¿Reencarné? (Kyojuro Rengoku x Lectora)

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Tiernas caricias de tu alma a la mía,
en las que el corazón se vuelve dichoso.
Nuestras manos en perfecta sincronía,
que aseguran el provenir caprichoso.

La voz serena de mi bella suegrita hizo estremecer a mis compañeros, la clase se encuentra en silencio. Y los comprendo, la primera vez que la vi también me dió miedo.
Divisé por el rabillo del ojo a Senjuro, él se encontraba esbozando una sonrisa radiante llena de amor y orgullo, era obvio, veía a su madre dar clases. Hasta yo estaría orgullosa si fuese la mía.

—¿Rengoku? —preguntó Makomo.

—Así es, soy madre de su profesor Kyojuro —mi bella suegrita sonreía—. Pero nada de insinuaciones, mi hijo ya está apartado —dijo para ser secundada por unos "uhh" de decepción.

No pude evitar reírme, ella tampoco estaba al tanto de nuestra relación. Guardé mi compostura al notar que algunos compañeros miraron con rareza mi reacción.

—Disculpen, fue gracioso escuchar el contraste de la conversación —dije cubriendo mi boca con mi mano hecha puño.

—Bueno, no estoy aquí para hablar de mi hijo y lo asombroso que es, eso ustedes ya lo saben —anotó unas cosas en la pizarra mientras hablaba, tenía la letra más bella que haya visto jamás—. Aprender a comunicarse es indispensable para el ser humano, la lengua representa una herramienta fundamental para la interacción social. Y la literatura es un tipo de expresión artística que se vale del uso del lenguaje oral o escrito.

—¿Podemos crear libros con ello? —preguntó Genya.

—Por supuesto, pequeño Shinazugawa. La lengua y literatura te brinda conocimientos lingüísticos que se vinculan al arte y la comunicación, ellos te permitirán dirigir proyectos editoriales y la difusión de obras literarias.

—¿Y usted nos ayudará a crear historias? —dijo alguien más.

—Me encantaría ser de ayuda para ustedes y su maravillosa creatividad, estoy segura de que saldrán escritores sobresalientes de esta clase —juntó sus manos cerca de su pecho—. Cualquier duda que tengan, no duden en acercarse. También estaré dando un taller de lectura y escritura, ahí abarcaré más sobre sus propuestas literarias. Y como proyecto final de esta clase les daré una sorpresa.

—¿No puede darnos una pista? Por favooor, señora Rengoku —escuché suplicar a alguien en el fondo.

—Si les digo no será una sorpresa y no me gusta arruinar la emoción. Así que sean pacientes, respetémonos, llevémonos bien y demos nuestro mejor esfuerzo.

Hizo una reverencia y aplaudí, Thabita, Senjuro y Shinobu se unieron a mi aplauso y momentos después el grupo también. Pronto el salón se inundó en preguntas sobre su carrera y una que otra sobre su familia.