Capitulo 2: Nat

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¡Ja! hoy le gané al tiempo eran 7:25 y ya estaba más que lista para ir a clases.

Entré a mi salón y ahí estaban los dos sádicos. Saludé a todos y tomé asiento en mi lugar de siempre.

Comencé a acomodar mis cosas sobre la banca, cuidando de no dejar nada que pudiera distraerme durante la clase, porque si no logró pasar esta materia muy seguramente voy a repetir el año escolar y si eso pasa puedo irme despidiendo de todos mis privilegios ñ.

Ran y Rindou estaban cuchicheando entre ellos, probablemente hablaban de como romper los huesos de nuestro compañeros. Lo mejor es que estaban ignorando mi presencia, tengo el presentimiento de que no se detendrian de romperme un brazo solo por ser mujer.

El profesor nos dio una pila de hojas por filas yo tomé el mío y le pasé el resto a Ran para que tomara el suyo.

-Gracias Chinatsu- ¿Me sonrió?

¿Él se trenzaba el cabello? Si así era lo hacía muy bien.

-No hay de que- me giré a ver el papel que tenía en mi mesa, ¡un maldito examen sorpresa!

¡Hola Dios soy yo de nuevo!

Empecé a juguetear con mi lápiz mientras leía cada una de las preguntas, me sabía la mitad y la otra mitad las contestaría al azar.

Como le tengo envidia a Baji, él le puede copiar todo al nerd de mi hermano.

Si repito año puedo sobornar a Chifuyu para que haga mis tareas y ahorrarme todo ese trabajo. No suena tan mal.

En cuarenta minutos ya había terminado mi examen, esperé a que un par de compañeros entregaran el suyo para hacerlo también y no sentirme tan culpable por terminar antes que todos.

Después de terminar el examen no tenemos permitido estar en el salón de clase, así que regresé a mi lugar para sacar un manga que había tomado sin permiso de mi hermano, algo de su basura romántica.

Después salí al pasillo a esperar a que el resto de mis compañeros terminaran y que el profesor nos diera permiso de largarnos.

Me apoyé en la pared y me dejé caer en el suelo frío. Al parecer era un zorro que cuidaba un templo del dios de la tierra y una chica ahora ocupada el puesto del dios.

¿Cómo podía gustarle a Chifuyu esa clase de cosas?.

-¿Te gusta leer mangas?- Ran me miraba desde arriba, podía sentir como su sola presencia cortaba el aire.

Levanté mi rostro para lograr verlo a la cara pero sus ojos violetas tenían una mirada penetrante y escalofriante a la vez.

-Aveces, son de mi hermano los leo de vez en cuando-

Ran se sentó a mi lado y pegó su hombro al mío.

-Deberías leer one pice- Era un otaku de closet, seguro.

-Quiero un fin de semana de diversión no una relación a largo plazo- eso salió de la nada y Ran rio ante mi comentario

-Tengo una extensa colección de mangas, puedo invitarte a que los veas.

¿Los guardará junto a los dientes de sus víctimas?

-No gracias, es a mi hermano al que le gustan, no a mi.

-Yo puedo hacer que gusten, soy bueno convenciendo a las personas en hacer cosas que generalmente no harían.

Por lo general soy distraída, por no decir estúpida, pero sé cuando alguien me está coqueteando y la verdad es que Ran si me parece atractivo pero cada vez que lo veo en lo único que pienso es la forma en que parte un brazo por la mitad.

Entre Sangre y Romance Donde viven las historias. Descúbrelo ahora