« Trigésima Sexta y Última Flor»
La muerte del Rey Bon Hwa tomó por sorpresa a todos los Aldeanos, algunos se sintieron felices aunque no lo demostrarán abiertamente, otros sus seguidores más fieles lloraron ante la perdida y no entendían como un hombre con tanta vida había sido derrotado por una simple mordida de serpiente, como Haikuan le hizo saber a todos. Por qué aunque quiso gritar "mi estúpido y egoísta padre murió a manos del ser más noble de este mundo", pero ¿cómo estás personas tomarían que el príncipe Zhan había matado a su padre?Elizabeth le hizo entender que no valía la pena explicarle a los demás lo sucedido mientras ellos supieran el gran sacrificio que Zhan había hecho.
Y por ende, tuvieron que decir que Zhan se había marchado a estudiar fuera del país y no tenía fecha de vuelta; dolía y no era a ellos a quien está perdida le dolía mucho más.
Yibo ya no sonreía, ni el canto de las aves, ni oír los cuentos de Óscar Wilde alegraban su corazón porque eso solamente le hacía recordar a su alma gemela, la cual por más que implorara no volvería. Él quería gritarle, reprocharle Incluso odiarlo, pero lo que más anhelaba era abrazarlo, sentirlo vivo a su lado, sin embargo, nada podía hacer, su otra mitad ya no habitaba más en su mundo y su corazón apagado era una muestra de ello.
-Hola, Yibo.
El Lobo gris suspiro profundo al oír la voz del padre Cao a sus espaldas, de entre todas las personas cercanas a él y Zhan, el doctor fue quien más velaba por él durante su tristeza.
-Sé que no estás de ánimo, pero en unas horas será la coronación de Haikuan- él hace una pausa acercándose-. Y deberías estar presente ya que anunciará la ley sobre ustedes, los Lobos.
Yibo mantiene su mirada fija a la nada, pensando en todo y pensando en nada. Nunca imagino que tan pronto los Lobos y humanos volverían a convivir como antes, pero aunque eso debería hacerlo feliz, no lo hacía, había perdido a dos personas importantes y ninguna ley cambiaría aquello.
Su padre; seguro se sentiría triunfante.
Zhan; seguro se sentiría orgulloso.
Pero ninguno estaba para ver qué tanto cambiaría Haikuan siendo el nuevo Rey de Sahel.
-Mi presencia no cambiará nada- responde sin fuerza. -No iré.
Cao no lo intentaba persuadir, ni hacerlo cambiar de opinión porque también comprendía lo que era perder a tus seres amados por eso entendía que para salir de tu depresión tenías que hundirte primero y cuando desearas salir lo harías por decisión propia.
-Está bien, más tarde traeré algo de comer para ti- Yuchen cambia la única vela que alumbra la habitación y se marcha sin decir nada más.
El crujido de la puerta cerrarse podría asustar a cualquiera, pero no a él, no cuando todo se reduce a: no querer vivir más. Sin embargo, solo una persona lo detiene en este mundo, su madre, que se encuentra en su misma situación llorándole cada noche al amor que ha perdido. Y eso le da un poco de malestar a Yibo, ella le llora a un hombre con el cual compartió veinte años de vida, y él, queriéndose morir por un amor de tan solo unos meses, y es que puede parecer irracional, pero no lo es.
Es lo mismo; dos personas rotas sin su otra mitad. Porque no se trata del tiempo.
Pasadas la media noche, los fuegos artificiales se hacen presentes y eso le hace recordar a cuando recién despertó de la herida que casi le arrebata la vida, Zhan bailaba torpemente con él alrededor de esa fogata que brotaba hermoso fuego.
En ése momento Yibo no sabía cuánto abarcarían sus sentimientos por ese príncipe torpe, ni tampoco el destino que juntos forjaron.
Aturdido por sus propios recuerdos sale de la habitación, recorriendo el castillo que sin nadie ahí se ve tan solitario, cerca se oyen los aplausos acompañados de los alaridos contentos de sus compañeros los Lobos que deben estar festejando la nueva ley dicha. Sonríe ligeramente y sigue su camino, alejándose cada vez más del Reino para poco a poco adentrarse al bosque.
Su bosque, en dónde su Zhan lo conoció.
Al llegar a la cueva en dónde sus sentimientos más cálidos permanecen no soporta más el llanto y se rompe de nuevo, quizás por milésima vez.
- ¿PORQUE ZHAN?- grita escuchando su propia voz rota hacer eco en toda la cueva.
Pero a pesar de preguntar porque, él ya lo sabe, sabe que Zhan quería salvarlos a todos y por supuesto que lo hizo, su sacrificio no fue en vano, sin embargo, no puede aceptarlo. Está lleno de coraje porque nadie fue capaz de acabar con el demonio llamado Bon Hwa y solamente él, solamente su dulce e inocente príncipe fue capaz de colocar sobre sus hombros la carga de una muerte.
Entregando su propia vida.
- ¿Qué quieres que haga?- pregunta, dejándose caer de rodillas. - ¿Cómo le hago para no llorarte más?
Y aunque su mente sabe que Zhan ya no está más. Su corazón le asegura otra cosa porque al final de su coraje, llanto y depresión, vive una pequeña esperanza que se mantiene viva.
El padre Zhuocheng dijo que podría ser, pero también podría no ser, y aunque fue una respuesta confusa. Yibo cree que en algún punto del mundo, incluso si no es en el que está parado, Zhan se debe de encontrar.
Pero, ¿Cómo lo trae de vuelta?
Quizás está loco, pero el amor le estaba acabando el cerebro y no quiere parar, quiere morir con Zhan o vivir con Zhan. Ninguna opción es válida sin Zhan en ella.
La habitación se encuentra vacía y todos en el castillo se movilizan para buscar a Yibo. Todos están preocupados, Cao había declarado a Yibo en estado deplorable.
No comía lo suficiente, no dormía lo suficiente, había comenzado a tener visiones e ideas descabelladas referentes a Zhan por ello, lo visitaba cada día, pero no esperaba que el Lobo tuviese la suficiente fuerza para irse sin decir nada.
Día y noche la búsqueda de Yibo seguía en pie, pero no lograban localizarlo y eso había comenzado a asustarlos porque algo inusual sucedía en lo más profundo del oscuro bosque.
Un aullido lastimero sonaba cada que la luna llena se ponía.
Pero, no había ni hubo rastro alguno de Yibo por más que buscarán.
La última flor cayó y quizás florezca nuevamente. 🥀
Solo falta el epilogo, espero estén bien. 🍂
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Flor de Luna| Yizhan
FanfictionXiao Zhan sabía que tenía prohibido caminar en el bosque, pero solo ahí podía conseguir aquellas flores que le recordaban a la Luna, no sabía que visitar en aquel momento el lugar sería su perdición.