Warning: angst, fluff. Advice: No es igual que la serie, por el bien del one shot y el de mi corazón.
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Las gotas de lluvia golpeaban el vidrio de la ventana, y el viento empujaba las ramas del árbol, incluso con un edredón envuelto a mi alrededor sentía frío.
Y así se sentía todo desde que se fue, frío.
Vacío.
Recuerdo que en días como estos nos quedábamos en el sofá todo el día, mirando películas, con muchas frituras y comida chatarra, comida que él odiaba que comiera seguido porque "no era saludable para mí"
Cómo trataba de mantener todo ordenado aunque ese día solo deberíamos estar relajados.
Su risa cuando veíamos comedias, y su expresión tensa que intentaba esconder cuando mirábamos alguna película de terror.
Giré levemente mi cabeza y miré fijamente la foto que estaba sobre el buró de madera de caoba, estábamos los dos en el patio de la casa, alejados de las peleas de Diego y Luther.
Estábamos junto a Klaus, perdiendo el tiempo, hasta que él nos tomó la foto; yo sonreía y Ben estaba riendo mientras me sostenía en sus brazos.
Mi Ben.
Mi pecho se contrajo dolorosamente, y sabía que mis ojos no transmitían más que añoranza.
Sentía mis ojos húmedos, y la garganta me dolía. Podrían pasar décadas y yo aún tendría la misma reacción al pensar en él, en lo que teníamos.
Y el hecho de que no pude hacer nada para evitar su muerte no lo hacía mejor, se supone que había entrenado para eso. Era ocho, por amor a Dios, era una Hargreeves. Una miembro de la academia Umbrella.
Tampoco lo hacía más fácil el hecho de que podía materializar cualquier cosa que quisiera, pero no a él.
Nunca a él.
Sentía envidia de Klaus, porque él podía verlo, hablarle. Ben siempre estaba con él, yo lo sabía, Klaus me lo dijo.
Y aunque intentó ayudarme a contactarlo, nunca tuve el suficiente valor.
Cerré los ojos fuertemente, intentando aminorar el dolor punzante en mi garganta por retener los sollozos, sentía mis manos muy calientes y un tenue destello de luz amarilla reflejó la pared.
Un golpe se escuchó en la habitación contigua, solté un suspiro tembloroso limpiando las lágrimas que habían caído, seguro era Klaus.
Intenté concentrarme de nuevo en la lluvia que caía afuera, y lo logré momentáneamente hasta que el sonido de música viniendo de la habitación llamó mi atención completamente.
No era la habitación de Klaus, era la de Ben.
No era cualquier canción, era nuestra canción.
Oh, my love, my darling I've hungered for your touch A long, lonely time
Arrojé el edredón al suelo y salí apresuradamente, la puerta de la habitación de Ben estaba entreabierta y la canción seguía sonando.
And time goes by so slowly And time can do so much Are you still mine? I need your love
Abrí la puerta lentamente, la oscuridad no dejaba apreciar todo con claridad, pero había alguien parado en medio de la habitación, de espaldas a la puerta.
Encendí la luz rápidamente, el intruso estaba vestido completamente de negro y tenía una capucha.
—Date la vuelta—siseé con los dientes apretados, vi como se tensó.
El hombre empezó a girar lentamente, y entonces todo el aire salió de mis pulmones.
Estaba ahí, frente a mí, con sus hermosos ojos oscuros posados en los míos, una sonrisa se extendió por su rostro y dio un paso más cerca.
Tomé una rápida bocanada de aire, incrédula.
—¡KLAUS!—grité con las manos temblorosas—¡Klaus, ¿Qué mierda?, esto no es es gracioso!
Ben, o el fantasma de Ben, no sabía que estaba viendo, soltó una pequeña risa.
—No me metas a mí, yo no estoy haciendo nada, mira—Klaus apareció por la puerta, sosteniendo sus manos en el aire—Tal vez deberías controlar tus habilidades, hermanita.
Y así como llegó se fue, con aire despreocupado.
Giré nuevamente mi mirada al frente, Ben seguía ahí, mirándome fijamente como si estuviera recordando cada una de mis facciones.
—I'll be coming home, wait for me—citó al ritmo de la canción.
Solté un sollozo y me acerqué rápidamente a él, toque su rostro titubeantemente, hasta que sentí su calor, era él.
De verdad era él.
Lo abracé con toda la fuerza que tenía en el cuerpo, que ha decir verdad no era mucha, estaba temblando.
—No puede ser—balbuceé—no puede ser, ¿Cómo estás aquí?
Él solo río levemente, con la voz quebrada, acarició mi cabello mientras yo intentaba mirarlo a los ojos.
—Fuiste tú—respondió con simpleza—no sé cómo lo hiciste, pero descubriste la forma de concentrar tu poder hasta este punto.
Tomé aire para hablar, pero él me interrumpió, uniendo sus labios con los míos.
Era cálido y delicado, pero aún así, era apasionado, sus labios se sentían tibios sobre los míos.
Era Ben, mi Ben.
—Si este es un sueño no quiero despertar—susurré y el rió sobre mis labios.
—Te extrañé, muchísimo—me susurró al separarse de mí—hay algo que no te dije, y debo hacerlo.
Lo miré a los ojos, mi sonrisa decayó y sostuve su rostro.
—¿No te irás de nuevo, verdad?—él sonrió, intentando transmitirme tranquilidad, y negó con la cabeza.
—No, cariño, no me iré—afirmó, tomó mis manos entre las suyas y las besó—debía decirte que te amo, y ahora tendré tiempo para demostrarte cuánto.
—También te amo—respondí y me besó—definitivamente, extrañaba tus muestras de afecto.
—VIVAN LOS NOVIOS—gritó Klaus desde su habitación, y ambos reímos.
Extrañaba reír con él, lo extrañaba.
Ahora lo volvía a tener a mi lado, y esperaba que esta vez sea para siempre.
