Capitulo 12: ¿Puedo verlos?

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Esta era nuestra tercera semana en la extraña relación que teníamos, había aprendido un par de cosas sobre ellos, como que Rin se preocupaba por su promedio y le encantaba el afecto físico. Ran disfrutaba de la comida y coqueteaba con la mirada con casi todas las chicas amenos que ellas se metieran conmigo.

Después de clases regresé con Ran y Rindou a mi casa, teníamos que hacer un proyecto que era bastante tedioso y valía dos míseros puntos, yo no lo hubiera hecho por el tan poco valor que le puso el profesor, pero el ñoño de Rin nos insistió en que lo hiciéramos.

Tres horas después ya lo habíamos terminado o más bien Rin lo terminó, yo no podía enfocarme en las tareas que me habían asignado para mi parte de proyecto.

-¿Tomaste el medicamento hoy?- me preguntó Rindou.

-Sip cómo todos los días- O casi todos.

-Estás más dispersa de lo normal- Yo también lo había notado porque cada vez que me Rindou o su hermano me decían algo le pedía que lo repitieran porque estaba en mi propio mundo y no les había puesto atención.

-Es que hay una idea que me ronda en la cabeza- Creo que la palabra imagen menta era más adecuada para lo que estaba pensando.

-¿Cuál es?- me preguntó Ran.

-Quiero ver sus tatuajes, ¿Puedo verlos?.

Ambos asintieron, se pararon de sus sillas y comenzaron a quitarse las camisas de la escuela.

Era un tatuaje enorme que cubría la mitad de su torso y bajaba para perderse en el pantalón, supongo que seguía por todo su pie.

Cuando terminé de ver la araña hice que se dieran la vuelta para poder ver la serpiente, si juntabas ambas partes del tatuaje de la espalda formaba una serpiente de dos cabezas.

Pasé delicadamente mis dedos por encima del tatuaje cómo tratando de sentir la tinta en mis yemas de los dedos.

-¿Terminaste de verlo?- preguntó Ran viéndome sobre su hombro. Quité mis manos en donde las había puesto.

-Si, muchas gracias, está lindo- Ambos comenzaron a ponerse sus camisas y guardaron sus cosas en las mochilas.

-¿Ya se van?- Quería que se quedarán, estos últimos días tenía la tremenda necesidad de verlos todo el tiempo.

-¿Quieres que nos quedemos?- Ran me preguntó mientras seguía guardando sus cosas. Les quería decir que si pero mi teléfono sonó antes de que pudiera darle una respuesta a Ran.

-¿Si?- La voz de Draken sonó del otro lado de la línea.

-Emergencia en casa de Mikey

-¿Qué clase de emergencia?

-De las que solo Mikey tiene, Angry pasará por ti

Draken colgó la llamada y yo volteé a ver a los Haitani.

-Lo siento chicos, pero me tengo que ir, Mikey tiene una emergencia- Tendría que dejar para otro día el estar con ellos.

-Te llevamos.

-Gracias Ran pero Angry pasará por mi- De todos en la ToMan con quien mejor me llevaba era con Hakkai y Angry. Aparte de Chifuyu y Baji.

Pero por el momento seguía en divorcio emocional con mi hermano. Tres semanas seguidas sin hablarnos, era tiempo récord.

-Te dije que nosotros te llevamos- Ran me tomó la mano para salir de la casa, no me agradó esa actitud tan repentina de él.

-Te dije que no- Jalé mi mano con brusquedad para que Ran me soltara.

-Ran no seas celoso- Rindou me abrazó por la espalda y pasó mi cabello por detrás de mi oreja para dejarme un beso en la mejilla - Ella sabe que está mejor con nosotros- Aquí viene otra vez ese tono que suena a amenaza.

-Eres nuestra Chinatsu no lo olvides- odiaba que me trataran como a un objeto que pueden poseer, sabía que yo había aceptado estar con ellos pero no significaba que podían tratarme como quisieran.

-Véte al carajo Ran- Me quité a Rin de encima.

-¿A que viene esa mala actitud ahora?- Me hubiera encantado cambiar mi actitud con Ran pero sabía perfectamente que si me enojaba ese sentimiento que comenzaba a florecer hacia ellos desaparecía por la rabia que estaba sintiendo en este momento.

-Estoy harta de esto que tenemos, no somos nada y no tienen derecho a enojarse porque salgo con alguien- ¿Me gustaba? Si, pero no por eso iba a soportar sus estúpidos celos sin fundamento.

-¿Qué no somos nada dices?- Rindou se comenzó a desesperar. -Me gustabas desde antes de saber quien eras.

-Estás equivocado Rindou a ti te gustaba Nat, no yo- Aún no olvido la indiferencia con la que me trataba antes de saber que también era Nat -Antes ni siquiera me hablabas.

-¡Son la misma puta persona!- Su tono de voz se elevó, estaba logrando justo lo que quería, hacerlos enojar -Y solo estamos contigo, no salimos con nadie más.

-¿Conmigo? La primera semana que empezamos esto, Ran besó a otra chica o ¿acaso ya lo olvidaron?

-Yo no la besé, salí del baño y ella me estaba esperando fuera, se abalanzó sobre mi y me besó pero la quité de inmediato.

Esa basura no me la trago, pudo inventarse algo más creativo, no soy tan tonta como para creer en algo tan absurdo. No debí involucrarme con ninguno de ellos, mucho menos con los dos Haitani.

-Pues al diablo, ya no lo tolero... no quiero verlos nunca más.

-¿Aún esperas regresar con tu ex cierto?- En realidad no pero ya que lo mencionaba Rin lo usaría a mi favor.

-¿Si así fuera qué?- Se estaban poniendo rojos de la ira -Y ni se les ocurra ir a buscarlo para hacerle algo, se que no les podré ganar pero soy terca y no me detendrán con un par de huesos rotos- Acabó de amenazar a los Haitani, no duraría viva mucho después de esto.

Quería gritarles un montón de cosas, desahogar mi frustración por todo... en especial porque sabía que cuando nuestro pequeño trato se terminara, la única que iba a terminar llorando y con el corazón roto iba a ser yo, ellos iban a estar como si nada y la pequeña tonta e ilusa de Chinatsu no los superaría pronto.

Chifuyu interrumpió nuestra pequeña pelea cuando regresó a la casa por algo que había olvidado.

-Nosotros también somos tercos no lo olvides Chinatsu- Ran susurró en mi oído para después salir de mi casa seguido por Rindou, no sin antes chocar con Fuyu.

Apenas salieron, corrí a abrazar a Chifuyu, necesito apoyo emocional de la única persona, aparte de mi mamá, que soporta mis berrinches y mis cambios de humor.

-Qué miedo acabo de amenazar a los Haitani- Ya no importaba que estuviera peleada con Chifuyu, extrañaba a mi hermano, no debí molestarme tanto con él en primer lugar.

-¿Ya terminaron su pequeño juego?

-Digamos que si- Tendría que enterrar mis sentimientos hacia ellos y encontrar la forma más rápida de superarlos y evitarlos tanto como pudiera, ahora son libres de conquistar a las chicas de mi clase libremente sin sentirme como su juguetito.

- Supongo que ya me perdonaste.

Solo asentí.

Al final la emergencia de Mikey era que no se decidía por cuatro sabores de pastel y los chicos tampoco ayudaban a que decidiera rápido. Terminé sugiriendo que pidiera una rebanada de cada uno para terminar con esa tontería cuanto antes.

Ese chico necesita novia para que nos deje en paz un par de días a la semana.

Entre Sangre y Romance Donde viven las historias. Descúbrelo ahora