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«Décima Octava Flor»


—Debo volver

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—Debo volver.

Yibo se aferra a mi cuerpo negando con la cabeza.

—No, te ruego que te quedes conmigo esta noche, por favor.

Sonrojado asentí mientras nos fundimos en un cálido y fuerte abrazo, con mi corazón en la mano seguí cada paso suyo mientras la tormenta nos atrapo y corrimos a refugiarnos en una cueva cercana. Él se ha mantenido a una distancia considerable mientras vemos el cielo caerse, rodeo mi propio cuerpo con mis manos tiritando debido al frío, ¿porque me ha pedido que me quede si no me ha mirado siquiera? Hay tanto que quiero preguntarle, pero no me atrevo a abrir la boca.

—Zhan.

Volteo sorprendido ante su llamado, de inmediato nuestras miradas se conectan y puedo apreciar una hermosa sonrisa en él, Yibo está mirándome de manera tan dulce que me hace temblar.

—Ven aquí— susurra sin dejar de mirarme.

Dudo, pero finalmente y con timidez me acerco colocando mi rostro en su pecho, él deja caer su cabeza sobre mi cuello.

—Voy a hacerte entrar en calor ahora, perdóname por no hacerlo antes.

Confundido ante sus palabras apenas y reacciono cuando Yibo toma la forma de aquel Lobo blanco, dejándonos caer al suelo me envuelve entre su suave pelaje cubriendo totalmente mi cuerpo, suspiro sonrojado ante esta situación. El chico que me gusta es un Lobo, uno tan grande que se encuentra cobijándome en su pelaje y debería estar más sorprendido de lo que lo estoy, pero mi corazón se siente tranquilo, sé que puedo confiar en él, sé que no hay por qué tener temor o desconfianza.

— ¿Por qué te fuiste?— le pregunto deslizando la yema de mis dedos entre su pelaje—. Pensé que no volvería a verte nunca más.

Yibo respira profundo.

— Perdóname por eso— me sorprendo por qué pensaba que los Lobos no podían hablar en su forma original—. El líder de la manada cayó enfermo y como su hijo no podía dejarlo solo. Pero tampoco podía dejarte a ti, por eso cada noche yo visite tu habitación.

«Entonces no era parte de mis sueños, el Yibo real venía a verme»

— ¿Por qué?, ¿Por qué no podías dejarme?— pregunto tratando de ocultar mi cara entre su gran cuerpo.

—Porque te amo.

La respuesta me hace sonrojar en demasía y ser egoístamente feliz, está era la respuesta que anhelaba, pero aún hay deberes y obligaciones que debo cumplir como el príncipe de Sahel, pensar en mi felicidad propia antes que en la de mi pueblo no me está permitido.

Flor de Luna| YizhanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora