Capitulo 6: Pequeño problema

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Ya había pasado casi un mes desde que la alianza de Tenjiku y la Tokyo Manji inició, parecía que dicho acuerdo funcionaba, las peleas por ganar territorio disminuyeron y ninguna de la dos pandillas se metían en los asuntos de la otra.

En cuanto a otro tipo de relaciones, Rindou y yo nos llevábamos muy bien, nos hacíamos llamadas hasta altas horas de la noche y solo hablábamos en persona durante las reuniones. Pero en la escuela las únicas veces que se dirigía a mi era cuando Ran hacía que los dos interactuaramos o teníamos que hacer algún trabajo juntos.

Con Ran era más de lo mismo solo que en las reuniones no hablábamos para nada, jamás habíamos tenido una interacción, pero en la escuela pasábamos todas la clases juntos haciéndonos bromas y jugando. También tomaba mi mano de vez en cuando y yo nunca la quitaba porque me gustaba ese tipo de interacción.

Pero había un pequeño problema creo que desarrollé sentimiento hacia los dos, no amistosos como los tenía con Kei o con cualquier miembro de la ToMan y eso me carcomía por dentro.

Los Haitani pasaban más tiempo en mis pensamientos que lo que pasaba Kohaku en ellos.

Faltaban cuatro días para la competencia de Kendo y estábamos entrenando más de lo normal para estar preparados, eran las once de la noche cuando terminamos el tedioso entrenamiento, llamé a Chifuyu varias veces pero no me contestaba, al final me terminaría yendo con Kohaku quien vivía a una cuadra de mi edifico.

Por la hora que era  las calles estaban muy solas, ambos íbamos tomados de la mano y cada quien cargaba su bolsa de deportes.

Íbamos hablando de lo nerviosos que estábamos de la competencia y que ya queríamos que llegara para quitarnos esa obligación, o eso lo decía yo.

Soy una persona competitiva por naturaleza y odio perder, porque siento que pude hacer mucho más para lograrlo.

Estábamos a una cuadra de la casa de mi novio cuando pasamos cerca de un callejón y escuché pisadas detrás de nosotros, discretamente volteé hacia atrás y pude ver a cinco tipos con el traje de Moebius siguiéndonos.

Sabía de lo que esa pandilla era capaz, no tenían consideración con nada ni con nadie, comencé a caminar más rápido jalando a Kohaku, no quería decirle nada porque tiene complejo de Avenger y los dioses saben de que son capaces esos gorilas.

-¿Nat qué sucede?- El aún no notaba a nuestros proximos verdugos que nos seguían.

Sentía como mi cuerpo se comenzó a llenar de adrenalina.

-Tú camina y no mires atrás- Sabía que en cualquier momento nos alcanzarían, con mi mano libre comencé a sacar mi Katana de madera.

Ya estaban justó detrás de nosotros, le solté la mano a Kohaku y con toda la fuerza que tenía le di un golpe en la cabeza al tipo que tenía más cerca de mi, cayó de inmediato ahora me faltaban cuatro.

Kohaku al percatarse de lo que estaba sucediendo, también sacó su katana, pero yo mejor que nadie sabía que no se podía pelear de la misma manera en un dojo con reglas y un árbitro que monitorea la pelea en todo momento, que hacerlo en la calle con unos imbeciles que no duraran en tirarte todos los dientes de un solo golpe.

Me estaba costando defenderme y cuidar que no se le acercaran demasiado a mi novio.

Kohaku le dio a uno pero solo lo logró aturdir un poco, yo aproveché para darle dos veces más una en el pecho y otra en la cabeza para dejarlo inconsciente.

Todo estaba sucediendo muy rápido.

Quedaban tres más pero Kohaku ya había recibido un par de golpes, por el rabillo del ojo vi como uno de ellos estaba por darle en la cara e inmediatamente le di en la parte de atrás de las rodillas para que se cayera pero ese descuido mío me costó un golpe en el estómago y otro en la cara.

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