Cuello

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La tarde llegaba y con ella el sol moría como todos los días. El ambiente era confortable y las suaves sábanas que los cubrían permitían que el calor no escapara, pues era de ellos y solo ellos podían decidir cuándo salir de su burbuja.

Un moreno acunaba entre sus brazos a un alto alfa albino. Su sonrisa no era tan amplia, era ligera imitando la sensación de su cuerpo, amaba lo descarado que podría llegar a ser el menor después de esas acciones, que lo estuviera abrazando de forma posesiva le encantaba. A pesar de eso sabía que pronto se iban a tener que levantar porque el alfa iba a recordar el molesto tiempo, y por eso él se esforzaba en mantenerlo atado a su pecho.

—Gon, es tarde.— Las palabras que menos quería escuchar. —Debo irme o alguien podría verme aquí.— Sin mucho ánimo apartó los brazos de su cuerpo, rompiendo esa burbuja. El mayor hizo un puchero mientras intentaba pensar en qué hacer para que el otro no se fuera de su lado tan rápido.

—Deberíamos tomar un baño, Killua.— Se sentó en el colchón, el Zoldyck paró en seco para voltear a ver al omega. Estaba sonrojado hasta las orejas pensando en la situación y el que la propuso únicamente rió.

—Pero eso solo hará que nuestros aromas se mezclen y...— Volvió a estallar en rojo mientras el mayor bajaba de la cama para alcanzarlo. —Se darán cuenta que nos vemos a escondidas y...—

—¿Hay algún problema con eso?— El menor escondió su rostro tras su cabello mientras negaba. —¡Entonces vamos a bañarnos!— En un ágil movimiento cargó al alfa entre sus brazos al viejo estilo nupcial, listo para tomar una larga ducha que esperaba durara hasta que la luna llegara a su punto más alto. Estando dentro de esa gran habitación de tonos blancos lo bajó. —Killua, ¿puedes poner a llenar la tina? debo ir a buscar unas cosas.— Asintió sin decir ninguna palabra, recibiendo un corto y rápido beso en los labios como premio por ser tan obediente.

Gon caminó fuera del lugar, hacia su cama donde una mesita de noche se hallaba, sobre ella dos cajas de madera yacían con un candado de contraseña reteniendo su privacidad. Marcó el número "0707" y ésta se abrió dejando ver una pequeña llave que inmediatamente tomó y acercó a ese collar que su cuello portaba. Un pequeño clic sonó, dejó la llave nuevamente dentro y también ese molesto protector de mordidas que se obligaba a usar. Lo miró un momento antes de cerrar la caja, estaba casi destrozado, con los dientes del albino marcando toda la superficie, esto hizo sonreír al moreno.

—Ya está la tina.— Un pequeño grito salió del baño, cerró la caja y corrió al lugar. Al llegar el albino tragó saliva de forma sonora, mirando sin descaro el cuello desnudo. —Deberías meterte, después yo...—

—¡Eres tan lindo Killua!— Corrió a abrazarlo frotando sus mejillas, porque a pesar de ser alto no era demasiada su diferencia de altura. —Pero hoy fingiremos que somos una pareja tradicional, así que te toca ir primero.— El alfa abrió sus labios pero fue callado por un beso. —No era pregunta.— Sin poder decir más se metió a la tina, se sentó y puso las manos entre sus piernas como si de un niño pequeño se tratase. —Aww, eres tan lindo.— Mucho más rápido que el otro entró, rompió el seguro de sus brazos para poder recargar su espalda en el pecho del menor y obligarlo a pasar esas tímidas manos por su cintura. —Sí, somos una pareja tradicional.— Sus mejillas se tornaron un poco rosas.

—Las parejas tradicionales son tontas, idiota.— Quitó las manos de la cintura del moreno para tomar uno de los cuencos y mojar el negro cabello. "Así no se va a molestar."

—¡Lo sé!— Sus puntas caían y el masaje en su cabeza comenzaba. —Pero a veces también es lindo cuando haces estas cosas por mí...— Un sorpresivo beso en su mejilla lo hizo sonreír, el Zoldyck le seguía el juego y eso era lo mejor. —Lo decidí, cuando vivamos juntos te obligaré a tomar la iniciativa de las cosas, tendrás que abrazarme primero, cargarme primero, besarme primero, ¡Y...! ¡ay, auch!— Su cabeza fue frotada con fuerza.

A de alfa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora