Xiao Zhan sabía que tenía prohibido caminar en el bosque, pero solo ahí podía conseguir aquellas flores que le recordaban a la Luna, no sabía que visitar en aquel momento el lugar sería su perdición.
Antes de comenzar el capitulo, reproduzcan el vídeo de arriba para una mejor experiencia.
«Trigésima Cuarta Flor»
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Me aferro al pelaje de Hyungwon, y con la otra mano protejo que Yibo no se resbale y aunque estoy a punto de entrar en colapso trato de mantener mi mente en blanco.
No pienses...
Yibo está respirando débilmente.
Está perdiendo mucha sangre.
-La mirada al frente, su alteza.
La voz del pequeño Hyungwon me hace volver a la realidad, en la cual estamos huyendo de mi padre, en la cual mi Wonho se quedó atrás para darnos tiempo de huir.
-El padre Zhuocheng se encuentra cuidando del resto de la manada, los está manteniendo en una barrera para que nadie note la presencia de todos- explica el lobo Café mientras esquiva cada rama o piedras del suelo.
Suspiro aliviado de saber que al menos los niños y niñas se mantuvieron a salvó, pero la imagen del padre de Yibo sin vida bajo las garras de Bon Hwa me hace revolver el estómago, ese hombre mato al líder de la manada y ha herido a mi querido Lobo blanco.
Mi pecho duele al pensar que la herida puede ser de muerte.
Abrazo con fuerza el cuerpo casi frío de Yibo y me hace sentir escalofríos, Todo estará bien.
Finalmente logramos llegar hasta donde el padre Zhuocheng se encuentra creando una barrera para proteger a todos, Hyungwon toma su forma humana dejándonos sobre el suelo y ahogo un quejido al ver como el trapo que le puse está totalmente rojo, con cuidado se lo quito y rápidamente el padre se acerca hacia nosotros, pero al hacerlo la barrera que protege a todos se desvanece.
-D-debería... Seguir cuidando a todos- murmuro torpemente, con las manos temblorosas.
Pero él niega con la cabeza.
-Detendremos la hemorragia, pero mi magia no es tan buena para curar una herida cómo esta- él me hace a un lado y coloca ambas manos sobre la garganta de Yibo, en dónde una tenue luz amarilla comienza a reflejarse-. Necesito que ayudes a Hyungwon a sacar a la manada de aquí, les he marcado el camino más fácil.
-Pero...- volteo a ver como Hyungwon ya se encuentra caminando en dirección hacia donde marco el padre llevando consigo a todos-. ¿Y ustedes?
-Estaremos bien, mientras tenga la barrera protegiéndonos ni esa bestia podrá atacarnos- él me sonríe y aunque siento que el mundo se está viniendo en mi contra, esa sonrisa me hace sentir un poco más tranquilo.
Con todo el dolor de mi alma dirijo a los niños y es hasta que me acerco a ellos cuando noto que la madre de Yibo está inconsciente siendo llevada por un joven.