¿Reencarné? (Kyojuro Rengoku x Lectora)

19

La amistad no es sólo tener buenos momentos, los malos también se valen.
Nadie está libre de tormentos,
Y al lado de quienes te amen,
Siempre habrá un nuevo despertar.

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Buscar a Thabita se está volviendo difícil, no la hemos encontrado en los lugares que creímos podría estar. Nos duele el cuerpo y mis piernas casi no responden bien.
Es hora de pensar. Suponiendo que soy Thabita y me gusta el silencio estaría en la biblioteca, pero también me gusta escuchar hablar a mi amiga la más hermosa o sea yo. Buscamos en la fuente pero no había rastro de ella.

Derrotadas fuimos nuevamente al baño, nos estábamos perdiendo de la última hora de tutorías. No se me pasaba por la mente algún otro lugar más. Fuimos a la cafetería, a la cancha, inclusive al lugar de natación, en los casilleros. Pero nada.

Se me olvidaba que el tiempo lo tenía escaso, ahora debo decidir qué hacer. Amo a Kyojuro pero Thabita ha estado aquí siempre desde que la conocí, rayos esto es tan difícil.

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—Oye, _______. ¿Cómo sabes que estás enamorada?

—¿Eh? ¿Por qué la pregunta?

—Me dió un poco de curiosidad, ¿Cómo supiste que estabas enamorada del profesor Rengoku?

—¡Thabita! — dije — No es tan sencillo en realidad, quise creer que era un sentimiento pasajero al principio, pero después sentía mi corazón tener una calidez indescriptible. Mirarlo era tener al sol de cerca sólo para ti.
Creo que estar enamorado implica muchas cosas, una de ellas es que extrañas su presencia cerca tuyo y su voz... Su voz es la más hermosa melodía que podrías escuchar. — suspiré — Y... Estás siempre esperando verle aunque sea de reojo por los pasillos iluminando el mundo al pasar. — agregué — Bueno, eso siento yo. El amor no siempre es igual para todos.

—Entiendo... — Thabita se quedó pensativa — Me alegra verte enamorada, aunque ha sido así desde que iniciaste la preparatoria. — rió.

—Bueno, pero no lo digas así. Aunque es verdad, fue casi imposible no hacerlo. 

No pregunté más, sabía que Thabita dejaría la conversación ahí. Y así fue. ¿Por qué estoy recordando esto? ¿Qué se supone que debo de hacer?

Un lugar en el que esté.

—Me dan miedo las alturas, pero ir a despejar la mente en la parte más alta de algún lugar es sumamente tranquilizador y terapéutico.

—Las alturas son peligrosas si alguien está triste. Imagínate que le resulte tentadora la idea de tirarse.

—Quizás sean terapéuticas para mí.

—Aunque se escucha genial, podrías gritar desde lo más alto. ¡Deberíamos intentarlo!

—Vayamos algún día. Después de cumplir los diecisiete mil deseos a los que ya me incluíste.

Thabita, siempre creí conocerte. Pero ahora no creo hacerlo. ¿Tan mala amiga soy?

—Shinobu, quédate aquí.

—¿Eh? ¿A dónde vas? Voy contigo. — trató de ponerse en pie — ay, me duele.

—No creo que puedas acompañarme, tu cuerpo está más adolorido que el de nosotras. Si quieres buscar una vez que te pongas en pie, ve hacia la enfermería y esos lugares cercanos. Sino, sólo esperanos aquí. Regresaré con Thabita, te lo prometo.