Capitulo 1: Los Reyes de Roppongi

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Alguien golpeaba frenéticamente a mi puerta, abrí un poco mis ojos y vi directo al reloj eléctrico que tenía en la mesa de noche, ya se me había hecho tarde para la escuela, otra vez.

Los golpes seguían y seguían desde el otro lado de mi habitación.

Me paré de un brinco de la cama dando unos cuantos traspiés hasta llegar a la puerta para callar al imbecil que no dejaba de hacer ese maldito ruido.

-Chifuyu ya te escuché- Miraba borroso porque aún estaba algo adormilada y la luz me calaba un poco en los ojos.

Chifuyu ya estaba vestido con el uniforme de la escuela, llevaba su mochila en un hombro y tenía una bolsa de plástico en su mano.

-Date prisa no te esperaremos más de diez minutos.

Volví a cerrar la puerta de mi cuarto, en menos de 8 minutos ya me había puesto el uniforme, había cepillado mis dientes, peinado y un poco de maquillaje.

No era la primera vez que me quedaba dormida , por eso una noche antes dejaba todas mis cosas preparadas para solo tener que tomarlas y salir corriendo de la casa.

En un hombro me colgué la mochila y en la otra mi bolsa de deportes.

Corrí escaleras abajo y mi hermano y su amigo ya me estaban esperando, bajé los últimos dos escalones que quedaban de un solo salto para llegar a ellos.

-Gracias por esperar- Chifuyu me tendió la bolsa de plástico que llevaba en sus manos, cuando la abrí pude ver un sándwich de crema de maní con mermelada, mi favorito -¡Te amo hermano!

-Nada de te amo, te va a costar.

Le di un gran mordisco a mi sandwich, disfrutando la mezcla de sabores entre la mermelada y el maní.

-Sabes soy tu hermana mayor deberías tenerme más respeto- en su lugar Chifuyu me quitó el sándwich que tenía en mis manos, me giré a Keisuke para que interviniera, no sé porque mi hermano le obedece en todo  -Capitán su subcapitán está siendo grosero- Fingí un puchero.

-Devuélvele eso Chifuyu- Sabía que mi hermano no podía negarle nada a Keisuke.

-Gracias- canturrié victoriosa -No podré regresar con ustedes, iré directo a mi clase de Kento- Hablé mientras me atragantaba con un pedazo de pan.

-Nat primero traga lo que tienes en la boca, no se te entiende- A pesar de que Chifuyu era dos años menor que yo siempre fue el más maduro, él se comportaba como el hermano mayor, no me incomodaba nuestra relación siempre fue buena y me gustaba que todas las expectativas de la familia estuvieran en él y no en mi.

Incluso iba a reprobar dos años para estar en el mismo grado que él, pero después de que reprobé un año mi mamá lo descubrió y me dijo que si lo volvía a hacer me sacaría de mis clases de Kendo. No estaba dispuesta a sacrificar eso por nada.

Todo el camino a la escuela fue igual que siempre, discusiones sin sentido, Kei interviniendo para que no golpeara a Fuyu y nosotros a él por querer quitarse el sueño de encima golpeando a una pobre alma que pasara junto a nosotros.

Llegamos a la puerta de la escuela y me despedí de ellos, nuestros salones estaban en sentidos opuestos.

-¡Recuerda que tenemos reunión en el templo!- Kei me gritó desde el otro lado del pasillo.

-Si, si lo que diga capitán- me despedí moviendo la mano.

Era la única mujer en todos los miembros de la ToMan, pertenecía al escuadrón de Keisuke, mis habilidades en el Kendo impresionaron a Mikey y me pidió que me uniera a ellos, a Chifuyu no le encantó la idea a primeras pero con el tiempo se acostumbró, tampoco era como si no supiera defenderme y al estar en el mismo escuadrón que mi hermano él me cuidaba.

Entre Sangre y Romance Donde viven las historias. Descúbrelo ahora