Bozal

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Una vez alguien sabio dijo que no se podía decir que todos los oprimidos eran omegas ni todos los poderosos eran alfas. Muchos criticaron su opinión a pesar de ser la verdad. Omegas con poder podían ser más crueles y viles que un alfa nacido en la inmundicia, era aun peor cuando aquel omega era dominante; ni siquiera la "voz" del otro podría controlarlo o ponerle un alto.

Y entre esta situación de poder había nacido un omega dominante de nombre Gon. Hijo de Ging Freecss y Kite, cuidado amorosamente por la prima del primero y dejado caminar junto a sus progenitores en aquel bajo mundo. Porque Gon tenía poder, pero no del que un político podía gozar, eso sería muy aburrido, el menor de los Freecss tenía el poder que la mafia de su familia poseía. Más allá de un absurdo político.

Pese a eso la mayoría que lo conociese no pensaría mal del tierno y varonil omega. Era lindo, amable, amigable, con una bella sonrisa y una positividad que en ciertas situaciones pudiera ser enferma, pero para descubrir eso deberías entender también su otra cara. Esos momentos donde Gon no era amable, donde sus palabras eran frías y su enojo tan denso como la opacidad de su mirada; donde no para por nada ni nadie una vez tenía su objetivo. 

No era alguien inocente, por algo se apellidaba Freecss.

Por eso, y para sorpresa de nadie, ese día visitaba junto a su padre una locación de las arañas. Solo era una simple cortesía para mantener a flote las relaciones entre ambas mafias.

—¡Ging y mi linda manzanita Freecss!— Una voz divertida los llamó. Un alto hombre de piel pálida y ojos dorados se hizo presente con esa caminata tan llamativa de extensas caderas en sincronía. —Perdonaran que Chrollo no pueda recibirlos, pero para eso estoy yo.— Hizo una reverencia ante el hombre con barba para después tomar la mano del hijo, que intentó quitarla sin éxito. —Vamos mi frutita silvestre, no te pongas nervioso, ¿no ambos somos omegas?— La besó.

—Hola Hisoka.— Gon mantuvo su ceño fruncido sin responder lo último.

—Bueno payasito.— El patriarca rompió con ese raro ambiente que el mago provocaba. —¿Para qué nos solicitaba tu alfa?— Inmediatamente el de cabello rojo sonrió.

—Tan seco y directo como siempre señor Freecss, me encanta.— Mordió su labio. —Diga, ¿no ha pensado en tener una pelea amistosa?—

—No creo que a tu líder le guste que llegues hecho trizas.— Respondió cortante.

—Si me habla así solo provocará que quiera hacerlo aun más.— Rió para acercarse al menor. —Tu otro padre tiene buen gusto aunque muchos piensen que no es así. De nadie más pudo haber salido una manzanita tan agridulce como tú.— Acarició su mentón, Gon solo lo miró con fastidio.

—Suelta a mi hijo o tendré que llamar a Chrollo.—

—Por eso nunca te dejes marcar por superiores mi linda fruta.— Se alejó. Puso sus manos en su cintura tomando una pose recta antes de dedicar una sonrisa que causó que ambos Freecss se arrepintieran de tener una alianza con las arañas. —Creo que lo mejor es que ustedes mismos los vean, aunque les advierto, si dicen "lo compro" no se aceptan devoluciones.— Les guiñó el ojo causando un escalofrío en los morenos. Su caminar con tacón empezó indicando que debían seguirlo.

Un almacén se hallaba delante de ellos, en silencio, no tenían la menor idea de que pudiesen encontrar. Alimentados por la curiosidad apresuraron el paso.

Las inmensas puertas fueron abiertas, un aplauso anunció el espectáculo. Cadenas y omegas semidesnudos aparecieron delante de los ojos marrones. Su boca hizo una pequeña "o" mientras pasaba su mirada por los cuerpos de los de su casta a la par que su progenitor ponía los ojos en blanco con fastidio.

A de alfa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora