«Segunda Flor»
Me adentro al bosque con cautela, la noche está cayendo y sinceramente no soy una persona muy valiente, el crujido de mis pasos rompiendo las ramas me hace estremecer.
—Debí haberme esperado hasta la mañana— me recrimino.
Pero pensar en los aldeanos siendo curados sin necesidad de gastar un peso me hace sentir con más ánimos de buscar las flores de Luna, así no harán más rico al Rey de lo que ya es, me detengo sacando un candelabro para ver bien mi camino. Entre más camino más se hace grande la Luna, probablemente esta noche será luna llena y de alguna manera me hace sentir más seguro. Pero mientras más camino las cigarras se hacen presentes, los búhos me miran desde las ramas y de pronto, justo a la orilla del gran río se haya el cuerpo herido de un joven de cabellos plateados.
— ¡Santo Dios!— exclamo asustado y rápidamente me acerco hasta él, tiene una herida grande en el abdomen, hay mucha sangre a su alrededor y aunque mucha sangre reunida me marea, me quito el suéter colocándolo sobre la herida haciendo presión para que no salga más—. ¿Me oyes?
Acerco mi oído a su rostro sintiendo su débil respiración, sus latidos también son débiles y el nerviosismo aumenta en mi cuerpo, este chico está muy grave y yo no soy apto para curarlo, pero... ¡No puedo dejarlo morir aquí!, —Tengo que hacer algo...
Dejando mi suéter blanco que ahora es rojo en la herida, busco con la mirada alguna planta que pueda retrasar la pérdida de sangre, pero no logro encontrar alguna que se encuentre cerca, sintiendo me inútil comienzan a caer gotas de agua, entonces las palabras del Rey sobre yo siendo una carga más que una ayuda, el constante cuidado de Wonho y el abandono de mi hermano mayor, simplemente no soy una persona apta para salvar la vida de esta persona.
¡No, no! Soy el único que está aquí, su vida ahora está en mis manos.
Con toda mi fuerza arrastro al muchacho para resguardarlo de la lluvia dentro de una cueva que se encuentra ahí.
—Está bien, tú no morirás aquí en el frío y la lluvia. Te lo prometo.
Viendo la lluvia caer desde esa áspera cueva veo brillar entre las plantas unas pequeñas flores conocidas como "centellas asiáticas" así que sin dudarlo corro a buscarlas y con una piedra las aplasto cuidadosamente para colocarlas sobre la herida, la hemorragia deja de ser abundante poco a poco y colocándole paños de agua sobre la frente me siento más tranquilo cuando sus latidos se establecen con lentitud.
Observo mi camisa rota con diversión, y mis botas llenas de lodo pero sé, que cuando la tormenta acabe podré ir por ayuda y este chico vivirá.
Cuando los pájaros cantan y la neblina disminuye, salgo a paso rápido para ir en busca de ayuda, en cuanto llego al Reino, todos me miran con preocupación y como no, si mi ropa está rota y me encuentro sucio.
— ¡Joven príncipe!, ¿Se encuentra bien?
Antes de responder que me ha sucedido lo pienso muy bien, podrían alterarse sin les comento qué estuve en el bosque y podría llegar a oídos del Rey así que solo hay una persona a quién puedo recurrir, corro hacia los establos y en efecto, Wonho se encuentra ahí, — ¡Shin!
— ¿¡Dónde estabas metido!?— exclama alterado y cuando repara en mi estado su expresión cambia—. ¿Estas herido?
—No, estoy perfectamente— le hago ver y tomo su rostro entre mis manos haciendo calmar su nerviosismo—. Necesito de tu ayuda y también la de Colín.
El mira extrañado a su caballo, pero no interroga más, ambos nos subimos y a galope rápido nos dirigimos de nuevo al bosque. Aliviado suspiro al acercarme y ver que aunque es débil, sigue respirando, —Hay que llevarlo para que curen su herida, detuve la hemorragia pero no tardará mucho tiempo así.
— ¿Quién rayos es él?— cuestiona confundido y se pellizca el puente de su nariz—. El Rey cuestionara quien es y que ha sucedido para tener semejante herida. Además, ¿Por qué has venido al bosque, solo?
Trago en seco sin saber que responder por qué se claramente que he desobedecido una regla muy importante del Reino.
—Por favor, este joven podría morir y jamás me lo perdonaría. No me cuestiones ni regañes ahora, te lo pido...
Wonho niega con la cabeza, pero cuando veo que levanta al chico para ponerlo sobre Colín una sonrisa se forma en mi rostro, después de hacerlo me ayuda a subirme y agarro al muchacho para que no caiga, Shin se va a pie para cuidar nuestro camino. Juntos entramos por la parte trasera del castillo y lo llevamos hasta mi habitación cuidando que nadie nos vea, con rapidez comienzo a lavar su herida.
—Él necesita un médico.
—No podemos ir al pueblo, allí los aldeanos nos verán— Shin niega constantemente, es la primera vez que lo veo un poco más preocupado por mis ocurrencias, pero le hago ver con la mirada cuanto lo necesita—. Está bien, conozco a alguien que puede ayudarnos y será muy discreto.
Le ofrezco una sonrisa que es devuelta y Wonho se va, finalmente después de media hora, él regresa con un hombre muy sencillo.
—Buenos días su alteza, mi nombre es Cao Yuchen y me pongo a su disposición.
Asiento y la mirada segura de Wonho me da seguridad.
—Gracias por venir, él ¿Estará bien?
El joven médico hace una revisión exprés al peli plateado y deja sus utensilios sobre la cama.
—Suturare la herida pero tengo que ser sincero, será difícil, pero con muchos cuidados, él estará bien.
—Lo dejo en sus manos doctor, con permiso— sonrío más tranquilo y salgo junto a Wonho de la habitación para vigilar que nadie entre.
Sintiendo que es la hora más larga de mi vida, el médico Cao sale.
—He acabado, él chico ha sido muy fuerte...se notan sus ganas de vivir.
— ¡Muchas gracias!— exclamo emocionado y, entro de inmediato viendo como su abdomen está vendado y el cómo sus mejillas recuperan color.
No lo he hecho yo directamente, pero el sentimiento de dicha al no haberlo dejado morir es muy satisfactorio; tapo bien al muchacho y salgo a reunirme con el médico, él se encuentra hablando con Wonho, viéndolo bien, no luce como un médico más bien como un aldeano normal.
—Sr. Cao —le digo.
—Oh, príncipe— él voltea y se inclina mostrando respeto hacia mí—. Ha sido un placer haber ayudado a esa persona importante para usted.
— ¿Importante?— me pregunto rascando mi nuca, ni siquiera se el nombre de ese joven, ni jamás lo había visto—. De cualquier manera le estoy muy agradecido, ¿De qué manera podría pagar lo que ha hecho?
El médico sonríe mostrándome sus pequeños dientes.
—Un trabajo, necesito trabajar. Me es imposible cuando tengo muy malas referencias.
Asiento con una sonrisa, estoy seguro de que aquí en el castillo se necesita de un buen médico así que no cuestionó a que se refiere con "malas referencias".
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Flor de Luna| Yizhan
FanfictionXiao Zhan sabía que tenía prohibido caminar en el bosque, pero solo ahí podía conseguir aquellas flores que le recordaban a la Luna, no sabía que visitar en aquel momento el lugar sería su perdición.