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Te necesito para vivir,
cada día, cada noche estoy pensando en ti.
Me desespero al no encontrarte,
tus llamas avivan mi existir.
Permíteme adorarte,
Y solo vivir, y solo sentir... para ti.

La mañana siguiente de habernos confesado nuestros sentimientos, podía notar cómo el rubio se esforzaba demasiado en mantener una actitud despreocupada para no levantar sospechas

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La mañana siguiente de habernos confesado nuestros sentimientos, podía notar cómo el rubio se esforzaba demasiado en mantener una actitud despreocupada para no levantar sospechas. Pero si alguien era lo suficientemente listo para escudriñar y notarlo, se daría cuenta al instante de que Kojuro no sabe fingir.

Yo tampoco lo culpaba, el estar en una relación con amor de por medio sí resultaba gratificante. Moría de ganas por abrazarlo durante horas y compartir más besos.
El rojo de sus mejillas al verme me hacían reaccionar de la misma forma, simplemente era divino descubrir esa nueva faceta en él, tan dulce y dedicado.

Como aún tenía asuntos por atender, nos separamos para terminar nuestros deberes con la promesa de vernos al anochecer en el mismo árbol de siempre.
Atendí al llamado de mi madre, la cual estaba apresurada preparando aperitivos. Al reparar en mi presencia suspiró aliviada y me señaló a la bandeja con algunos postres encima.

La señora Ryuka está en el jardín con unas personas, lleva por favor estos postres y regresa.

Asentí y cargué con cuidado los alimentos, era extraño tener visitas en casa, aún más cuando eran de parte de la señora.
Cuando llegué a la pequeña sala en el jardín miré a las invitadas y me acerqué con cuidado, colocando los postrecillos en sus lugares.
Mientras me dedicaba a acomodar esos dulces manjares que mi madre había creado, fue casi imposible no escuchar un poco o quizá mucho de la conversación.

...Me parece bastante adecuado que lleven bien, se nota que ha criado hijos excelentes señora Ryuka —habló una de las señoras, por su vestimenta podría deducir que además de tener dinero, estaba casada.

¿Y qué importa que se lleven bien? Muchas de nosotras no necesitábamos ver a nuestros esposos durante largos periodos de tiempo. Mi señor se iba de viaje seguido y al regresar no debíamos cruzar palabra alguna, no era importante —otra de ellas, la cual llevaba un vestido más atrevido y de colores llamativos, parecía opinar molesta, el chillido de su voz al hablar era algo irritante de oír.

No lo sé, me gustaría que ambos vivieran diferente. Es bastante duro no convivir a pesar de vivir en la misma casa... —la señora Ryuka habló con un poco de melancolía en su expresión.

De haberla escuchado mucho antes habría creído que sus palabras eran simplemente eso, una coartada para salir de una discusión en la cual no quería seguir. Pero ahora que sabía la verdad, me daba tristeza el hecho de que lo dijera por ella y la oportunidad que no tuvo de elegir alguien que realmente amara.

Tonterías, el amor y esas cosas déjasela a los plebeyos —a quien catalogué como "voz tortuosa" volvió a hablar, esta vez con ademanes exagerados—. Con lo que nosotras debemos cumplir es con dar a luz a los futuros herederos e instruir a nuestras hijas a ser una buena ama de casa, criar hijos y esas cosas de mujeres.

¿Reencarné?  (Kyojuro Rengoku x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora