Alex Summers

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Merry Christmas, Princess❞
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Alex estaba preparando la decoración para Navidad, sólo le quedaban cuatro días para la noche buena y el aún no había decorado el departamento que compartía con su novia, que por cierto no se encontraba

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Alex estaba preparando la decoración para Navidad, sólo le quedaban cuatro días para la noche buena y el aún no había decorado el departamento que compartía con su novia, que por cierto no se encontraba.

Había ido a visitar a sus padres hasta el 24, mismo día que ella llegaría con sus padres. El rubio quería que todo esté perfecto, quería impresionar a los padres de Rachel y a ella, por supuesto.

Colocó el árbol sin mucho esfuerzo, las guirnaldas y los demás adornos fueron otro tema, Alex se frustraba mucho cuando las guirnaldas se enredaban. Poner las luces fue peor, el pobre chico decidió que no estaba hecho para decorar la casa, por lo que llamó a su hermano, Scott.

Ambos chicos decoraron la casa, la verdad Scott era mucho mejor en ello. 

—Sólo tienes que tener espíritu navideño—bromeó Scott. El rubio lo miró con una ceja elevada mientras sonreía.

—Bien, señor "espíritu navideño"— comentó con sarcasmo—¿qué te parece si cenas con Rachel y conmigo?

—Claro, cenaré con mi hermano favorito.

—Soy el único hermano que tienes, tonto—le recordó Alex.

—Por eso eres mi hermano favorito, porque no hay de donde elegir—repuso Scott, con tono de broma.

Alex miró mal a su hermano, pero no pudo hacer más que soltar una carcajada.

[...]

El 24 había llegado con rapidez, Alex estaba demasiado nervioso, tanto que se pasaba las manos por el cabello innumerables veces. Eso era algo malo, Alex en lo general no se ponía nervioso.

—Cálmate— le dijo Scott al verlo dar vueltas—cálmate o te golpeo.

El rubio se sentó, sin embargo cuando sonó el timbre salió disparado hacia la puerta, parecía su amigo Peter por la rapidez con la que se movía.

—Hola, amor— saludó Rachel cuando él abrió la puerta y la abrazó—te extrañé. 

—Yo también, cariño— le respondió Alex y sus brazos se aflojaron del cuerpo de su novia, para saludar a sus suegros.

—Sr. Anthony, Sra. Pepper, buenas noches—saludó Alex siendo lo más cortés posible—Pasen, por favor.

—Vamos chico, sabes que puedes llamarme Tony— lo saludo con una sonrisa—de todos modos, ya nos conocemos.

—No hace falta que me digas señora, Alexander—replicó Pepper.

—Está bien, lo lamento Pepper— sonrió el ojiazul.

—Mamá, creo que Alex prefiere el Alex que el Alexander— comentó Rachel.

—Y yo el Pepper antes que el señora— bromeó la rubia.

—Rayitos—saludó Tony a Scott— es bueno verte.

—Lo mismo digo, Sr. Stark—respondió éste. Tony giró los ojos, mientras bufaba.

—Lo mismo que a tu hermano, Tony es suficiente, niño—renegó ocasionando la risa de Rachel.

La cena no había salido mal para la sorpresa de Alex, aunque estaba aliviado por ello de alguna manera. Se había esforzado de sobremanera, claro que Scott había ayudado mucho.

Rachel estaba a su lado a la izquierda, mientras Scott estaba a la derecha y sus suegros en frente.

Tony contaba algunas anécdotas y bromeaba sobre los Vengadores, Alex, Scott y Rachel también comentaron acerca de los X-Men. Todos charlaban animadamente y reían.

—Gracias— susurró Rachel—todo está increíble, te esforzaste mucho.

—Lo mejor para mi chica—respondió él besando su mejilla.

—Tengo una sorpresa para ti— comentó ella y él sonrió.

—¿Me va a gustar?— preguntó con cierto tono pícaro.

—La verdad, no lo sé— se sinceró ella.

La hora de entregar los regalos llegó, Tony fue el primero en entregar los regalos, diciendo que era un pequeño detalle y que no era mucho. Rachel no le pudo creer a su padre, era Tony Stark, era obvio que no sería un pequeño detalle, para su hija era imposible creerse su falsa modestia.

Por otro lado, Alex estaba aún más nervioso de lo que estaba al principio, tocaba varias veces el bolsillo del pantalón para que estuviera seguro de que tenía lo que necesitaba. Pepper fue la segunda en entregar los regalos, luego Scott y después fue el turno de Rachel.

—Bien, este es para Scott, espero te guste, yo lo diseñé—Rachel le entregó una caja grande a Scott. Alex supo que lo que había dicho su novia no había sido por egocentrismo, ella de verdad esperaba que le agradara su regalo a Scott.

Scott abrió el regalo y encontró lo que quería, sólo que mejor. Era un dron de última generación y tenía la marca Stark.

— Tiene cámara y puedes controlarlo mediante el Smart Watch, funciona con la voz, deberías configurarlo.

Scott asintió emocionado y habló, la voz de Friday lo sorprendió. Su sonrisa no podía ser más grande y Alex agradeció internamente a su novia por estimar tanto a su hermano.

—Dios, Rachel, gracias, gracias de verdad— Scott abrazó a la chica, levantándola del suelo. Ella le susurró algo y él la dejó de apretar tanto.

—Bien, este es para Alex— Rachel tomó una caja con un moño celeste claro entre sus manos y se lo entregó.

—Espero te agrade la sorpresa— musitó ella nerviosa, él le sonrió en respuesta y abrió la caja.

Lo que había dentro lo dejó consternado, era ropa de bebé de un color celeste. Sonrió confundido y trató de sacar la pequeña chompa, pero visualizo otra cosa entre esta. Era una prueba de embarazo, Alex miró a Rachel con los ojos brillantes y luego vio la prueba: positivo.

Alex cargó a la castaña y le dio vueltas, mientras besaba su rostro.

—Seré papá, seremos padres, amor— rió él mientras la dejaba sobre el suelo.

—¿De verdad estás feliz?—preguntó ella con los ojos aguados. 

—¿Bromeas? Claro que si, cariño. Tendremos un bebé, nuestro bebé— respondió él y ella sonrió ampliamente— Yo también tengo algo para ti.

Alex sacó la pequeña caja de terciopelo negro que tenía en su bolsillo y se arrodilló frente a ella.

— Rachel Stark Potts, eres la chica más maravillosa que he conocido en mi vida, te amo como no tienes idea, eres la dueña de mi corazón y de mi cerebro, eres la mujer con la que quiero pasar el resto de mis días, quiero ver tu sonrisa siempre, quiero ser yo quien te consuele cuando llores, el que te cuide cuando enfermes, el que te abrace cuando duermas, quiero verte despertar todos los días, quiero hacerte feliz. Rachel, ¿quisieras hacerme el hombre más afortunado de este mundo y de los otros ocho aceptando ser mi esposa?— preguntó con los ojos vidriosos, la castaña soltó un sollozo y asintió—Dilo, amor.

—Sí, acepto Alex— él le puso el anillo y la cargó besándola. Los otros tres presentes aplaudieron.

En la calle los fuegos artificiales comenzaron y todos se acercaron a la ventana a mirar. Alex tomó la mano de Rachel y la hizo girar en su dirección.

— Feliz Navidad, princesa— la chica le sonrió y lo besó tomando cuidadosamente sus mejillas—Te amo.

— También te amo— respondió la ojimiel. 

Westview; MultifandomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora