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Hola, antes de empezar les pido que reproduzcan "A postcard to Henry Purcell", del soundtrack de Orgullo y Prejuicio. Les marcaré con esta florecita (✿⁠ ) cuando sea el momento de reproducirla.

Me dijeron que el corazón no se equivoca cuando se trata de amar,
no dudo de la veracidad en esas palabras cuando veo tus ojos brillar.
Y es que en ellos encuentro mi paz, locura y algo más.
Permite a mi alma abrazarte sin pensar mucho en el quizás.

—Mi abuela regresará tarde, me dijo que cerrara la casa en cuanto me fuera —ingresé a mi habitación con Kyojuro siguiéndome detrás

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—Mi abuela regresará tarde, me dijo que cerrara la casa en cuanto me fuera —ingresé a mi habitación con Kyojuro siguiéndome detrás. Tomó asiento en mi cama, jugando con los peluches de esta, mientras esperaba a que eligiera mis cosas—. ¿Podrías dejarle de comer a Sigrid? Su comida está la parte de abajo en el buró, no le pongas demasiada porque es una tramposa y le puede hacer daño.

Kyojuro palideció ante la idea pero igual lo hizo. Dejó de lado los peluches y se acercó al estante de mi pequeña compañera. Lo que más me causaba gracia era la mirada de Sigrid sobre él, aún no le caía del todo bien, (claro que a mí tampoco me caería de la mejor forma si hubiese intentado matarme). Pero lo juzgaba esperando que se quitara de su vista.

—Oye, ¿Podrías perdonarme? Sé que empezamos con el pie izquierdo, pero debes entender que me enseñaron toda la vida que no era bueno tener a las de tu especie en casa. Me equivoqué y fui prejuicioso, por favor no me odies porque quiero estar mucho tiempo junto a tu dueña —recargó su mentón en la orilla del estante, su labio sobresalía a modo de puchero. Mi compañera no se veía muy confiada, me miró esperando algo más, yo solo pude encogerme de hombros. Parecía entenderlo y suspirando, asintió—. ¡Gracias! Como forma de agradecimiento te pondré más comida aunque luego me regañen.

Tomó la caja y comenzó a vaciarle el contenido al plato, Sigrid daba vueltas de felicidad. Me acerqué para quitársela pero el papá buena onda la elevó para que no la alcanzara mientras se carcajeaba de mis intentos.
Lo tomé de la camisa para besarlo y hacerlo bajar la guardia, lo cual funcionó.
Logré arrebatarsela al aturdido Kyojuro y le saqué la lengua para burlarme, puse la caja en su lugar lista para regañar a Sigrid. Pero el rubio no me dejó hacerlo; pues me tomó de la cintura y nos hizo caer en la cama, comencé a hacerle cosquillas que él inutilmente trataba de evitar.

—¡Eso es por desobedecer! —dije entre risas—. ¡No vuelvas a hacerlo!

—¡No lo haré! ¡Harás que se me salga el alma!

Hubiese seguido el juego de no ser porque sentí las manos de Kyojuro sobre mis piernas, él también lo notó y se sobresaltó. No me había percatado de que había terminado encima suyo, cualquiera que entrara a mi cuarto malpensaría esta escena.

¿Reencarné?  (Kyojuro Rengoku x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora