Entre Sangre y Romance

Capitulo 4: Me agradeces despues

Cuando entré a mi salón había un pequeño chocolate en mi banca,  era la tercera vez esta semana, no me costó saber quien lo había dejado. Le sonreí a Ran como agradecimiento por el dulce y él me regresó la sonrisa.

Tenía una sonrisa bastante linda, pero que cosas tan tontas estoy pensando, tengo novio... pero ver a lo lejos no cuenta cómo engañarlo.

Apenas si logré captar algo de las dos primeras clases, hoy me estaba costando sostener mi atención, debí haberme tomado el estúpido medicamento.

El maestro de inglés tuvo que faltar a clase porque se había enfermado así que era hora libre. Tenía mi mano apoyada en la barbilla mientras miraba por la ventana, sentí como la manga de mi suéter baja de apoco.

Repentinamente Ran tomó mi mano y la jaló hacia arriba para verla más de cerca, me tuve que poner de pie para no tener que estarla estirando.

-¿Por qué estás tan golpeada?- Examinaba cada moretón que tenía en mi piel.

-Porque entreno Ke... Karate- eso estuvo cerca -Es normal que tenga golpes de vez en cuando.

-Pues se ven muy mal- Apretó uno con sus dedos, curiosamente el apretarme los moretones me parece placentero.

-Lo dice el tipo que golpea por puro deporte- No era un secreto que ambos eran muy buenos peleando y disfrutaban de ello.

-Por eso mismo lo digo- Aún no me soltaba y ya comenzaba a dolerme su el brazo por la fuerza con la que me tenía agarrada.

-Ran suéltala pareces un acosador- ¿Enserio Rindou se atreve a decir eso?

Ran me soltó y comencé a sobar la parte donde me había tomado con mucha brusquedad.

-Chinatsu tal vez puedas ayudar a mi pequeño hermano con un problemita.

-Cierra la boca Ran, ella no tiene porque saberlo- Las mejillas de Rindou se pintaron ligeramente de rojo por la vergüenza.

-Ella es una chica y además conoce a tu enamorada- Claro que la conocía, hasta sé su talla de calzones.

-Solo me gusta no es como que la ame- Rindou me volteó a ver, siempre tenía la misma expresión de odiar existir -¿Debería o no escribirle?

Había olvidado por completo que le dí mi número de teléfono, últimamente estaba muy estresada con la competencia, la escuela y cualquier asunto de la pandilla.

-Si- fue lo único que conteste.

-¿Si qué?- Pero que mala actitud Rindou.

-Si, podrías mandarle un texto.

Vi como sacaba su celular y comenzaba a teclear, pero que estúpida, si mandaba el maldito mensaje mi celular sonaría.

Salí corriendo del salón antes de que una tragedia sucediera, apenas si doblé el pasillo cuándo mi celular sonó.

Desconocido
Hola Nat. Soy Rindou

¿Era en serio Rin? tanto drama para solo poner esas cuatro míseras palabras.

Yo
Hola Rindou. ¿Qué tal?

Una de las profesoras pasó a un lado mío.

-Señorita Matsuno regrese a su salón.

-Lo siento ya voy- Me aseguré de poner el celular en vibrador para que no sonaran los mensajes cuando estuviera con Rindou y también agregué su número, uno nunca sabe cuando lo va a necesitar.