La luna que se va

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La mañana se vio interrumpida con un sonido, un pitido emitido por una máquina debajo de una sala de videojuegos. Una chica de cabello azul fue atraída, mirando por encima de su libro un punto sobre la pantalla y un sentimiento en su pecho.

El libro cayó de sus manos, estaban temblando sin control mientras trataba de discernir entre que palabras emitir y como reaccionar. Su princesa había cruzado la orbita terrestre, la máquina y su sentimiento lo había confirmado. Estaba tan extasiada y temerosa que no había llamado a nadie, cuando el aliento volvió a su cuerpo y suspiro, se levantó de la silla con prisa y se posicionó delante de la máquina, tocando con su dedo aquel punto que se difumino cuando la energía se disipó.

-Princesa, ella ya volvió a casa.-

Amy quién estaba sola, se apresuró en sacar su celular y enviar un mensaje a las demás chicas. No despegaba la mirada de la máquina, tecleando con prisa y tratando de adivinar en que lugar de la Tierra podría estar su princesa.
Pero no había rastro, fue tan rápido y volátil, como un fuego artificial en la noche.

Pesé a estar 20 minutos tratando de averiguar su orbita, no lo logró. Las demás personas llegaron de inmediato, tratando de controlar los sentimientos encontrados y más por el chico que deseaba a su amada.

Pero la vista fue algo decepcionante, Amy estaba desanimada y cansada frente a la pantalla que ya no indicaba nada.
Mamoru fue el primero en hablar después de la amarga decepción que se respiraba en la sala, el resto, solo miraba el celular en busca de evitar las miradas.

-¿Estan seguras que ha sido ella la que cruzó la atmósfera?- dijo Mamoru con molestia, era peor la decepción y la ilusión perdida, que la noticia que le daba esperanzas para hablar con ella.

-Estoy segura, en caso de no ser ella, de ser un enemigo u otra sailor, las sailor exteriores debieron estar alertas y nos hubieran avisado.- Amy hablo, señalando la pantalla una vez más.

El resto tuvo que aceptar la idea, las sailors exteriores no habían dado alguna advertencia o hubieran estado cerca. Pero no había ninguna prueba de que fuera una amenaza exterior, sólo quedaba la opción de la princesa.

Pero la pregunta general era simple: ¿en dónde estaba la princesa ahora?

Rei buscaba en su celular las viejas conversaciones con Serena, si es que, podían llamar conversación a mensajes unilaterales de la rubia hacia ella.
Un par de mensajes a los cuales no había prestado demasiada atención, ahora eran píldoras que le daban emociones ambiguas, dolor y nostalgia. Sacudió su cabeza y quizo centrarse, hasta encontrar la dirección de la casa de Serena.

-Su casa... -

Rei susurro suavemente atrayendo la atención de las demás sailor en la sala y de Mamoru.

-Su casa, ya hemos ido, a diario. No hay nadie, se ha ido ya.-

Mamoru dijo con un volumen más alto y molesto, incluso había ido por la mañana a revisar y preguntar a los vecinos sobre la joven de cabellos rubios.
Incluso preguntó a su madre varias veces, pero nadie parecía saber nada de su amada. Nadie más que su nuevo esposo, lo sospechaba.

Sus pensamientos fueron detenidos por Rei, quien había ofrecido usar a sus cuervos para buscarla. Si estaba en la Tierra, podían usar algunos de sus poderes para llamar a la Princesa.

Pero al llamar a sus cuervos, Rei quedó en shock, ninguno fue a su llamado o podían obedecerle. Así como su conexión con su planeta se debilitó, agitó sus manos un par de veces tratando de invocar un par de llamas... El resto de miradas estaban sobre ella, el pánico se estaba acumulando en sus ojos mediante miraban la incapacidad de la pelinegra para transformarse, el resto estaba asustado.

-¿Su presencia me acaba de alterar?, mis poderes no están funcionando como deberían.-

Rei mencionó más angustiada, pero Mina no quizo decir lo evidente y desvío la mirada, sus pensamientos eran claros respecto a lo que sucedía.

¿Era esta la furia de la Reina Serenity?, al desobedecer las órdenes de sus nacimientos y cuidar de su hija hasta el final.

La más antigua de las sailors lo sabía, aunque ahora sí no querían perder sus poderes debían encontrar a Serena antes de la nueva luna.

Cualquier comentario, voto o sugerencia se agradece.

Atte: Rinni

Mi amada por ti me volveré un príncipe.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora