Contrary.

2

Cada día era lo mismo, sentir aquella mirada sobre su cuerpo, siempre se encogía en su lugar y sentía su rostro arder, no sabía con certeza como sentirse, pero sería un total mentiroso si decía que aquel chico rubio de ojos rubíes no le llamaba la atención. No sabía si era por su revoltoso cabello, o sus ojos de aquel color carmesí brillante, tal vez las tenues pecas que adornaban sus mejillas o sus uñas pintadas de color negro. Tal vez su uniforme mal arreglado el cual le daba un aspecto desaliñado o el que siempre estaba montado en skate.

No sabía la razón detrás de su curiosidad, pero las miradas sobre él lo hacían sentir intimidado. Así que con aquella mirada sobre su cuerpo un suspiro escapo de sus labios y continuo su rutina. Una vez en la academia siguió las instrucciones de su profesora, un salto y giro y al caer pudo ver a aquel chico observándolo desde la ventana haciéndolo trastabillar y caer recibiendo un regaño por su error.

El resto de la clase no pudo concentrarse, por lo que continuo recibiendo reprimendas y castigos. Subió al auto que lo esperaba fuera de la escuela, como siempre, busco con la mirada a aquel chico el cual a esa hora normalmente se encontraba con sus amigos en la tienda de conveniencia de la esquina pero esta vez no era así. Llego a su casa y tomo un baño, una vez fuera de este fue a la cocina donde sus hermanos se encontraban esperándolo.

-¿Cómo te fue hoy, Sho? -su hermana le sonrió, él se limito a encogerse de hombros y servirse.

-Tan hablador como siempre, enano.

-Eres más bajo que yo, Touya. ¿Y Natsuo?

-Con su novia, no puedo creer que mi hermano menor tenga novia antes que yo -un tono dramático era lo que había usado antes de comer un bocado- tu comida esta de-li-ci-o-sa hermanita.

-Gracias, me alegra que les guste. Y con esa actitud te quedarás soltero para siempre Touya.

-En ese te equivocas, porque hay un chico del que ya estoy enamorado.

-Si crees que Keigo te va a hacer caso eres más idiota de lo que pensé- Shoto bebió un poco de su té viendo a su hermano- primero porque odia todas tus perforaciones, y en segundo lugar...

-Porque quiere con Mirko -Touya hizo una mala imitación del menor bufando al terminar, si, sabía que aquello era verdad, pero esa no era razón para que se lo recordarán diario, a parte, ¿Qué tenían que ver sus perforaciones?, a él le gustaban y no necesitaba aprobación de nadie más para eso- como sea, y tú qué, ¿alguna chica, o chico, o cualquier otro ser humano del que estés interesado?

-Pues... -sus mejillas se tiñeron de rojo, llamando así la atención de sus hermanos- no, en realidad no.

¿Iba a mentirles?, si, pero tenía una buena razón. No los quería de metiches todo el día.