Capitulo 18: La zorra de los Haitani

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Con excitó había logrado ocultar mis tatuajes de mi mamá, había escogido un buen lugar para ellos, me ponía banditas o blusas de manga larga para tapar el de mi muñeca y el del cuello podía esconderlo con facilidad con mi cabello.

Me dio algo de hambre, pero nada de lo que había en casa me gustaba, podría ir a una tienda cercana y comprar algo de comida rápida o algo fácil de preparar. Con el nuevo horario se miraba que ya era muy tarde pero apenas eran las ocho de la noche.

-Chifuyu voy a ir a comprar algo para la cena ¿Quieres algo?- le dije desde el otro lado de la puerta de su cuarto.

-Cómprame lo mismo que tú.

-Ok, ahora regreso.

Me colgué mi pequeño morral y agarré mis llaves.

Caminé por varias calles mirando cada letrero o restaurante que pudiera tener algo que me interesara, pero no había nada que se me antojara.

Con cada paso que daba podía sentir como alguien me seguía, pero cada vez que volteaba atrás no había nadie. Apresuré mi paso, más vale prevenir que lamentar o ya me estoy volviendo paranoica.

Me comencé a asustar cuando escuché unos pasos en una calle donde solo estaba yo, no tenía con que pudiera defenderme, incluso había olvidado mi gas pimienta. Busqué rápidamente algo en el suelo que pudiera servirme como arma, pero no había nada.

Tendría que ser a puño limpio, era buena golpeando, pero tenía un límite no sabría cuanto aguantaría así.

Por el reflejo de las sombras vi a tres sujetos, no era nadie conocido sino ya me hubieran hablado. Sabía lo que venía a continuación, metí mi cabello por abajo de mi sudadera y me puse la capucha, al menos así no me podrían agarrar del cabello. De hecho mi traje de la ToMan fue diseñado con esa intención, Mitsuya pensaba en todo.

Cuando vi las sombras muy cerca de mi comencé a correr y esos idiotas también, creí que los había perdido pero uno de ellos salió por la calle frente a mi.

Había visto muchas veces a Mikey tirar patadas incluso habíamos practicado un rato en el dojo de su abuelo, puse todo mi peso en el otro pie como él me había enseñado y le di en la cara, no lo tiré pero si me dio el tiempo suficiente para tirarle un golpe a uno de los hombres que tenía atrás.

Nariz, ojos y entrepierna eran los puntos más fáciles de golpear y donde podía causar más daño.

Me estaba enfadando pero más conmigo misma porque si hubiera tenido mi Katana sin problemas los pude haber vencido.

-¡La perra se sabe defender!- bramó uno de ellos y luego escupió una gran cantidad de sangre.

No duraría mucho, necesita escapar lo más pronto posible de ellos.

-Me rompiste un diente, me las vas a pagar- Después de todo mi patada si sirvió de algo, gracias Mikey.

-No seas tan rudo con ella, debemos intercambiarla con los Haitani.

¡Oh mierda! esto es peor de lo que creía, una preocupación constante de Ran y Rindou era una pandilla nueva que les estaba costando muchos problemas, la misma que golpe a Rin el día que me quedé con ellos. Y ahora esa pandilla venía por mi, simplemente por salir con los dos.

Los golpes siguieron un par de minutos más hasta que uno de ellos me golpeó en el rostro y terminé cayendo al piso, quise levantarme pero la vista se me estaba nublado y perdí la conciencia.

Los golpes siguieron un par de minutos más hasta que uno de ellos me golpeó en el rostro y terminé cayendo al piso, quise levantarme pero la vista se me estaba nublado y perdí la conciencia

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