La amistad que rebosa en años.

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Una mañana donde el sol bosteza y empieza con un cosquilleo en la barriga, Serena se levanta con 3 pesos extras distribuidos a través de su cuerpo y le dificulta moverse debajo de las sábanas blancas.

Mechones de cabello le ayudan a identificar lo que le imposibilita moverse, guarda su aliento y se remueve del peso. Primero, su mano sobresale de la sábana hasta quedar libre. Recorre su pecho hasta toparse con algo cálido y suave, es el brazo de Seiya que se aferra con fuerza a la ropa.

-Cariño...- Serena acaricia y da suaves palmadas a la mano de Seiya, pero no hubo ninguna reacción de su esposo.

Serena a veces piensa que la fuerza de su esposo es difícil de tratar en las mañanas cómo estás. Da un par de palmaditas más y no hubo reacción, aún tiene otros dos pesos sobre su barriga y quiere salir.

-Seiya, tienes que soltarme...- vuelve a dar una caricia y la mano por fin suaviza su fuerza, dejando que Serena se libere de su mano y pueda sentir un peso menos sobre sus pechos.

Con sus manos libres, Serena aparta a uno de sus dos bebés que duermen sobre ella. Primero aparta a Yuu que dormía en su totalidad sobre ella, lo aparta y lo deja a un lado donde su padre no lo pueda aplastar.

Claire es más rara, se acurruca cerca de las piernas de sus padres y se aferra a ellas con fuerza. Sus piernas son aprisionadas con los pequeños brazos de la menor, se estira y la quita con cuidado para dejarla al lado de su padre. La menor se ha acomodado en los brazos de su padre y Seiya la sostiene con fuerza.

-Seiya no fue buena idea dejar que duerman con nosotros.- acaricia su cuello, hay un ligero dolor por dormir con el brazo de Seiya encima. Admira ahora a su esposo, si tiene que soportar el peso de la familia al dormir. -Quisiera ser igual de resistente.-

Pero este amanecer es un poco diferente al resto de la vida cotidiana, Serena se retira con pasos suaves y silenciosos para tomar una ducha, escoger ropa bonita y arreglarse frente al espejo.
Sus grandes ojos azules brillan, su piel suave y brillante, sus cabellos desordenados que forman formas graciosas y son cepillados con delicadeza con un cepillo. Son acomodados en los típicos chichones y se detiene a admirarse.

En el reflejo del espejo aún se puede ver a su esposo dormir profundamente, sostiene en su pecho a sus dos hijos con dulzura. Brinda su calor a los menores.

Sus cabellos negros parecen un par que se mueve constantemente, exparsidos y violentos. Sus manos se acercaron lo suficiente para acariciar un mechón, sostiene un pequeño mechón en sus dedos y lo besa.

-Volvere más tarde.- deja tres besos, uno por cada persona que aún duerme. Cree que están tomando sus hábitos.

Un viaje al centro y el corazón de Serena está agitado por quién vera, estar con Seiya es su mayor fuente de alegría e igual con sus dos hijos.
Pero no se había dado la oportunidad de poder interactuar con otras personas fuera de su círculo, y hablar del último es doloroso aún. Pero aún conserva a una amiga (una que dejó de lado por una labor mayor), Molly accedió a verla después de casi 4 años de no verse, hablar o tener una convivencia normal. ¿Normal?, Serena cree que una vida normal es buena, pero se necesita admirar lo extraordinario que tiene su alma y saberlo apreciar.

Su mente se sumerge en pensamientos relacionados a el tiempo y las estrellas, pero cuando eso sucede, su mente le lleva a admirar a una sobre toda de las demás y sus mejillas se sienten calientes.
El vapor de su taza de té se escapa con los minutos y el dulzor en su lengua es ignorado, come de forma automática el pastel de chocolate.

¿Qué podra saber de Molly?
¿Qué podrían hablar ahora mismo?
¿Puede alardear de lo guapo que es su esposo?
¿Puede contar su verdad que su esposo es la estrella más brillante en el firmamento?
¿Puede presumir a su estrella?

Mi amada por ti me volveré un príncipe.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora