Por fin el tan esperado día de la boda había llegado, a menos de cinco horas el jefe del pequeño ahora peligris sería un hombre felizmente casado con una de las mujeres más encantadoras que este conocía.
Cualquiera hubiera creído que por renombre y fortuna de ambas familias sería un festejo enorme, pero la pequeña ceremonia sería sólo de familiares y amigos cercanos en un pequeño rancho cerca del mar a las afueras de Seúl, los padres de Suran habían viajado hace unos días para conocer al pequeño niño que criaron sus amigos más antiguos, y ver el gran hombre que era ahora y el cual se atrevía a desposar a vuestra única hija.
La sala se encontraba en completo silencio, cada quien inmerso en sus propios pensamientos y en poder estar listos a tiempo, antes de que el transporte llegara por ellos. Jimin retocaba su corbatín frente al espejo, totalmente satisfecho por su aspecto, tan embelesado en sí mismo que ni siquiera escucho la llegada de su novio. Quien perdido en su espléndida belleza se apoyó sobre el marco de la puerta en silencio, apreciando sus gruesos labios llenos de brillo con olor a fresa, en la delicadeza de sus facciones tan finas, en la suavidad de su piel o lo perfectamente tallado que estaba su traje a sus caderas, a esa cinturilla tan caliente y tentadora.
— Estas realmente hermoso — Hablo después de un rato observándolo — Estoy seguro que atraerás más miradas que la novia.
Jiminnie sonrió sonrojado viéndole desde el reflejo de su tocador.
— ¿Eso crees? — Preguntó sin dejar de sonreír e invitándole solo con esa sonrisa a pasar.
El pelinegro camino vacilante por la habitación. El armario estaba vacío, las pertenencias más grandes también estaban apiladas una sobre otra y las pocas maletas con la ropa de Jimin le servían como un recordatorio de aquella promesa que habían hecho.
— No lo creo Hyung, estoy más que seguro — Afirmó llegando hasta él.
— No escuche cuando llegaste — Ambos aún se miraban por medio del espejo.
— Me encontré a Hoseok afuera así que no tuve que tocar el timbre — Las manos del barista buscaron su cuerpo con rapidez.
Y con familiaridad le abrazo por la espalda descansando su cabeza en el pequeño hombro de su novio. Jimin acaricio su antebrazo feliz de verle, examinando un poco a su chico.
Su cabello seguía algo húmedo y algunos mechones caían sobre su rostro haciéndolo mucho más deseable de lo que ya se veía usualmente ante sus ojos. Condujo las suaves caricias por sus hombros hasta llegar a su cuello y quedarse ahí.
— Te quedo perfecto...
— Un chico sexy me lo obsequió — Refiriéndose al traje que le había comprado — Creo que debería invitarlo a salir en agradecimiento, es tan guapo que no puedo perder una oportunidad así ¿Qué piensas tú? — Las carcajadas de Jimin resonaron con fuerza.
Mientras el pelinegro deslizaba sus labios por su cuello para besarlo traviesamente.
— Pienso que en la ceremonia habrá cena y recuerda que debemos llegar antes de las diez al departamento, no puedes tener citas — El pequeño se alejó de a poco hasta poder levantarse y retomar aquel abrazo, pero ahora frente a frente.
— Lo sé, por nada del mundo pospondría nuestra mudanza Hyung — Susurró suavemente muy cerca de su rostro.
Jiminnie se estremeció como usualmente lo hacía en aquella cercanía y sin pensarlo unió sus labios empezando a moverlos lentamente sobre los del contrario en busca de aquel fuego que le quemaba las entrañas cada vez que Jungkookie le devoraba los labios con desesperación.
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The barman (KookMin) ~ [Terminada]
FanfictionTodo alumno recién egresado de la universidad, con el fin de valorar todo el tiempo de esfuerzo y estudio, lo primero que desea es conseguir un trabajo de acuerdo a su carrera..... Pero no siempre es asi.... ¿no? Al menos no para Park Jimin, quien a...