Capitulo 24: Buena explicación

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Llevaría a Ronin al centro comercial a comprarle algunos juguetes ya que no le dejé traerse ninguno de Corea porque no teníamos espacio para tanto equipaje, Chifuyu aprovechó para pedirme que recogiera un traje de su tienda favorita.

Fuimos a la tienda sastre y mientras esperaba a que me entregaran el encargo de mi hermano, Ronin fue a entregarle una tarjeta que se le había caído a uno de los hombres que estaban esperando.

-Aquí tiene señorita Matsuno- la empleada me entregó la bolsa con el traje cuidadosamente doblado en el interior.

-Muchas gracias- Ya solo faltaba que mi hijo regresara.

-¡Listo mamá!- venía con una gran sonrisa. -¿ya podemos ir a comprar mis juguetes?

Me agaché para poder hablarle.

-Primero iremos a la juguetería y solo podrás escoger dos cosas- Algo que había aprendido en el club de madres que me había inscrito en Corea era la importancia de los límites sanos con los hijos.

-Ok- me contesto cantando.

-Después iremos a cómprate ropa- Quería comprarle algo de ropa cómoda que le permitiera jugar libremente y sin miedo a maltratarla.

-Bien- Asintió y me levante para salir de la tienda tomados de la mano.

Entramos a la juguetería y Ronin me llevo hasta el área de muñecas, últimamente se había hecho de una gran colección de Barbies, escogió una que era una clase de Barbie en la selva incluso tenía un león pequeño y una cebra.

Seguimos recorriendo los pasillos buscando alguna otra cosa que le gustase.

Cuando doblamos la esquina, hacia la sección de dinosaurios había dos hombres parados al final del pasillo.

-¡Chinatsu!- El único que me llamaba por mi nombre completo era Ran. Y ahí estaba, se había cortado su cabello y lo tiñó en tonos púrpura, también vestía un traje muy elegante. Ya no se parecía en nada al Ran que había conocido, sus días de pandillero parecían que jamás existieron.

Comenzaron a caminar hacia mi, quería correr de ellos pero no podía asustar a mi hijo.

-Ho...Hola- Estaba tartamudeando no había día que pasara en que no pensara en ellos, después de todo los miraba en Ronin.

-Te vez muy bien Nat- Rindou llevaba el cabello largo y se lo había pintado en el mismo color que Ran, también vestía un traje.

-Gracias, ustedes también- ¿Qué se suponía que les dijera?

Ronin jaló ligeramente mi blusa para llamar mi atención.

-¿Puedo ir a ver los dinosaurios?

-Claro, te cuido desde aquí- No quería que mi hijo viera la escena que probablemente armaríamos.

Y tampoco quería que ellos vieran mucho a Ron, había logrado criar a mi bebé sin un padre y por primera vez tenía miedo de que me lo fueran a quitar o peor aún, negarlo como suyo, cuando lo único que ha hecho mi hijo es existir, él no se merece el desprecio de una padres que jamás lo han querido.

-Parace un niño dulce, dudo que haga berrinches- Ran vio de reojo a su probable hijo.

-Es un niño, claro que hace berrinches- Sabía que había sonado grosera pero no creí verlos de nuevo y eso me asustaba.

-Nat cuando salimos de prisión fuimos a buscarte pero...- No dejé que Rindou terminara.

-Me mudé a Corea del Sur- Chifuyu me llamó después de que ellos fueron a mi antigua casa y esa fue una razón más no volver a Japón.

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