16

3.7K 243 52
                                    

- ¡Muchas gracias por todo! - una reverencia nerviosa se mostró en el cuerpo de la joven bruja quien por fin había salido de su escondite.

- ¡Ya tranquila! Estas cosas pasan, me alegra que Bakugō-kun se sienta mejor. - dijo la pelinegra viendo al nombrado quien hablaba tranquilamente con su consejero a lo lejos.

- ¿Te sientes bien? Veo que tienes algunas curas y parches. - dice curiosa la elfa beta señalando ciertas zonas de su cuerpo.

- ¡Ah sí! Me pondré como nueva rápido no se preocupen, Katsuki es un poco...brusco. - se río con eso último y prefirió terminar la conversación pronto.

- Tanto como para dejarte una marca de olor, desde hace metros lo huelo. - comentó con un tono desinteresado tocando sus orejas largas.

- ¿Marca de olor? Ya decía yo que me estaban mirando raro los demás, celoso...- susurró eso último mirándolo de reojo con indignación.

- Los alfas dejan marcas de olor para proteger de vez en cuando al omega con quien estuvieron en su celo, en una semana supongo se irá. - dijo con tranquilidad la princesa del Oeste.

- Pero también es para marcar territorio, no soy ingenua. - dijo con cierta gracia.

Los alfas dejan marcas de olor temporales si se acostaron con un omega, esto es para dejar en claro que le pertenecía o estuvieron juntos en algún momento, se hace también con el objetivo de alejar a otros alfas puesto es normal que el omega deseé descansar como mínimo una semana de las dinámicas. Detalle que no pasó para nada desapercibido para la bruja que conoció las intenciones del mayor.

- Todo el mundo se va a enterar...- murmuró viendo como los tres grandes se acercaban.

- Son prometidos, nadie le dará mucha importancia, igual nuestro trato sigue en pie ¿No? - preguntó la azabache bajando la voz.

- Por supuesto, dile a Shoto que se vaya alistando. - sonrío determinada.

En ese entonces como lo habían prometido, ayudaron en algunos cargos y quehaceres a la comunidad de elfos por haberles permitido entrar al templo y a su hogar, procesos de etiqueta que no pueden faltar. El príncipe dragón entrenó junto con la omega bruja para irse preparando en las siguientes pruebas, donde iban a demostrar su fuerza y astucia pura.

Algo que la más baja notó en esos cortos días, es la cercanía inconsciente que han tenido los dos, debido a que, Katsuki la seguía a todas partes en silencio o hablando por medio de sus característicos gritos, pero nunca dejándola sola, la esperaba afuera de su cuarto en la madrugada para entrenar y la dejaba en ese mismo lugar luego de cenar en la noche, sin decir nada al respecto, solo como un acto de atención que le nacía pero nunca lo admitía.

Se sabe que los alfas son más protectores después del celo y desean cuidar a su pareja por encima de cualquier cosa, lo justificó en que era su instinto y calmaba a su segundo género con esa tierna idea. Era curioso puesto los dos no volvieron a tocar el tema, ni a sentir la necesidad de tener contacto físico, si no un contacto más trascendental.

Cuando la temporada se cumplió, todos cuatro se despidieron de los elfos con mucho agradecimiento y respeto, sus dragones ya estaban listos para volver a su rutina en la aldea dragón y evaluar su ausencia frente a la situación. Con unos abrazos y apretones de manos fuerte, los futuros líderes se fueron con una gran satisfacción de aquel hermoso lugar.

Príncipe alfa y aprendiz bruja sintieron que habían dejado algo importante en ese sitio, como si no quisieran irse; habían descubierto su vida pasada y habían formado un lazo invisible que de alguna manera iba a ser el causante de futuros problemas...

La luna y el dragón (Katsuki Bakugou x lectora) [Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora