35

1.7K 160 394
                                    

Mientras el sol estaría celoso de tu brillo,
yo disfruto de tu calidez.
Que nuestro amor no sea un simple idilio,
sin permitirnos amar otra vez.

Jamás en el tiempo en el que todavía no éramos novios me vi en la necesidad de hacer esto

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Jamás en el tiempo en el que todavía no éramos novios me vi en la necesidad de hacer esto. Quizá por el hecho de que hacerlo me daba repulsión al recordar que no debía pensar así de una joven.
Pero ahora que somos novios y con las cosas que han pasado, (sexualmente hablando), he tenido que recurrir a tocarme para saciar de cierta forma esta tensión que aún no puedo con ella.

Lo sé, se escucha horrible y hasta yo lo pienso. Pero justo ahora no puedo evitarlo.

Estoy en la ducha.

Masturbándome.

Pienso en la sensación de su cuerpo y lo que provoco al tocarla, sus gemidos, su forma de pronunciar mi nombre al rogar, el aferrarse a mi cuerpo llena de excitación... simplemente me tienen hechizado. Esta vez es diferente, es como si fuera posesivo. Chisteé al recordar lo que dijo la hermana de Tanjiro y lo mucho que se le acerca como si necesitara su atención. Sí, estoy molesto, pero no con ella. Sino con él, parece saber que estamos juntos y quiere hacerla cambiar de opinión.

Mi entrecejo está fruncido, mi mente se debate entre lo que está bien y está mal justo ahora, pero mi mano se mueve con rapidez sobre mi miembro, haciéndome gemir.
No es lo más sano hacer esto con la idea de que él sabe y sufre por no tocarla como yo lo hago, que no puede, ni podrá.

¿Demasiado posesivo? Quizá.

Pienso en la tarde del domingo, en la que casi podía desbordar todo lo que siento por ella, me imagino el haberlo logrado, el entrar en su interior, el embestirla hasta hacerla gemir mi nombre sin reparo, que dejara marcas en mi espalda con sus uñas.
Todo combinado hacía que mi mano se moviera aún más rápido.

Su nombre salía de mi boca con desesperación, mordía mi labio instintivamente para ahogar mis gemidos.
Maldita sea, qué bien se sentía.
En cuestión de minutos mis piernas temblaron y mi vientre se contrajo para ahora soltar un gemido sonoro, sintiendo el líquido caliente de mi esperma derramarse sobre mi mano.

Estaba recuperando el aliento y ahora me sentía mal por haberme dejado llevar hasta esto. Las gotas de la regadera bajaban por mi cuerpo, llevándose cualquier rastro de fluidos entre mis manos.
Suspiré, apenas había conocido a su familia y debía esperar un poco más, dentro de poco cumpliría la mayoría de edad y entonces...

—Mierda... —me regañé al considerar esa opción—. No, no, no. Ni se te ocurra, su cumpleaños no debe pasarlo así.

Los recuerdos volvían a mi sin siquiera procesarlo, ahora estaríamos más tiempo juntos en la escuela... A solas.
Necesitaba calmarme, sí. Pero mi mente jugaba sucio con mi cordura, podía tenerla bajo mi escritorio mientras yo reviso algunos papeles y ella me hace un oral. O podría ponerla sobre mi escritorio en lo que califico las tareas y me hundo en ella, quizá sentarla sobre mi regazo para comprobar qué tan resistentes son las sillas para profesores al subir y bajar con rapidez.

¿Reencarné?  (Kyojuro Rengoku x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora