¿Reencarné? (Kyojuro Rengoku x Lectora)

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Ha pasado un tiempo desde la última vez que hablamos y salimos, las tareas o consejos eran vía mensaje o por correo. Insistí en llamarla más de una vez pero siempre se negaba. Se sentía raro no poder mantener una conversación con ella después de tanto tiempo. Quiero decirle que he soñado con tantas cosas que me martillan la cabeza de la gran incertidumbre que tengo.
Mi corazón está confundido, hace unas semanas podría jurar que también sentía lo mismo que yo. Y ahora... Bueno, siento que soy más como un estorbo. Pero no puedo obligarla a sentir algo por mí, no sería lo correcto.
Estoy en una reunión de profesores justo ahora y mi mente no está en este lugar, no puedo poner atención a lo que pasa a mi alrededor mis pensamientos son un desastre.

Estamos por regresar a clases y quizás hable con ella en el curso, trataré de saber las cosas por mi cuenta para no molestarla, por lo mientras no puedo distraerme.

—¡Muy bien, ahora que tenemos el horario debemos de ver los tutores de cada grupo! —Kanae siempre se encarga de estas cosas, estoy seguro de que cualquier decisión que tome estará bien. —Sanemi, los chicos del 202 están a tu disposición hasta que finalice el curso, en tercer año se encargará alguien más. Espero que esté bien la decisión.

—Kanae, agradezco tu tiempo y dedicación a estructurar todo este plan de estudios, horarios y demás. Pero me niego rotundamente a continuar el año con ellos. En especial con la señorita Kuizumi, su impertinencia no me dejó disfrutar de las vacaciones de invierno la otra vez. ¡Cámbieme de grupo por favor! ¡Puedo encargarme de ese mismo grupo el siguiente año si así lo desea! ¡Pero cámbieme de grupo, se lo ruego!

—¿Y qué te ha hecho la señorita Kuizumi como para que la odies así? —noo, Kyojuro, cierra la boca —Tus palabras no son muy profesionales, Sanemi.

—¿Enserio lo preguntas?

—Si supiera la respuesta no te molestaría, ¿Qué te ha hecho, Sanemi?

—Sus calificaciones son las más bajas en mi materia, sabes que me desempeño bien en hacer entender a mis alumnos los problemas matemáticos, pero ella no pone nada de su parte. Y no pienso seguir esperando respuestas absurdas de ella cuando se distrae, sus excusas son patéticas.

—¿Y por eso planeas que todo un salón sufra por ello? — Uzui habló —No puedo creer que seas tan imparcial.

—Les seguiré dando clases, pero no quiero ser tutor de ellos, no quiero tener la responsabilidad de ayudar un caso perdido como lo es _______. Jamás había encontrado a alguien que me cayera tan mal. No la soporto.

Estoy furioso, ¿Cómo puede hablar así de ella? No puedo dejar que mis emociones me controlen esta vez, pero la rabia que siento es mucho mayor.
El estruendo de mis manos contra la mesa hicieron voltear a todos los presentes, me había levantado sin siquiera pensarlo.

—¡Es increíble que digas esas cosas, Sanemi! ¡Aún cuando no sabes que ella se está esforzando por aprobar tu materia y entenderla!

—Si se esforzara no tendría esas calificaciones.

—Kyojuro, por favor — la mano de Uzui sobre mi hombro no pudo tranquilizarme.

—¡Si tu aprendieras a dar clases con diferentes métodos quizás entendería mejor! —mi voz se estaba elevando más de la cuenta, pero no podía evitarlo, me sentía muy enojado y no entendía el por qué —¡No creo que ser un buen maestro signifique mutilar y mofarse de las capacidades de los otros! ¡Todos aprendemos a nuestro ritmo y de diferentes maneras!

—¡No actúes como si te importara tanto! ¡Haces guerritas con espadas durante tu clase! ¡Eso no es aprender!

—¡Al menos esperan con ansias mi clase y no escapan como en la tuya!