Contrary.

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Sus manos sudaban, sentía su corazón latir rápidamente como si este fuera a salir en cualquier de su pecho, su mente no paraba de maquilar todas las posibilidades posibles en las que podía terminar el bicolor; Touya caminaba de un lado a otro mordisqueando sus uñas murmurando palabras totalmente inentendibles, Fuyumi sollozaba y aquel chico que había invitado se encontraba consolándola, todo mientras Natsuo hablaba con una de las enfermeras.

-Familiares del joven Todoroki Shoto -una enfermera bajita de cabellos rubios se acerco llamando la atención de todos los presentes- ¿Quién es su tutor legal?

-Soy yo -Touya se acerco quedando frente a ella, la joven pareció juzgarlo con la mirada viéndolo  de arriba hacia abajo pero no hizo comentario o mueca al respecto simplemente diciéndole un: -por aquí.

Touya ingreso en la habitación de hospital, si bien Shoto no estaba gravemente herido este no había despertado por un día entero, no tenia más que algunos raspones pero parecía totalmente normal, al ver a la cama se encontró con el menor comiendo una ración de arroz con su típico semblante estoico.

-¿Cómo te encuentras, enano? -se sentó a su lado con una sonrisa viéndolo atentamente.

-No me llames así, ¿Qué paso? -respondió con un tono hosco, un tono que jamás había usado al dirigirse a él, era más  bien el tono que usaba con Enji- quiero ir a casa.

-Lo harás, solo hay que esperar que te den el alta.

-Entonces diles que lo hagan más rápido. Sabes que odio los malditos hospitales. 

-Bakugo esta afuera, ¿no quieres verlo antes de que te den el alta?, ha estado aquí desde ayer.

-¿Quién es Bakugo?

-Shoto... Él es el chico que te gusta, el rubio que siempre esta contigo.

-¿El... chico que me gusta?, ¿De qué mierda hablas Touya? -una risa sarcástica salió de la boca del menor descolocando aún más al albino-, te he dicho muchas veces que dejes de fumar esa mierda. Yo jamás saldría con un chico, llama a la enfermera y larguémonos de aquí.

Ese definitivamente no era su Shoto.