11

3.3K 284 117
                                    

La caída libre que experimentaba la joven omega no le había dado suficiente tiempo para reaccionar antes, con cierta prisa sacó su bastón para convertirlo en un planeador donde pudo estabilizarse siguiendo el ritmo en el aire.

Con una rapidez parecida al de un halcón peregrino alcanzó a un grupo de dragones que volaban de forma salvaje a unos metros, repaso con cuidado las características físicas y de comportamiento que tenía cada uno para elegir el mejor posible.

- Wow, se nota muy determinada.- halagó el pelirrojo orgulloso de su futura reina.

- Parece que entrenó y estudió como le había dicho.- murmuró con alivio el peli morado por fin dejándose llevar por el viaje.

- Veamos qué elección de mierda hace.- dijo con soberbia ganándose un gruñido de su mascota-, oi ya hablamos de ese favoritismo tuyo.- le reclamó con un quejido sonoro.

Un dragón negro con escamas brillantes y ojos esmeralda captó su atención, era pequeño pero decidido, una corazonada envolvió el ser de la chica conociendo que aquella era la decisión correcta. Inclinándose un poco para cambiar de dirección, su planeador rebasó cortando el paso de los dragones quienes no estando del todo acostumbrados a los humanos se esparcieron disgustados por el atrevimiento.

- Al parecer ya sabe cuál será.- dijo el consejero dragón, viendo a su mejor amigo quien estaba igual de entretenido con el espectáculo.

El dragón que terminó siendo una dragona, entendió las intenciones de la omega, por reflejo estiró sus escamas y en picada la esquivó teniendo éxito.

- Serás mía desgraciada.- sentenció con una sonrisa cínica guardando su planeador por un momento para caer de nuevo en picada para alcanzarle.

- ¿Cómo está tan acostumbrada al vacío?- preguntó el rubio cenizo viendo la tranquilidad de la menor.

- Desde que cumplió la mayoría de edad le fascina saltar por acantilados, barrancos y grietas de dudosa procedencia con tal de sentirse libre.- confesó el oji violeta viendo como su jefa lograba llegar a su objetivo.

Aterrizó justo en la espalda de la gran bestia que se sacudió enfurecida por la confianza de la humana, la omega rebotó volviendo a abrir su planeador para rodearle.

- Está loca.- concluyó el príncipe viendo la persistencia de su persona.

- Suicida.- resumió el consejero brujo.

Usando la magia del agua proveniente de las nubes, creó un lazo que le ayudó a cerrar el hocico de la criatura que tenía intenciones de botar fuego púrpura, de un impulso regresó a su espalda usando el resto de cuerdas creadas por su don para improvisar un asiento viajero. Su piel comenzó a mostrar esas marcas neones con seguridad.

- ¡Quieta! ¡Ya te tengo!- avisó viendo como se dirigían a una columna de tierra-, mierda.

Con un salto empujó a la dragona para no chocarse y dando una pirueta aterrizó rodando en la capa superior de aquella columna. Sin detenerse siguió corriendo volviéndose a tirar al vacío para atrapar a la bestia que en un movimiento brusco, la golpeó cayendo al canal de agua donde se encontraba los fiordos.

- ¡Ay, debemos ayudarla!- el pelirrojo se alarmó queriendo bajar.

- No, esperen.- el oji violeta los detuvo.

Y de un brinco fantasmal la omega salió del agua utilizando otra vez su don para desviar el vuelo de la dragona quien asustada por la osadía de su atacante estaba consiguiendo lo que quería: impresionarla.

De nuevo se coló en el aire con ayuda del planeador volviendo a su estado inicial tratando de controlar su vuelo, ignorando por completo el rugido enfadado de la enorme bestia.

La luna y el dragón (Katsuki Bakugou x lectora) [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora