Espera....
-No, tienes que escuchar esto. En realidad, me equivoco. Mis dudas son exclusivamente por ti, no porque te respete menos, sino por todo lo contrario. ¿No te das cuenta? He tenido mujeres en mi vida que han tratado que hiciera cosas que yo no quería. Me han pedido que le diera la espalda a mi familia, pero tú ... Tú no me has pedido nada. Nada en absoluto. Me dices que me amas, pero no quieres que yo responda. Te entregas a mí libremente, sin condiciones, sin pensar en el coste emocional ... Todo ello me hace querer dártelo todo. ¿Acaso quería yo que ocurriera esto? ¿Lo querías tú? No, pero ha ocurrido de todos modos y eso no cambia lo ocurrido. Poncho es el primer amigo que he tenido nunca, le debo mi vida... Sin embargo, mi corazón... mi corazón es mío sólo. Mío para que pueda decidir lo que hacer con él... Bueno -añadió, con una sonrisa-, al menos hasta que una salvaje y sexy abogada me lo robó delante de mis narices.
Dulce se abalanzó sobre él para abrazarlo, incapaz ya de controlar las lágrimas que se le deslizaban por las mejillas.
-Venga... Hay una casa que pertenece al rancho, no muy lejos de aquí. Allí hay agua para que podamos limpiarnos, y creo que a Ewtoto le vendrá bien un descanso y un poco de agua.
El semental relinchó, lo que hizo que Dulce sonriera y se limpiara las lágrimas de las mejillas. Chris extendió la mano para que Dulce se la agarrara, como si estuvieran hechos para no separarse jamás...
Chris llevó de la mano a Dulce hasta el pequeño pueblo en el que su madre lo había criado. Habían sobrevivido con el poco dinero que ella ganaba como ama de llaves de un rancho cercano, y cuyas tierras Chris había comprado recientemente.
Mientras caminaban, trató de definir cómo se sentía. Expuesto, confiado...
Dulce lo amaba.
Ella le apretó la mano y, entonces, Chris se dio cuenta de que también estaba apretando la de ella. Se la llevó a los labios y le besó el reverso. Entonces, siguieron caminando juntos hacia la casa, a la luz de la luna. Era una casa de adobe, muy pequeña y humilde.
A la única persona a la que había llevado allí había sido a Poncho y sólo lo había hecho en una ocasión. Poncho acababa de conseguir su primer coche y, en vez de dejarlo en la carretera, decidió llevarlo hasta su casa para disfrutar un poco más de la compañía de su amigo.
Recordaba lo intranquilo que se había sentido, la extraña sensación que había experimentado en el estómago, mientras se preguntaba constantemente si aquello afectaría a su amistad.
No se sentía así con Dulce. Sabía que podía confiar en ella, ya que nunca utilizaría aquel detalle contra él ni lo haría sentirse inferior.
Cerca de la casa había un pozo.
Llevó al caballo allí y bombeó para él una buena porción de agua. Entonces, le quitó la silla y las mantas y le echó un poco de agua por el lomo y las patas. Entonces, se lavó la cara. A continuación, se echó a un lado y dejó que Dulce hiciera lo mismo.
-¿Fue aquí donde creciste?
-Ezzie debe de tenerte mucha simpatía -dijo él, con una sonrisa.
-¿Por qué dices eso?
-Porque ella es la única persona que te lo ha podido decir, y te aseguro que no habla con cualquiera. Vamos -le ordenó, mientras la agarraba de la mano.
A los pocos minutos estaban delante de una pequeña casita. Había pasado algún tiempo desde la última vez que Chris había estado allí. Buscó la llave, que estaba escondida en un trozo de adobe suelto, a un lado de la casa. Al ver que no estaba, frunció el ceño y agarró el pomo de la puerta. Este giró fácilmente. Qué extraño...
A los pocos segundos, descubrió lo extrañas que podían ser las cosas al ver, gracias a la tenue luz de la luna, que había dos personas tumbadas en la cama.
-¡Qué diablos está pasando aquí! -gritó un hombre.
Dulce se quedó boquiabierta y rápidamente agarró el brazo de Chris.
chicas ya quedan unos 3 o 4 capítulos mas y se pone cada vez mejor...
ya esta publicada mi nueva novela una noche junto a ti para que la lean y puedan disfrutar . gracias por sus votos y comentarios gracias !!!!
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Amante desconocido ***HOT***
RomanceDulce Espinoza siempre había tenido unas fantasías maravillosas. El problema era que esas fantasías jamás se habían acercado a la realidad... Hasta que se encontró a solas en un ascensor con el sexy Christopher Uckermann. Sin embargo, había otra cos...