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Sábado, hermoso sábado familiar.

Si claro, como si esas cosas pasarán. Jodido y estresante sábado familiar, y no es que Shoto se llevase mal con sus hermanos, en realidad los adoraba aunque no lo demostrará ni física ni verbalmente, pero los apreciaba mucho, después de todo eran lo único que tenía. Pero, cuando todos estaban juntos era... Agobiante.

-¡Esa es mi puta camisa!

-¿Eh?, ¿Estás ciego o que chingados es mía, animal, que no ves?

-¡No!, ¡Esa es la mía, mira la puta talla Touya!

-¡Por eso animal!, ¡Esta es M, la tuya es L!

-A, cierto.

-Todo pendejo -murmuro poniéndose la dichosa camisa después de todo aquel alboroto. Shoto salió de su habitacion con cara de querér matar a todo mundo, y eso haría de no ser porque aquellos individuos fueran su familia- ¡Shoto, vamos a jugar Mario kart!

-¡Si, si, si, vamos Sho!

Ambos jóvenes jalaron al menor tomaron sus controles y comenzaron la dichosa partida. Gritos, quejas, empujones y golpes era lo que inundaba la sala, todo hasta que un Chicoooos, saliendo del baño los detuvo.

-¡Pon pausa, pon pausa, pon pausa! -le gritaba Natsuo a Touya el cual termino por obedecer- ¡¿Qué quieres, bruja?!

-¡Tráiganme toallas!

-¡¿Queeee?!

-¡Que me traigan toallaaaas!

-¡Está bieeeen!

Los tres se pusieron de pie y caminaron hasta el supermercado, se dirigieron al pasillo de cuidado personal, recibiendo miradas curiosas y de disgusto.

¿Cómo no?, Un joven con aspecto de pandillero, un chico con aspecto de nerd y finalmente un jovencito de aspecto "femenino" según los estereotipos sociales. Algunas señoras los veían con desaprobación y otras chicas con curiosidad.

-¿De qué sabor las querrá?- pregunto Natsuo viendo las toallas y tampones viendo los precios y comparando un paquete con otro.

-¿Qué talla usará? -pregunto esta vez Shoto tomando uno de los paquetes.

-Es flujo abundante pero no sé si prefiere las nocturnas, ¿O le gustarán más los tampones?

-¿Y tú cómo sabes? -preguntaron ambos menores con asombro.

-¿Quién los cuido, mocosos?

Si, Fuyumi era la mujer, pero Touya era el mayor, su padre nunca estaba y su madre estaba demasiado ocupada dormida gracias a sus medicamentos, así que el papel de madre y niñera lo había tomado el mayor. Él había estado en cada una de las presentaciones de Shoto, él había estado en el primer periodo y corazón roto de Fuyumi, y él había acompañado en su graduación a Natsuo. Touya era el cuidador y protector de cada uno de sus hermanos, así que si, Touya conocía cada punto débil y cada gusto de cada uno.

-Si, tampones en definitiva -así que tomo un par de cajas, volvió la vista a sus hermanos- ¿Querrán algo?

-¡Monster!

-¡Doritos!

-Vamos pues.

Suspiro como una madre cansada de sus pequeños, caminaron por los pasillos hasta llegar al de bebidas, Shoto tomo algunas latas de bebidas energéticas, Natsuo sodas, Touya se limitaba a ver notando como tomaban varias cosas para incluirlo. Luego fueron a las frituras, dónde tomaron tantas bolsas como sus brazos les permitían.

-¡Princesa! -aquellas voces invadieron su momento, Shoto volteo hacia donde provenían notando a los amigos de Bakugo, con él incluido- ¡Mira Baku....! -un chico de cabello rubio vibrante era callado por la mano del cenizo.

-¿Los conoces? -Natsuo alzó una ceja notándose ligeramente molesto.

-No, bueno, ¿Si?, Los he visto pero nunca les e hablado.

-Ah, tú eres ese chico -Touya vio fijamente al de ojos carmín con el ceño ligeramente fruncido.

-Si, bueno, hola. Disculpen a estos, son unos idiotas-, las mejillas del cenizo estaban teñidas de un color rosa-, hasta luego Todoroki.

El chico solo asintio antes de volver a ver a sus hermanos. Los cuales siguieron con la mirada al chico rubio de antes.

-¿Y ese qué?

-¿Qué de qué?

-¿Quién era? -Natsuo entrecerro los ojos mientras Touya sonreía, pues sabía bien que su hermanito se estaba haciendo el tonto, más de lo normal- ¿Tu lo conoces?

-Lo ví el día que tú no pudiste ir por él.

-Solo he hablado un par de veces con él, no es nadie-, sus mejillas se tornaron de un tono rojizo, el cual no paso desapercibido por sus mayores.

Contrary.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora