Extra Los voy a dejar

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No hay nada mejor que dormir con mi mujer hasta tarde, pero lamentablemente nosotros no podemos darnos ese lujo, porque nuestros hijos, en especial Renji no lo permiten.

El más pequeño de los tres entró hecho una bala a la habitación, azotando la puerta y dando un brinco a la cama.

-¡Mamá!- gritó eufórico sin dejar de dar pequeños saltitos en el colchón -¡Mamá!

Chinatsu permanecia con los ojos cerrados, sabiendo que Ren no se daría por vencido hasta tener su atención.

-Dile a tu papá, Renji- dijo adormilada y sin ganas de levantarse.

-¡¿A cuál?!

-Al que quieras amor.

Por favor que no sea a mi, por favor que no sea a mi.

-¡Papá Rin, papá Rin!

Gracias a los dioses.

-Ya voy Ren.

Rindou tomó sus gafas de la mesa de noche y se levantó perezosamente con el Haitani de cuatro años sobre su espalda, agarrado igual que una garrapata.

Después de que Renji naciera Rindou no paraba de pedirle otro hijo a nuestra esposa, pero en cuanto el enano comenzó a mostrar su hiperactividad y su baja capacidad de control de impulso, fue a hacerse la vasectomia, diciendo que entre los tres no íbamos a poder manejarlo y mucho menos teniendo otro bebé.

Me acomodé de cucharita con mi esposa, listo para seguir dormido hasta el medio día, todo hubiera sido perfecto de no ser por el grito histérico de Ron.

-¡Mamá!

La escuché suspirar rendida.

-El deber llama- salió de la cama dándome un beso.

Quise quedarme más tiempo, pero no podía porque hoy me tocaba llevar a los niños al colegio, me fui al baño para darme una ducha a ver si así lograba despertar.

Cuando salí, mi familia estaba sentada en el comedor desayunando.

-¡Buenos días!

-¡Hola papá!- saludaron los más pequeños, pero no había rastro del mayor.

-¿Y Ron?

-En su cuarto, le salió un grano en la nariz y no quiere ir a la escuela- Rumi lo dijo mientras traía la boca llena de cereales.

-¡Parece Rodolfo el reno!

-La vanidad es hereditaria Ran- Chinatsu me señaló mi lugar para que desayunara - Le haré una cita con el dermatologo solo para tranquilizarlo.

La mañana fue igual que siempre en el departamento, Rindou correteando a Ren para ponerle su uniforme, Nat tratando de tranquilizar a Ronin y yo peinando por tercera vez a Ru porque ninguno de los peinados que le hice le gustaba.

Despues de dejar a mis hijos en sus escuelas me fui a la oficina, Rindou ya estaba ahí y se le miraba de pesimo humor, últimamente se pone así siempre que viene al edificio y para joder todo tengo que aguantar su cara en la casa, es una de las desventajas de estar casados con la misma mujer.

-¿Me vas a decir que te pasa o voy a tener que soportar tu cara huele mierda el resto del día?

-Ya no tenemos tiempo a solas con Nat, siempre hay uno de los niños pegados a ella o cuando llegamos a casa ella está muy cansada o fastidiada.

-¿Ya viste a nuestros hijos? Son vampiros de energía y Chinatsu es quien los aguanta todo el día, soporta a un adolescente, una niña y un bebé, no podemos exigirle más de la cuenta Rindou, la pobre queda agotada ¿No la has escuchado roncar?

Entre Sangre y Romance Donde viven las historias. Descúbrelo ahora