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El reloj marcaba las doce de la noche y yo estaba sola en mi cama, como las últimas dos semanas. Sola en la cama, la cual supuestamente era mía y de William.
Al principio creí que era por el trabajo que él llegaba tan tarde, incluso a veces no llegaba a dormir, pero últimamente no sabía bien que pensar.
Cada vez que el volvía de trabajar, con sólo cruzar la puerta su cuerpo se tensaba y su rostro hacia una mueca de irritación. Yo le echaba la culpa al trabajo, de verdad quería creer que era el trabajo.
Y era lo que más aceptaba mi mente, William nunca hizo nada para que yo dudara de él y sus sentimientos hacia mí.
Sin embargo, mi corazón estaba inquieto y reacio a entender esa sola razón.
El teléfono a mi lado sonó y pegué un pequeño salto por el susto.
—¿Diga?—pregunté y la persona al otro lado soltó un suspiro.
—Cassie, soy Ben—respondió la voz de mi mejor amigo, sonreí y pasé una mano por mi cabello castaño.
—Ben, ¿cómo has estado? No has llamado en dos semanas—sentía una indescriptible felicidad, era como si el hecho de hablar con él me hiciera olvidarme de las cosas que atormentaban mi mente—Eres un desconsiderado, Barnes.
Sentí una risa al otro lado y sonreí abiertamente, pero luego vi el reloj y recordé el por qué de mi angustia.
—Lo sé, lo siento. Salí de viaje de último momento pero ya estoy de vuelta—su voz sonaba un poco disfónica, parecía enfermo—¿estás en tu departamento ahora?
—Ben, ¿estás llamando a mi teléfono fijo y me preguntas si estoy en casa?—contesté con ironía y él rió dándose de su error.
Pero luego, su risa se desvaneció, de improviso y como sí la hubieran cortado con un cuchillo la alegría en su voz se esfumó.
—Voy para allá, necesito hablar contigo—su voz vaciló un instante y continuó:—es importante.
Antes de que pueda contestar, él había cortado. Sabía que no iba a demorar, su casa estaba muy cerca de la mía por lo que tenía poco tiempo para ponerme algo decente.
Así que sólo tomé unos jeans y mi sudadera guinda que decía Stilinski 24que me había regalado Ben el invierno pasado.
Era de la serie Teen Wolf, del personaje Stiles Stilinski. Él sabía que me gustaba la serie y el personaje así que no le importó cuanto costara y me la regaló en invierno, un día que fuimos a caminar.
Terminé de ponerme los tenis cuando el timbre sonó, sabía que era Ben por lo que abrí.
—Hola, Cassiopeia—murmuró con voz grave mientras me abrazaba. Sonreí sobre su hombro mientras me separaba de él. Ben miró mi atuendo y sonrió con un brillo en sus ojos color chocolate—aún la conservas.
