Después de clases Baji y Chifuyu se fueron directo a la casa de Mikey, me invitaron pero no me sentía con ánimos de ir con ellos.
Antes de ir al entrenamiento quería descansar un poco pero mis planes se fueron a la basura cuando tenía a un Haitani a cada lado de mi. Simplemente los ignoré y seguí caminando rumbo a mi casa.
Pero por más que caminara rápido o cambiara el rumbo seguían acompañándome.
La verdad creí que me dejarían de seguir hasta que llegamos a la entrada de mi casa y entraron junto conmigo. Los hubiera abofeteado pero le tenía mucho cariño a mis huesos tal y como están.
-Tenemos una conversación pendiente- Ran puso su mano en mi cintura -¿no lo recuerdas?
-Yo no lo recuerdo- algo que se me daba genial era darle vueltas a las cosas hasta hacer que se les olvidara lo que me querían decir -Tengo memoria de pez.
-Vamos Chinatsu es más que obvio que nos gustas- Me acercó a él ligeramente y yo me separé.
-¿Si? no lo creo Ran
-Deja de hacerte la tonta.
-No me hago Rindou... lo soy- Jugaría con ellos hasta que se cansaran y me dejaran en paz.
-¿Quieres que te pruebe que también te gustamos?- ¿Por qué casi todo lo que Rin me decía sonaba como una amenaza?
-Adelante cuatro ojos- Estaba más que lista para correr a mi habitación y encerrarme.
Apenas si vi cuando se movieron y corrí intentando cerrar la puerta de mi habitación pero por obvias razones ellos solo tuvieron que empujarla un poco y yo caí de trasero al suelo.
Los dos entraron y me tendieron la mano, me tragué mi orgullo y se las sujeté, no les costó nada de trabajo levantarme del suelo.
Solté sus manos pero ellos las mías no, las jalé pero solo sirvió para que afirmaran más su agarre. Comencé a forcejear pero seguían sosteniéndolas.
-¡Aaaahhhhhhh!- grité por lo alto -¡Ustedes ganan! ¿Qué mierda quieren?
-Nat me gustas y mucho- Rindou comenzó a acariciarme con su dedo pulgar en mi mano.
-Nat-sempai para ti, no olvides que soy mayor que tú- me importaban poco los honoríficos, pero me pone nerviosa tanta atención.
-A mi también me gustas Chinatsu- Ran volteó a ver a su hermano - Y es más que obvio que nosotros te gustamos.
-Tengo novio- Lo dije rapidísimo -Y ustedes no saben nada de lo que pienso o siento, Kohaku es todo un cabello, es fuerte, guapo, carismático...- enlisté todas las cualidades que mi novio no tiene, pero a nadie le hace daño mentir poquito.
Espera mentir fue lo que me trajo a esto.
-Tu novio no puede matar ni una mosca, nosotros te podemos proteger mucho más
¿Por qué no me sueltan las manos?
-Me gustan- Lo dije como sino significara nada -¡Pero son unos psicópatas rompe huesos!
¿Acabo de decirles que me gustan?
Mierda, Nat. Tu estupidez no tiene límites.
¿Y ahora que hago? ¿Me corrijo?
¡YA SÉ! Voy a fingir demencia.
-Podemos romperte todo menos tu frágil corazón- ¿Ah?... ¿A qué se refería el trenzudo?
Acerqué mi boca a la mano de Ran para morderlo y hacer que me soltara, el agarre de ambos hermanos se soltó y las manos de Ran se pusieron en mi cara para pegar sus labios contra los míos.
Tenía la opción de quitarme, porque no me estaba sosteniendo, de hecho con que moviera unos milímetros mi cabeza para atrás era suficiente.
¿Por qué soy tan estupida?
¿Por qué no puedo pensar las cosas antes de hacerlas?
¿Por qué me gustan tanto?
Rindou me estaba besando, si a eso que hacía con su lengua se le podía llamar besar. Incluso tiene un gran control de ese pequeño musculo.
Yo intentaba seguirle el paso pero era más que obvio que él tenía mucho más experiencia que yo. Ran por su parte me tenía abrazada por la espalda y el dejaba pequeños "besos" en mi cuello, irónicamente no me molestaba estar disfrutando el rose de los labios de ellos contra mi piel.
Muchas chicas soñaban con si quiera tener su saludo y yo lo único que tuve que hacer fue pestañear.
Ya llevábamos varias sesiones de besos donde ambos intercalaban los lugares, lo extraño es que a ninguno de los dos les importaba besar a la misma chica.
Yo no podía imaginar besar a la misma persona que mi hermano.
Mierda se me iba a ser tarde para el entrenamiento. Pero las veces que intenté quitarme se pegaron más a mi, no es queja solo una pequeña observación.
En un ágil movimiento me agaché haciendo que ellos quedaran frente a frente, por poco y se besaban.
-Tengo que ir a entrenar- Los saqué de mi cuarto para poderme cambiar.
Mientras me quitaba la blusa pude ver pequeños chupetones por mi cuello, cortesía de Ran y Rindou, podría justificarlos fácilmente la mayoría del tiempo siempre estaba llena de golpes.
De alguna manera logré convenserlos de que no me acompañaran al dojo. Pero no si antes recibir un "Pagaras por eso más tarde" por parte de pequeño Haitani.
En cuanto entré pude ver a Kohaku sentado en un rincón del cuarto principal.
Mierda había olvidado que tenía novio mientras intercambiaba saliva con los Haitani.
Caminé en su dirección y en cuanto estuve lo suficientemente cerca de él pude ver algunos golpes en su cara, producto de lo que había sucedido la noche anterior.
-Kohaku- le dije tímidamente cubriendo las marcas de Ran y Rin con mi cabello -¿Cómo te sientes?
-Confundido- no me miraba a la cara -¿Cuánto tiempo llevas haciendo esto?
-Cómo un año- Meses más meses menos ¿Quién lleva la cuenta exactamente?
-¿Por qué no me lo habías dicho?- Era una muy buena pregunta, pero ya sabía cómo era y tenía el presentimiento que no le agradaría que su novia estuviera en una banda de delincuentes.
-Kohaku pertenezco a una pandilla que se dedica a repartir golpes por pura diversión... Suena genial ¿no?
- Tienes razón no hay manera linda de decir algo así- se quedó en silencio -No me gusta que hagas eso.
-Pero...- Quería defenderme, darle una explicación -No es tan grave.
-Dame un mes para pensar las cosas- ¿Exactamente que era lo que necesitaba pensar?
-¿Qué?
-Me gustas pero el que estes en una pandilla no es algo fácil de digerir. Un mes, solo eso te pido.
No es como si tuviera mucha opciones.
-Esta bien- Me resigné porque en el fondo Kohaku tenía razón al sentirse de esa manera conmigo.
Me fue fatal en el entrenamiento, por una parte tenía que prestar atención en lo que sucedía en el dojo y por otra quería solucionar mis problemas con Kohaku para poder seguir siendo la feliz pareja que antes eramos.
La vida me odia.
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Entre Sangre y Romance
RomanceChinatsu era la hermana mayor de Chifuyu y un miembro más de la ToMan siendo la única mujer entre las filas de la pandilla. Un día los hermanos Haitani son transferidos a su escuela y empieza una extraña interacción con ellos dentro y fuera de la p...