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Miré por tercera vez a mi hermano dar vueltas en mi habitación mientras se tomaba el cabello entre las manos, esto se volvía desesperante.
—Scott, me estás mareando—él no se detuvo a mirarme siquiera—Scott, basta, harás un agujero en el piso y te juro que si dañas mi alfombra te mataré.
Finalmente se detuvo y se sentó a mi lado en la cama. —Tranquilo, ya encontraremos una solución—comenté y acaricié su espalda para reconfortarlo—Quiero decir, aún no sabemos que soy pero da igual, ¿sabes? Ya lo descubriremos.
El moreno me miró y sonrió más calmado. El timbre sonó causando que los dos nos pusiéramos de pie.
—Debe ser Stiles—dijimos al unísono.
Bajamos y Scott le abrió al chico de lunares, el cual luego de saludar a mi hermano, me dedicó una sonrisa y beso las comisuras de mis labios.
—Que bueno que respeten la regla de no besos frente a mí, aún es extraño ver a mi mejor amigo y a mi hermana—interrumpió mi hermano y le dirigí una mala mirada—De todos modos, debo ir a ver a Liam, por favor compórtense.
Elevé una ceja hacia él y él sonrió.
—Yo debería decir eso—exclamé mientras Scott se apresuraba a cerrar la puerta.
Stiles tomó vacilante mi mano y lo miré, él sonrió y pude denotar timidez en su rostro.
—¿Todo bien, Stiles?—pregunté con el ceño fruncido.
—Sí, sólo es—él suspiró y me sonrió—nada.
Se acercó y besó mis labios con extremada dulzura, le devolví el beso y lo abracé por la cintura, él en realidad era mucho más alto que yo. Me separé de él cuando escuché los latidos de su corazón acelerarse.
—Voy a darme una ducha—él me miró curioso y yo sonreí levemente—hace calor.
Él asintió confundido y sonrió con picardía mientras sostenía la tira de su sudadera entre los labios.
—¿No quieres que te acompañe?—interrogó tomándome de la cintura, elevé una ceja hacia él—Okay, está bien, no ahora.
Tomé la ducha lo más rápido que pude y me cambié de ropa.
—¿Aún no saben que eres?—inquirió mi novio cuando salí del baño. Estaba sentado en mi cama con las manos en sus rodillas.
—No—contesté mientras peinaba mi cabello—Scott está preocupado y para ser sincera, me cansé de pensar cada cinco minutos en una criatura sobrenatural y luego descartarla. Necesito ayuda, ¿qué crees tú?
—Creo que te ves muy sexy en mi camisa—comentó mirándome de pies a cabeza.
—¡Stiles!—renegué y él sonrió—es un tema serio.
—Bien, lo siento. ¿A quién se te ocurre pedirle ayuda?
Lo miré insegura de mi respuesta. No porque sintiera que la opción era mala, si no por la posible reacción de mi novio.
—A Parrish—murmuré y él me miró serio—¿Qué? Jordan es muy inteligente y puede ayudarme ya que él está en las mismas condiciones. Además, se le dan bien todas estas cosas y es amable.
—¿Vas a seguir exaltado las cualidades de nuestro amigo Parrish? Porque si es así podría traer mi bowl de palomitas—habló con la voz llena de sarcasmo.
—No, Stiles, hablo en serio—repliqué mirándolo suplicante—No hagas esto, él de verdad puede ayudar.
Él asintió sin mirarme y me senté sobre sus piernas para llamar su atención. Tomé su barbilla y lo hice mirarme a los ojos.
—Te amo, ¿lo sabes?—preguntó mas no me dejó responder—escúchame, no he esperado seis años para decirte que te quiero como para perderte por cualquiera ahora.
Reí, sin poder controlarlo reí ganándome una mirada seria de Stiles.
—Stiles, no te voy a dejar por Parrish, ni por él ni por nadie—le sonreí y él acarició mi cabello—¿no crees que yo también esperé mucho para que me digas que me querías?
Stiles sonrió y me besó la mejilla para luego depositar besos por toda mi cara hasta parar en mis labios.
—Te amo, te amo demasiado—murmuró contra mi cuello.
