Viaje a la playa. 1

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Dos sombras debajo de un árbol, se refrescan con un abanico mientras suspiran por un agobiante calor que parece va a sofocarlos. Unen sus manos en espera de enfriarse, sin embargo, es una unión para compartir el calor.

La pareja desconocía sobre el calor que azotaba el planeta nuevo que habitaban, casi preferían el verano de Tokio. Estar en la playa con un refresco en sus manos, debajo de una sombrilla o incluso jugando en el mar.

La imagen de Serena en un lindo traje de baño vino a su mente, su corazón se agitó tímidamente mientras la imagen invadía su mente y se llenaba de cálidos colores. Claro, a su lado estaba Clair moviendo sus diminutos piecitos y hablando en el idioma que hablan los bebés... Un pensamiento profundo vino a la mente de Seiya mientras miraba a la pequeña Clair siendo atendida, tenía un pequeño ventilador y tomaba agua de su mamila.

(¿En que piensa exactamente un bebé?, o sea, puedo entender sus necesidades básicas. Pero me gustaría entender más allá, atender todo, así sabría que necesitaría mi hija.)

La mirada de Seiya pareció perderse, provocando pánico en Serena que le tomó de ambos hombros y le agitó suavemente, provocando que los sentimientos y pensamiento del chico se fueran lejos, para mirar a Serena. Ambos se miraron.

-¿Bombón?-

Seiya mencionó en un tono ligero y suave, tomando las manos de Serena y besando cada una. Sin embargo, su contraria aún se mantenía preocupada, quizá el calor era demasiado excesivo.

Si eso le hacía a su esposo, temió que la pequeña bebé sufriera aún más por el intenso calor.

-¿Deberíamos ir a Tokio para escapar de este calor?-

Serena quito sus manos de las de Seiya, tomándolo por las mejillas de forma insistente y preocupada, pero se distrajo un poco, pellizcando y estirando.

La mueca de Seiya provocó una risa en la bebé, que regresó a ambos a un punto muerto.

-¿Tokio? ¿Eso te haría feliz, bombón?-

Volvió a hablar Seiya.

-Si, eso sería mejor que estar en este calor que parece cocinarme. También podría comprar algunas cosas para la bebé, ya sabes, los bebés crecen tan rápido y es difícil satisfacer la ropa que usa.-

-El calor es menos intenso, quizá... - 

Un gran sonrojo se formó en las mejillas de Seiya, jugando con sus manos con cierto nerviosismo, no quería incomodar a su princesa. Pero la idea de ir a la playa le gustaba. 

-Quizá podamos ir a la playa, Clair conocería y tú podrías jugar en el agua, querida. 

Este planeta es demasiado intenso en verano, los dos soles es mucho, así..-

-¡No es una mala idea, iré a preparar las maletas!- 

Serena amo la idea de inmediato, corriendo en dirección a la casa que quedaba a unos cuantos metros de aquel árbol. Preparo la maleta que usaría para llevar dinero, ropa, las cosas de la bebé.. Cosas de la bebé. 

Cuidar de un bebé era difícil, teniendo que escoger entre la cantidad de productos y cambios de ropa, además de la comida. Serena freno cuando 5 bolsas eran para Clair y solo una para ella y su marido. 

-Nunca imagine ir de vacaciones en familia, es la primera vez, la primera... ¡Espera! ¡Ahora que soy madre debo ser mas responsable!- 

Palmeo suavemente sus mejillas con sus manos, provocando un rubor mientras temblaba. No lo había pensado hasta hoy, tener la responsabilidad de ser madre de una pequeña bebé, casi siente náuseas por la cantidad de pensamientos que le abrumaron. Pesé a que Clair fue creada de forma diferente, era una bebé sana de meses ahora. 

Una bebé. 

Una bebé que era de ambos, que cada día debían atender y amar. Claro, lo hacían sin falta. 

Pero jamás se había detenido a pensar, que en unos años: Clair le pediría consejos sobre chicos, moda, sobre su persona e historia. 

Incluso ahora, en unos meses comenzaría a hablar aún más. Ahora era capaz de articular pequeñas palabras con su dulce voz, no esperaba más para que le llamara de nuevo "mamá". Y aunque no quisiera, aún seguía siendo hija de dos poderosas sailor, quizá en el futuro también sería una reina. 

Pero sus pensamientos tragaron al tiempo. 

Cuando pasó una hora y Serena no volvía, Seiya temió que se hubiera desmayado por el intenso calor o incluso se tropezó. 

Imaginar a su princesa abatida por el calor o dolor, hizo que le doliera el pecho. 

-Nena, es hora de ver a mamá.-

-mama...- 

Clair fue tomada en brazos con prisa, los pasos de Seiya eran tan rápidos que incluso agitaron un poco a la bebé, pero esta no se quejo, casi sentía la preocupación de su padre en sí misma. Provocando leves pucheros en la bebé, amenazando en convertirse en un llanto difícil de atender. 

Llegaron a la casa cuando las lágrimas de Clair salían, Seiya tuvo que detenerse a arrullarla en sus brazos y besar sus rechonchas mejillas para calmarle. En la puerta, Serena la abrió y los encontró a ambos. 

-¿Uh, qué tiene? ¿Seiya? ¿¡Seiya!?-

El rostro de Seiya mostraba algo de dolor y preocupación, las lágrimas de la bebé salían. Serena los abrazo con tanta fuerza, la calidez de los tres fue más intenso que el calor del sol. 

Calmando el corazón de sus amados mediante besos y caricias, los sentó en una silla. 

-Esta bien, esta bien. No me había ya pasado nada, solo he tardado más por pensar. Sabes, ahora que somos una familia debo ser más responsable por ti, por Clair y el nuevo bebé. Así que no lloren, jamás dejaría que me pasara algo.- 

Alzo el rostro de Seiya con tanta delicadeza, acariciando esos finos labios con sus pulgares hasta inclinarse a su altura y besarlo. Se separó suavemente. 

-Además, tengo al más guapo y poderoso príncipe. 

¿Qué he de temer a tu lado?- 

Seiya se quedó sin palabras, casi abatido por los sentimientos inexplicables en las palabras de Serena (amor, confianza y deseo). Iba a hablar, pero Serena extendió sus alas tan blancas y suaves, la marca de luna en su frente estaba brillando cuando envolvió a su familia en un abrazo y los llevó directo a la Tierra. 

Cruzar la galaxia le tomó solo dos segundos. 

Ahora estaban en aquel departamento donde vivía, estaba oscuro y con algo de polvo, pero después de aplaudir 3 veces. La luz se encendió y todo lucia tan reluciente.

-Ventajas de tener poderes, cielo. 

Deben estar cansados por el viaje, por todo, deberíamos descansar y más tarde pediremos pizza. 

Mañana podemos decidir a que playa deberíamos ir, también compraremos trajes de baño y ropa para el verano... ¡Seré una chica linda! - 

-Pero si ya eres la mujer más hermosa en toda la galaxia, mi luz de luna, mi princesa.- 

La risa de Clair terminó por confirmar las palabras de Seiya, pero la bebé, se acurrucó en su padre para tener un profundo sueño. Parecía agotada del viaje. 

Sus padres también, así que esa noche la familia durmió en una cama individual con resultados desastrosos. 

Pues la bebé se adueñó de la cama y sus padres durmieron en el sillón.

/Lo prometido es deuda, siendo sincera.
Me he divertido escribiendo este capítulo, la maternidad de Serena y la paternidad de Seiya. Será más divertido cuando se una el nuevo miembro.

Leo sus propuestas para el nombre.

Mi amada por ti me volveré un príncipe.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora