Noche de luna palida.

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La atención que había sido atraída y claramente robada, fue aprovechada.
Una gran sonrisa en el rostro de Seiya deslumbró a todos, era su oportunidad y no dejaría que su amada princesa robará la admiración de los pequeños.

Se levantó con delicadeza de la manta, posando delante de 6 ojos que le miraban de forma expectante y sosteniendo su aliento. Emoción y orgullo.
Las emociones brotaban hasta la garganta del chico, su piel tenía un escalofrío (como un hielo recorriendo de la punta de sus dedos, subiendo lentamente hasta su frente).

Trago aire con dificultad.

Bailo lentamente frente a su familia, su cuerpo desprendió un hermoso brillo igual al de la más hermosa estrella plateada y una estela brotaba de su cabello, cayendo como una cascada hasta sus tobillos. Sus cabellos salvajes eran agitados por una onda sin final, tal brillo, dejó estupefactos a la familia que se trago sus palabras.

Para las 4 personas, sus emociones les dejaron mudos. Lágrimas y aplausos, pero el show apenas empezaba.

-Papá apenas comenzó, se que la noche era de mi princesa, pero no podía dejar a mi Luna en una noche y un siglo tan especial.-

Sus palabras suaves hicieron eco en el agitado corazón de Serena, podría jurar Claire, que la luna tomó un tono aún más fuerte por el calor que se acumulaba en las orejas y mejillas de su madre. Mientras la playera era más fuerte agitada, la luna parecía sufrir de una suave agitación y sobresalto.

La figura de Seiya se difumino dejando polvos plateados formando su figura, ascendiendo a las estrellas en cuestión de segundos y seguir con su tímido baile ante el satélite plateado, bueno, un satélite similar a un rosa pálido.

Estela de arcoires en el manto nocturno, la solitaria luna se encontraba más iluminada que antes, parpadeando ante su amante en un intento de seguir su ritmo lento.

En la Tierra.

Los ojos de Claire no podían parar de seguir a su padre, deseando por cada segundo, queriendo recolectar el polvo de estrella arcoiris que su padre dejaba en su trazo y camino. Marcando un camino de amor alrededor de la Luna.
Pero aquel escenario, robo la mirada de las demás personas que desde su morada mirarían el evento de la luna.

La lluvia de estrellas que conmemoró a la noche con una brillante corona de plata. Claro, sería el evento que más hablaría la gente a través de las semanas y el tiempo.

Seiya descendió después de unos minutos de su danza, agitado y con rastros de estrellas en las mejillas.
Serena corrio a sus brazos, ambos se unieron en un cálido beso que hizo suspirar a Claire (quien deseaba más).

Yuu dormitando en la manta, cubierto de una suave cobija era cuidado por su hermana mayor.

-¡Quiero más!-

Exigió Claire en un tono autoritorio y con un ligero puchero, sus puños eran presionados y agitados igual a las alas de una mariposa. Su rostro se fruncia, ansioso de tener más, pero no recibió una respuesta.

-¡Papi!-

-Podremos hacerlo en otra ocasión.
El ambiente se comienza a poner frío, podrías enfermar tú o tu hermanito, será mejor que mis bebés regresen a casa a descansar.-

Seiya se cruzo de brazos, no esperaba una réplica. Aunque, la mirada de su hija rompía su corazón y le causaba querer continuar con su demostración de amor. Pero Serena en sus brazos, correspondió a su idea y tendrían que poner fin a la observación de la Luna.

-¡Claire y Yuu son fuertes!-

El grito de la menor hizo saltar al bebé, su padre se acercó a acariciar sus cabellos que volvían a su típico bicolor mientras Serena cantaba suavemente y tomaba en brazos a un asustado Yuu.

Claire desistió de su deseo, con una cara larga y triste. Ninguna de las promesas de sus padres sobre la siguiente noche podía animarla.
Seiya estaba devastado, con el corazón estrujado y adolorido por ver a su hija en tal estado. Pero tenía que tener más autoridad.

...

Claire durmió en su habitación después de un par de besos y un cuento, Yuu durmió plácidamente después de su biberón. Dejando en soledad a los padres en su cama, quienes se abrazaban tan fuertemente que podrían ser uno.

Serena estaba cautivada (más que de costumbre), sosteniendo en su pecho la cabeza de Seiya y acariciando los mechones obsidiana de su esposo.

-Espectáculo digno de un rey.-

-Solo hago todo por ustedes.-

-En serio, yo lo disfrute mucho.
No sabia que eras como un unicornio.-

-¿Un unicornio?-

-Por el arcoiris, eso fue hermoso... quiero decir, ya eres bastante guapo de costumbre, pero hoy luciste muy guapo en tu traje.-

-¿Debería usar más traje plateado?-

Los dedos de Seiya se enredaron en los cabellos de Serena, sujetado tan fuerte de ella. Ambos durmieron con una amplia sonrisa.

....

Cualquier comentario, voto o sugerencia se agradece.

Atte: Rinni.

Mi amada por ti me volveré un príncipe.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora