Gargantilla

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En una amplia y bellamente decorada habitación, dos mujeres yacían. La menor tenía una trenza recargada en su hombro mientras pacientemente desenredaba los dorados cabellos de su pareja con paciencia. —Me ganaste en llegar al final del mercado del pueblo hoy.— Comenzó a peinar la cabellera. —Me gustó ir otra vez, pero sabes que podemos enviar a algún guardia para lo que necesites, Retz.—

—Lo sé, pero me gusta pasar el rato con nuestra gente, escucharlos es importante.— La alfa juntó sus mejillas para frotarlas. —Además...— La omega tomó aire aún con mil pensamientos en la cabeza. —Nada, ¿qué quería tu hermano? Estuviste ocupada toda la tarde por su culpa.—

—Perdón, te dejé mucho trabajo. Respecto a Illumi, ya sabes, lo mismo de siempre.— Continuó con su labor separando los mechones. —¡Detesto que se meta en como dirijo mi pueblo! Por su culpa tengo un problema con la asociación de cazadores, yo no quería contratar a Freecss, pero él insistió en que debía hacerlo para poder obtener "nueva fuerza".— Refunfuñó. —Y ahora nos quieren cobrar por él, están locos.— Su pareja notó el tono preocupado con el que hablaba la alfa.

—¿Illumi no ayudará con eso?—

—No, está demasiado ocupado tomando el quinto pueblo central. Después de que mamá desapareciera con quien tenía que heredar eso, sabes como se pusieron las cosas.— Suspiró agotada. —Ese pueblo negó la autoridad de papá...—

—Su madre les dejó un gran problema.—

—Era malvada, pero no pienses mucho en eso.— Terminó el bello peinado para proceder a abrazarla y soltar un leve aroma a fresas. —Dime cómo estuvo tu día.— La rubia comenzó a besar sus mejillas y la Zoldyck reía mientras sus feromonas seguían invadiendo el lugar indicando que estaba disfrutando de su momento a solas. "Todos los omegas merecemos algo así". Pensó en el cazador y en la promesa que le había hecho, no iba a cumplirla. Su alfa tenía muchos problemas por su "muerte", y aunque por un segundo pensó en ayudar al de su casta si decía que estaba de acuerdo con su vínculo, nada de eso pasó. "Seguramente se mantiene con él para que no ataque el pueblo..."

—Linda...— Llamó a la cabeza principal. —Necesito me hagas un favor, ¿puedes?— La otra al instante besó sus labios.

—¡Claro muñequita!— Le encantaba ese apodo.

—Necesito lleves guardias al pueblo mañana a vigilar. Nosotras también tenemos que estar ahí.—

—¿Pasa algo malo?—

—El cazador...— Solo quería ayudar a todos.

...

La mañana iluminaba, los sonidos de la mañana invadía sus oídos, y el cazador Gon Freecss se encontraba sobre su presa besando sus labios una y otra vez mientras el alfa se ponía cada vez más rojo.

—Tengo que cambiarme.— Dijo el albino entre besos intentando alejarlo. No comprendía el repentino cambio de su omega, le gustaba, pero a la vez hacía que su corazón latiera demasiado y eso lo aterraba.

—Después.—

—Gon es en serio.— Puso una mano sobre su boca, el moreno hizo un puchero. —Si hoy bajaremos al pueblo para irnos para siempre debemos arreglar las cosas cuanto antes, idiota.— El cazador ladeó la cabeza para después sonreír.

—Siempre existe un mañana.— Buscó quitar su mano pero el menor se lo impidió.

—No seas terco, era tu plan irnos hoy.— Dijo entre dientes.

—¡Mis planes me han salido mal desde hace bastante tiempo!— Cruzó sus brazos, eso realmente lo molestaba. —Así que uno más no afecta.— Killua frunció su ceño.

A de alfa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora