó su voz, Charlie miraba atentamente los gestos de su papá y como sus dedos se movían sobre las cuerdas de la guitarra, y eso calentó el corazón de la pelinegra.
Verlos convivir de esa manera, incluso con Charlie siendo tan pequeño, la llenaba de ternura y podía ver el amor que Ben le tenía a su hijo, todo lo que ella se había planteado tener en una pareja por si tenía hijos, lo tenía ahora.
Había elegido bien.
El pequeño castaño soltó un bostezo y el hombre dejó salir un sonido de ternura.
—¿Tiene sueño mi bebé?, okay, hora de la siesta, compañero—Ben dejó la guitarra en el suelo y sostuvo a su hijo—papá te hará dormir.
Al momento que la ojimarrón iba a entrar, se quedó helada en su sitio al escuchar Charlie, igual que Ben.
—Papá—repitió Charlie lentamente, con un pequeño tartamudeo al inicio.
La sonrisa de Ben no tenía comparación, la felicidad en sus ojos alumbraba todo el lugar.
La pelinegra entró sin poder ocultar su risa de emoción.
—Así es, pequeño, soy tu papá—los ojos de Ben estaban húmedos—¿Escuchaste eso?, mi amor, dijo su primera palabra, dijo papá.
—Sí, sí, lo escuché, muy bien, Charlie—ella se acercó a besar la cabeza del bebé y luego besó a Ben.
Hasta que otro pequeño bostezo los separó y ellos rieron.
—Okay, okay, ya entendí, amigo.
Ben empezó a mecer al bebé, y como era costumbre desde que nació, empezó a cantarle Beautiful Boy de John Lennon.
Era algo de ellos.
Eran Charlie y Ben.
Eran sus chicos, nada más importaba ahora.
Charlie iba a crecer con el recuerdo de su padre cantándole para dormir, con su padre jugando con él como si volviera a ser un niño pequeño, con ella contándole cuentos y haciendo pequeñas presentaciones con sus peluches, con fotos de ellos tres por todos lados.
Pero, ella sabía que cuando él escuchase esa canción, siempre serían Charlie y Ben.
—Descansa, querido Charlie, papi está aquí—Ben besó su cabecita y lo acostó lentamente en su cuna.
Pero demoró un poco contemplándolo antes de girar hacia ella y darle un beso.
—Gracias, te amo—fue todo lo que dijo antes de besarla otra vez.
