La luna y el dragón (Katsuki Bakugou x lectora) [Omegaverse]

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NOTA: Capítulo largo de 6200 palabras. 

Cuando vean letra cursiva son recuerdos o pensamientos. Besos y gracias por la paciencia ♥♥♥♥

- ¡Buen golpe Deku-kun! - gritó una entusiasmada Ochako levantando su báculo en signo de apoyo.

- ¡Vamos preciosa devuélveselo! - alentó una sonriente peli rosa hacía la otra participante.

- Van empatados. - informó un pelirrojo analizando los movimientos de los dos implicados.

Un alfa peli verde tomó una respiración agitada, sacudiendo un poco sus brazos para colocar los puños frente a él con notable determinación por continuar, sus prendas estabas un poco desgastadas y el sudor empañaba su cien, las ganas por quitarse la camisa y concentrarse más lo estaban tentando de sobremanera.

- ¿Qué pasa? ¿Estás cansado ya? - se burló la futura sacerdotisa balanceándose alrededor de su bastón con suficiencia.

- No digas eso (T/N)-chan, has mejorado notablemente. - le halagó con un peculiar brillo de reto en sus ojos.

- Que tu rival lo reconozca es muy alentador. - ladeó una sonrisa lista para continuar.

Los dos habían madrugado para poder entrenar y combatir de distintas formas sin descanso alguno, ya llevaban una buena ronda de peleas que siempre terminaban en empate. En medio de su euforia dónde comenzaron a saltar esquivando los golpes y utilizando sus habilidades para tumbar y atrapar al otro, apareció el alfa mayor mostrando aburrimiento en sus rubíes peculiares.

- ¿Cuánto tiempo llevan así? - carraspeó para llamar la atención de los presentes.

- ¡Bakubro! Me alegra que ya hayas llegado, tengo entendido que desde que despertaron comenzaron su práctica. - contestó su fiel consejero sin perder de vista el combate.

Y un gruñido salió de forma genuina en su garganta, mostrando molestia.

- La tonta tiene hambre y se ha aguantado la gastritis con tal de ganarle al idiota ese. - comunica mirando el envuelto de telas que traía en su mano derecha-, al parecer alguien tiene que ser el sensato aquí.

Rodó los ojos por esa idea y colocándose en la mitad de los dos, interrumpió de forma abrupta su impacto próximo. Los dos jóvenes se vieron obligados a retroceder y no dar por terminado su actual ronda.

- ¿Qué crees que haces gatito rabioso? Estaba por ganarle. - se quejó haciendo una mueca disgustada por el extraño comportamiento de su compañero.

El mayor no se molestó en responder, así que le lanzó el envuelto de telas para darle una orden clara y precisa:

- Ese es tu desayuno o te lo comes de forma voluntaria o te lo meto a la fuerza. No puedes continuar así. - regañó con rudeza para luego fijar su mirada en el pecoso.