«Vigésima cuarta flor»
—Cada hombre de cada familia en Sahel mayor de quince años tiene que ponerse a disposición del Rey o de otra manera será requerido por obligación.
Me estremezco al oír en cada rincón del pueblo a los seguidores del Rey repitiendo su mandato. Seguramente harán una búsqueda exhaustiva para encontrar a Wonho y, me da mucho miedo de que descubran a quienes estuvimos involucrados en su escape, no por mí pero, el doctor Cao, el padre Zhuocheng, mi hermano y mi preciado Yibo, no quisiera verlos a ellos sufrir y me siento tan incapaz de protegerlos que el miedo me invade considerablemente.
—Pequeño.
Volteo ligeramente viendo cómo Elizabeth camina a mi despacio, observo su pie y frunzo el ceño, últimamente he notado que le es más difícil caminar normalmente.
— ¿Te duele el pie?
—Ah, no— ella sonríe negando con la cabeza—. Bueno, recientemente me caí y golpee mi tobillo, es normal que parezca como que recién me he hecho la herida.
La tomo de la mano y la hago sentarse en uno de los bancos.
Ella me mira confundida.
— ¿Me permites?— le pregunto y ella asiente, así que con cuidado levanto un poco su largo vestido, la herida sobre la cicatriz se reciente, pero no parece un simple golpe.
— ¿Segura que ha sido un golpe?, Esto se ve realmente mal.
Elizabeth aprieta los labios y asiente ofreciéndome una sonrisa.
—Por supuesto que fue un golpe, soy muy torpe, ya sabes.
—De acuerdo, haré una pasta con algunas flores que ayudarán— le bajo el vestido y comienzo a recolectar algunas que conozco son muy buenas para las heridas.
— ¿Porque te casaste con mi padre?, ¿Él te obligó? Sé que me contaste, pero sigo sin entenderlo.
Ella camina hacia mí y se acerca a oler una rosa amarilla.
—No me obligó, quise hacerlo porque pensé que ya no tenía opciones en mi vida. Había perdido mi mayor sueño cuando me hice está herida y comencé a sentirme como una inútil, creí que no sería capaz de hacer nada y simplemente renuncie a todo.
Observo como sus rizados cabellos se mueven con el viento que sopla y me hace sentir mal el saber que ese hombre que tengo como padre y también como Rey, aprovecha las debilidades de aquellas mujeres que desea como esposas para tenerlas a si disposición, lo hizo con la madre de Haikuan, con Elizabeth, pero lamentablemente con mi madre, a ella simplemente la capturó como si fuese cualquier cosa, solo por su belleza.
—Hey.
Ambos volteamos y de inmediato Elizabeth baja la mirada al ver que se trata de Haikuan, entonces la relación que ambos mantienen llega a mi mente, ella se casó porque pensaba que al estar con Haikuan no lo ayudaría, sin embargo, le daría problemas, pero no puede simplemente olvidarlo.
—Elizabeth está herida, ¿Me ayudas?— le pregunto a mi hermano. Si algo ha cambiado en el escape de Wonho fue nuestra relación, no actuamos como unos verdaderos hermanos, pero poco a poco esa barrera que nos separaba se va disolviendo.
La expresión de mi hermano mayor cambia considerablemente mirándola fijamente y la hace volver a la banca, sonrío al verlos a ambos sonrojados como un par de enamorados que apenas van conociéndose.
Haikuan coloca la pasta de flores sobre la herida de Elizabeth y en total silencio me alejo porque solo a ellos les concierne este silencio absoluto.
En cuanto entro de nuevo al castillo veo a Yibo parado de espaldas mirando desde el balcón así que con una sonrisa camino hasta llegar a él y con calma rodeó su cintura pegando mi mejilla a su espalda, él suspira profundo cuando me siente y coloca sus manos sobre las mías.
—Hola, Zhan Zhan...
— ¿Dónde estabas? Me preocupe al no verte está mañana— susurro y sus dedos comienza a acariciar mis nudillos, podría estar por siempre así con él, de esta manera.
—Con el médico Cao, estuve averiguando unas cosas y...— hace una pausa voltea sin dejar de abrazarme aunque está vez mi rostro cae en su pecho—. El rey sabe sobre los lobos, sabe que aún viven escondidos en el bosque.
Me alejo totalmente mudo, y la incertidumbre me invade.
—Esto es mi culpa— digo, pero de inmediato Yibo toma mis mejillas entre sus manos—Lo es, Bodi.
—No, para nada lo es. Fue mi error porque el día cuando nos perseguían me transforme y dejé que me vieran— aclara uniendo nuestras frentes—. Es mi culpa y tengo que arreglarlo. Debo ir con mi manada y ponerlos al tanto.
— ¿Y adonde irán?— cuestiono negando con la cabeza—. No deberían ni siquiera estar escondidos, ustedes tienen el mismo derecho como nosotros a vivir libremente.
Yibo ríe levemente.
—Somos Lobos, mi amor. Y lamentablemente no somos iguales a ustedes.
—Es cierto— tomo las manos de Yibo entre las mías—. Pero eso no impidió que el destino nos quisiera juntos y tampoco que nosotros nos enamoráramos, porque al final de cuentas somos iguales. El único que nos hace pensar diferente es el Rey, ¡mi padre no entiende nada!
Yibo me hace callar cuando une nuestros labios, y la sensación se hace más cálida que surge de mi pecho y se extiende por todo mi cuerpo, por brazos y piernas hasta llegar a la punta de mis dedos.
—Te amo— susurra en cuanto deja ir mis labios.
—Te amo— le respondo de vuelta, no hay un "también" o "yo igual", es un te amo de vuelta. Porque así es como es, nos amamos y estoy dispuesto a proteger a este hombre que me abraza con ternura, ya no quiero ser más el príncipe que se esconde detrás de los demás—. Y vamos a proteger a tu manada, juntos.
Yibo me observa persuasivo, pero finalmente asiente ofreciéndome una sonrisa. Y sé que no estará de acuerdo, el querrá ser quien me proteja, pero simplemente no puedo aceptar más eso, una vez ya puse en peligro a Wonho.
Pero aquel ferviente deseo de proteger a mi amado Yibo se desvanece cuando una bala atraviesa su brazo derecho.
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Flor de Luna| Yizhan
FanfictionXiao Zhan sabía que tenía prohibido caminar en el bosque, pero solo ahí podía conseguir aquellas flores que le recordaban a la Luna, no sabía que visitar en aquel momento el lugar sería su perdición.