Entre Sangre y Romance

Capitulo 38: Duele

Todo estaba oscuro pero podía escuchar el ligero bip de los aparatos que avisaban si seguía con vida, comencé a abrir mis ojos de apoco y vi una figura que estaba al pie de mi camilla.

-¡Oh mierda como duele!- si dolía es que seguía viva.

-¡Hey Chinatsu!- Rindou puso su mano en mi mejilla -¿Cómo te sientes?

-Del carajo Rindou.

-Soy Ran.

Creo que sigo muy drogada.

-Es igual, ¿Cómo esta Rumi?

-No lo sé preciosa, Rindou está con ella, iré por él.

Los ojos me pesaban pero ya me estaba acostumbrando a la iluminación. Rin entró corriendo.

-Mi bebé ¿Cómo esta?

-Ella está sana y fuerte, tiene muy buen pronóstico pero estará al menos un mes en incubadora.

-Lo que sea con tal de que esté con nosotros- Seguro me veía horrenda -¿De qué color son sus ojos?

-Son violetas... es una niña preciosa igual que su madre.

-No te engañes, ambos sabemos que no se parece en nada a mi.

Ran llegó al lado de su hermano con una cara muy sonriente.

-¿Estás segura que leíste bien la prueba de paternidad? Rumi se parece mucho a mi.

-¡Deja de joder Ran!- pelea de hermanos, genial justo lo que quería escuchar. -En cuanto te den permiso te llevaré con ella.

-Gracias Ran.

-Soy Rindou.

Vienen en paquete, para mi son lo mismo.

-Cómo sea... ahora déjenme descansar.

Todo el día me la pase despertando y durmiendo de nuevo, pero estaba tranquila sabiendo que mi hija estaba bien.

Por la noche ya sentía que el efecto de las drogas estaba pasando y pude mantenerme despierta pero aún no me podían llevar a ver a Rumi.

Solo la vi muy poquito atraves de una video llamada con Rin que hicimos cuando él estaba en el área donde la tenían internada.

Al día siguiente ya estaba mucho mejor y la enfermera me dijo que mi operación también había salido muy bien y que mejoraría pronto.

Por la tarde me llevarían a donde estaba Rumi para poder verla. Tampoco había visto a Ron y mi instinto maternal me pedía a gritos que abrazara a mis hijos.

-¿Quieres que pidamos otra cosa?- me habían llevado el desayuno y Rindou no paraba de decirme que podía pedir lo que quisiera si algo no me gustaba o apetecía.

-Rin es un hospital dudo que pueda pedir otra cosa.

-Con lo que pagamos puedes pedir lo que sea ¿Quieres caviar?

- ¡Mamá!- Ronin llegó con Ran porque yo le había pedido que fuera por él.

-¡Ron, ven dame un beso amor!- Mi hijo se acercó y me dejó un pequeño beso en la mejilla.

Cuando se quiso subir a la camilla su papá no lo dejó por miedo a que me fuera a lastimar.

-¿Puedo comerme tu gelatina?- le pasé el bote de gelatina y una cuchara.