La Luna parece brillar cada día más.

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-¿Has visto la Luna, en estos días?, creo que luce más brillante cada vez.-

-La luna es un enigma sin lugar a dudas, pero tienes razón. Parece más brillante últimamente.-

-¿A qué se deberá?-

-¿Has revisado que dicen los científicos?, ellos saben sobre todo eso y pueden dar una explicación lógica a lo que está sucediendo.-

-Yo creo que el conejo que vive ahí está más feliz últimamente, debe estar con un gran festín de zanahorias o algo que la haga feliz.-

Dijo el compañero de Mamuro mientras terminaba de tomar el ultimo trago de café. Mamuro miro a la luna con cierta nostalgia, brillante y hermosa era aquel satélite.
Lugar de bellos momentos del pasado que aún permanecían en su corazón, pero la luna nunca fue de él.

Pertenecía a la Tierra.

-Sabes que no existe tal cosa como un conejo en la luna, debe haber algo en el cosmos que haga que se vea más brillante; noche a noche.-

-Tal vez sea que no tenemos tanto tiempo libre por el trabajo, hemos olvidado como se ve la luna y su apariencia. Desde aquí no es más que un diminuto satélite solitario y rodeado de estrellas que brillan.

¿Estará triste ahí arriba?-

Mamuro se intrigó con las palabras de su amigo, negó a eso.
La persona encargada del satélite siempre estaba rodeada de personas, aunque no estuviera él, era imposible que se mantuviera en una soledad.

Mamuro estaba pensando demasiado sobre la situación, con la mano en su barbilla y mirando el satélite con cierto encanto.

-Bueno, si esta triste...Esta cumpliendo su deber de estar en su posición y brillar para cuidar de la Tierra.

¿Cierto?-

Mamuro sugirió con cierta frialdad en sus palabras.
Ambos habían llegado a un tema absurdo mientras aún estaban encantados con aquel brillo.

-Es cierto, cumple con su trabajo-

El amigo movió sus manos para señalar una estrella a un lado de la Luna.

-Pero me parece que si esta en soledad y cumpliendo su labor, eventualmente una estrella estará a su lado para consolar a la Luna. Incluso para una roca espacial debe tener otra roca espacial para apoyarla.

¿De qué hablaran?-

-No me parece que las estrellas hablen.-

Mamuro río, pero su amigo se recargo en la barra para seguir admirando a la luna.
Medianoche la protegía entre su manto, tímidamente la luna sólo mostraba un cuarto de su tamaño real y las estrellas cercanas la cubrían.

-¿No sería divertido escuchar las conversaciones de las rocas espaciales?-

-No lo creo, seria incómodo si ellas hablaran y uno este de entrometido en esos temas.-

-Ah, no seas así.-

Su amigo lo tomo del hombro para menear lo un poco en modo de berrinche.
Mamuro río por su comportamiento infantil, aun se cuestionaba como es que ese chico era su mejor amigo y la persona más inteligente del trabajo.

-Entonces...

Si hablaran..

¿Qué clase de conversación tendrían?-

-Una tal vez así;

"Hola señora luna, hoy parece más rellena de lo normal."

"Gracias por su preocupación, señora estrella. Ultimamente estoy cambiando de etapa para mostrarme."

"Oh, sabía que tenía razón. No se preocupe por su figura, usted siempre luce maravillosa."

"Es usted muy amable."

¿No sería divertido?-

-Suena a algo de fantasía.-

Mamuro acabo con el contenido de su taza por fin, decidió entrar de nuevo al departamento y pensar en aquella conversación.
Recuerdos volvieron a su mente.

Una chica rubia comiendo pastelillos mientras otra chica le molestaba por su peso, los quejidos de esta por su nula preocupación sobre su peso y las críticas que esta recibía.
Se recuerda a el sentado haciendo de la vista ciega e ignorando el problema, pese a la voz de súplica de la rubia por su apoyo.

Eso ya eran temas del pasado que dejó junto con Japón.

No podía recordar a su ex novia.

Debía pensar únicamente en su novio actual.
Una linda chica de cabello azul, cuerpo esbelto y ojos verdes. Toda una belleza que tenia un alto grado escolar y una educación exquisita.

Sonrió al recordar a Melanie.

-La luna brilla más noche tras noche.-

Dijo sin pensar demasiado sobre la felicidad de Serena, tenia su grupo de estrellas que iban a cuidar de ella hasta la eternidad.

-Oye, Richard. No te preocupes por la luna, debe tener a su estrella favorita para hacerle compañía noche tras noche.-

Richard asintió a las palabras de Mamuro, entro al departamento sin antes ver a la luna que brillaba desde hace un par de meses.

-Yo creo que parece feliz.-

Cualquier comentario, voto o sugerencia se agradece.

Ate; Rinni  Higurashi

Mi amada por ti me volveré un príncipe.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora